Al igual que en invierno la autonomía del coche eléctrico se ve afectada debido a las bajas temperaturas, en verano -especialmente este verano- ocurre de forma similar con el calor.
Y las altas temperaturas pueden incidir tanto en la autonomía como a la hora de cargar las baterías.
El aire acondicionado como principal factor
Como sabemos, las baterías de iones de litio no se adaptan bien a las temperaturas extremas, ubicándose su rango ideal entre los 20 y los 25 grados centígrados.
A mayor temperatura y rendimiento, mayor será la incidencia en la autonomía, que también se ve afectada por el uso del aire acondicionado.
Una vez más, la bomba de calor será el mejor sistema para mejorar la eficiencia: puede operar en ambas direcciones (es decir, proporcionar calefacción o enfriamiento del aire del habitáculo) y pueden transportar más calor que la energía requerida para operarlas.
El riesgo de sobrecalentamiento de la batería aumenta durante los viajes largos veraniegos, pudiendo dañar las baterías con el tiempo: pueden aparecer pequeñas fisuras y grietas en los componentes de una batería cuando se cargan a altas temperaturas, lo que afecta a las reacciones químicas.
Claro que no todos los coches eléctricos se van a ver afectados de la misma forma; dependerá de la eficiencia del sistema de refrigeración.
Por otro lado, más allá de los 45-50 °C, los componentes electrónicos de la batería se deterioran más rápidamente y se observa una caída en el rendimiento de carga: a medida que la batería se acerca al punto de sobrecalentamiento, la velocidad de carga disminuye, ya que el sistema de gestión de la batería adapta el ritmo de carga a la temperatura.
En casos extremos, la carga puede incluso detenerse por razones de seguridad mientras la batería se enfría. También hay que tener en cuenta que el calor tiene un efecto negativo en los componentes electrónicos de las estaciones de carga: aquellas que estén expuestas al sol directo serán más vulnerables.
Consejos para viajar en coche eléctrico en verano
- Conduce de forma suave y eficiente, evitando acelerones y frenazos bruscos. Sobre todo en autopista se puede prescindir o reducir al máximo la frenada regenerativa para en caso de frenada/desaceleración no tener que volver a acelerar fuerte para recuperar el ritmo.
- Mantén una velocidad de crucero por debajo del límite legal. Cuánta más velocidad, más energía se le pide a la batería y más se calienta.
- Aparca cada vez que se pueda el coche a la sombra, tanto para que el aire acondicionado tenga que trabajar menos como para preservar la batería. En parado, el sistema de refrigeración no funciona. Por ejemplo, hemos comprobado que en vehículos como el Nissan Leaf E+, que no tiene, la autonomía disminuye de forma notable con sólo aparcarlo al sol.
- Preacondiciona el habitáculo. Aprovechar la carga de la batería para enfriar el habitáculo de antemano permite que el aire acondicionado obtenga energía de la red en lugar de la batería y que podamos comenzar el viaje con una temperatura agradable.
- Carga las baterías en las horas menos calurosas.
- Utilizar, en la medida de lo posible, estaciones de carga protegidas del sol, ya sea en aparcamientos subterráneos, en entornos con vegetación o con techado.
- Programar siempre la ruta para que el coche sepa así de antemano cuando lo vas a enchufar y pueda preparar la batería para que tenga la temperatura óptima a la hora de cargar.