Nigel Mansell saca a subasta su Ferrari 640 de F1 y podría llegar a los 5 millones de euros

Nigel Mansell saca a subasta su Ferrari 640 de F1 y podría llegar a los 5 millones de euros
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Al término de cada temporada de Fórmula 1, los monoplazas que en la misma se batieron suelen pasar a formar parte de los museos de sus respectivos fabricantes o equipos. Sin embargo, unos pocos terminan en un cierto círculo de coleccionistas, donde no son infrecuentes los cambios de manos previo desembolso de grandes sumas de dinero.

En este elitista 'mercado' no es extraño toparse con algunos nombres ilustres del Gran Circo, como es ahora el caso de Nigel Mansell. Y es que el veterano piloto británico ha entregado a la casa de subastas Sotheby's el Ferrari 640 que pilotó en 1989, año de su debut en la escuadra del cavallino.

Una pieza que, previsiblemente, alcanzará una cotización de 5 millones de euros en el evento bienal que tendrá lugar en Mónaco el próximo 14 de mayo. Pero esa cifra no superará el aprecio sentimental que, a buen seguro, el propio Mansell debía tener por el coche gracias al cual se ganó su apodo más conocido: 'Il Leone' ('El León').

1989: Rugidos en rojo

Ferrari 640
Foto: Tom Gidden (RM Sotheby's)

Un momento, un parpadeo, y este Ferrari 640 se ve de otra manera. Liberado mágicamente de la pátina que le dieron los años, brilla de nuevo en ese tono de rojo sanguinolento que sólo saben mezclar en Maranello. Está listo para la pelea, colocado entre las primeras líneas de la parrilla de salida.

El retumbar de la samba nos dice que estamos en el Autódromo Internacional Nelson Piquet de Jacarepaguá. Apenas quedan unos minutos para que comience el Gran Premio de Brasil de 1989, y un todavía joven Nigel Mansell apura las últimas estaciones de su ritual de concentración antes de subirse al coche.

Casualidad o no, la llegada de Mansell a la Scuderia no ha estado exenta de cierto halo místico. Un anciano Enzo Ferrari había reclamado su talento, concediendo al británico el honor de ser su último fichaje personal: poco antes de partir para siempre, el mismo 'Commendatore' lo había presentado ante los medios junto a Gerhard Berger. Como hizo tantas y tantas otras veces, con otros nombres y otros rostros.

Ferrari 640
Foto: Tom Gidden (RM Sotheby's)

Unas tradiciones mueren, pero otras perduran. Mansell competirá portando el número 27. Es el 27 que Michele Alboreto ha dejado vacante, pero es también el 27 de Gilles Villeneuve. El último gran héroe de los 'tifossi', el canadiense que jamás daba una carrera por perdida, el que jamás dejaba un trozo de pista sin aprovechar.

Tradición que deviene en empuje, el de un V12 con 3,5 litros de cubicaje que exhibe, orgulloso, sus dos bancadas en un ángulo de 65º. Terminada la 'era turbo', otros equipos ya eran capaces de obtener lo mismo con menos cilindros. Pero esto es Ferrari, y aquí sólo valen las victorias si las conseguimos a nuestra manera. Pronto, sus 660 CV demostrarán que incluso la más clásica de las partituras puede conmover si se toca como corresponde.

Ferrari 640
Foto: Tom Gidden (RM Sotheby's)

Rodeando al motor, John Barnard (ingeniero y paisano de Nigel) había puesto en práctica lo que mejor sabía hacer, dejando las florituras para sus desesperados rivales y optando por una aerodinámica sin riesgos, la cual envuelve un monocasco en fibra de carbono que alberga, a su vez, una ventaja capital: una transmisión semiautomática de siete relaciones, novedad en la F1.

La superior aceleración que proporciona este ingenio es clave para que Mansell se imponga frente a Ayrton Senna y Alain Prost en esta primera cita. 'Il Leone', como llegará a ser conocido, propina su primer zarpazo. Primera carrera y primer triunfo para un 'Imperio Rojo' que vuelve a soñar.

Ferrari 640
Foto: John Townsend (Formula One Pictures)

Pero será un sueño efímero: una segunda victoria en Hungría y cuatro podios sólo le consiguen un cuarto puesto final en el Mundial de Pilotos. Un debut aceptable para la Scuderia, aunque condenado mediáticamente al olvido bajo la polvareda y las polémicas que los dos astros de McLaren, en su disputa por el título, han dejado tras de sí.

Al menos Mansell, con ayuda de su adquirido carisma, pudo quedarse con el Ferrari 640 que lo había acompañado en su aventura. Un monoplaza que todavía conserva los neumáticos que utilizó en su última carrera de 1989, amén de los desgastes típicos de los Grandes Premios de su tiempo. Una 'foto fija' de otra era que, en los próximos días, buscará un nuevo propietario que (esperemos) sepa apreciar su pequeña historia.

Ferrari 640
Foto: Tom Gidden (RM Sotheby's)
Ferrari 640
Foto: Tom Gidden (RM Sotheby's)

Fotos de Tom Gidden, por cortesía de RM Sotheby's.

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