Todo lo que tiene de feo el halo en la Fórmula 1, lo tiene de seguro

Todo lo que tiene de feo el halo en la Fórmula 1, lo tiene de seguro
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El halo ha cumplido su primer año de vida y el balance no puede ser más positivo. Hace solo un año su simple presencia nos horrorizaba y sobre las lagunas que veíamos en su implantación mejor ni hablamos. Pero el tiempo ha hablado y al César lo que es del César, su introducción ha supuesto un paso adelante en lo que a seguridad se refiere.

La parte más vulnerable y difícil de proteger de los pilotos en los monoplazas ha sido siempre la cabeza. El cuerpo está envuelto por una gran masa de fibra de carbono que tiene que superar un gran número de pruebas de impacto en las que cercioran que su habitáculo no sufre daños. Pero la cabeza sobresale por encima del coche con el casco como única protección.

El halo ejerce como un segundo elemento de protección, como un escudo. Cuando un coche vuela por encima de otro, cuando vuelcas, cuando la rueda de un rival vuela descontrolada... Es eficaz en un gran número de situaciones y en este 2018 lo hemos evidenciado en dos ocasiones de forma muy clara.

Un efectivo escudo

Halo

No hubo que esperar a que avanzase la temporada para que el halo demostrase su efectividad. En la Fórmula 2 en la carrera inaugural de la temporada en Barcelona, Nirei Fukuzumi salió volando por encima de Tadasuke Makino y una de sus ruedas golpeó en el halo, pero no al piloto.

En Bélgica, esta vez en Fórmula 1, el halo de Charles Leclerc se convirtió en protagonista. En la salida, Nico Hülkenberg perdió el punto de frenada en la primera curva y cuando pisó el pedal era demasiado tarde e impactó por detrás contra Fernando Alonso.

El asturiano, embistió a Leclerc y su coche despegó dañando en el ascenso el Red Bull de Daniel Ricciardo. El monoplaza pasó por encima del Sauber golpeando su halo y al caer volvió a golpear el coche del piloto monegasco antes de colisionar violentamente contra el suelo.

Un estudio publicado por la Federación Internacional de Automovilismo ha confirmado esta semana que si bien el McLaren no hubiese golpeado el casco de Leclerc sin el halo, uno de sus neumáticos, el delantero derecho, si lo hubiese hecho a 58 kilonewton (kN). La pieza no se rompió, solo se levantó la pintura, y el equipo pudo usarla en las siguientes carreras.

Aunque es imposible saber lo que hubiese sucedido de no haber habido halo, su efectividad es indudable.

Ingenio al servicio de la seguridad

Verstappen Halo

Por desgracia los accidentes en las carreras son inevitables en su gran mayoría pero conseguir que en ellos los pilotos salgan ilesos es uno de los mayores retos al que se enfrentan los ingenieros de competición.

Este año hemos vivido en el Gran Premio de Macao uno de los accidentes más escalofriantes de los últimos años. Sophia Floersch voló en la recta de meta del Circuito da Guia y se estrelló contra una torre para fotógrafos. Menos de un mes después estaba volviendo a casa por su propio pie. No llevaba halo y su Fórmula 3 no es uno de los coches de carreras más seguros. como se demostró en el accidente de Billy Monger hace dos años.

En su caso las cosas no salieron tan bien. Hubo que amputarle las dos piernas para salvarle la vida. Esta temporada ha vuelto a los circuitos con el miso espíritu ganador y para la próxima confía en encontrar un asiento en la nueva Fórmula 3 tras haber demostrado que es capaz de salir del coche por sus propios medios -y mejor que cualquier otro, hemos de decir-.

El futuro del automovilismo pasa por seguir mejorando la seguridad de los coches e ideando sistemas que permitan que este tipo de incidentes se salden de la mejor forma posible.

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