
Ferrari presentará este otoño su primer coche eléctrico. Todo un antes y después para la de Maranello, en la que los poderosos gasolina de cilindros en uve son santo y seña. Pero este cero emisiones será más un escaparate hacia la electrificación pura que un modelo de producción en serie, con una tirada muy limitada.
El paso definitivo hacia la electrificación pura lo dará un segundo Ferrari eléctrico, ya sí pensado para ser un cavallino de su gama, como los SF90 Stradale, 296 GTB o Roma. Ferrari lo iba a presentar el año que viene, pero acaba de retrasar estos planes: no lo veremos, como mínimo, hasta 2028. ¿El motivo? La demanda de superdeportivos de altos vuelos eléctricos es prácticamente nula. O sin prácticamente.
"El juicio final es del cliente", y los de las marcas de lujo no quieren eléctricos
Hace un año, Benedetto Vigna, CEO de Ferrari desveló que este 2025 estrenarían su primer eléctrico. Sobre este cero emisiones puro dijo: "Estoy satisfecho, pero el juicio final es del cliente. No vendemos tecnología, sino emociones". Y los clientes de marcas de superdeportivos de lujo de momento de lo que gustan son de ruidosos motores térmicos: "La gente rica quiere coches de gasolina", sentenció Maté Rimac, analizando el por qué de las pobres ventas del eléctrico Rimac Nevera.
Es precisamente lo que ha llevado a Ferrari a retrasar este eléctrico de volumen, que podría tambalear sus buenos números: en 2024 firmó beneficios récord, superando los 1.500 millones de euros, y la previsión para este 2025 es firmar un beneficio operativo de 2.680 millones.
Un eléctrico en serie, no de nicho. Este segundo Ferrari eléctrico, el importante de verdad, no ha sido oficialmente confirmado por la marca. Pero cuando se anunció el primero, fuentes cercanas confirmaron que era el aperitivo de un segundo modelo que sí sería de producción. Es decir, un cavallino que ronde las 5.000 o 6.000 unidades durante cinco años: la vida habitual de un modelo de serie Ferrari.
La idea era mostrarlo poco después de lanzarse al mercado el primer cero emisiones en 2026, limando este modelo que será de nicho, seguramente de la Serie Especial y cuyo precio rondará los 500.000 euros. Pero eso no va a ocurrir finalmente según han confirmado varias fuentes a Reuters.
Los ricos quieren coches de gasolina. La principal razón es una demanda casi inexistente para los superdeportivos eléctricos. A los millonarios clientes de firmas como Ferrari o Lamborghini no les gusta que no tengan generoso motor gasolina, que ruja mientras te adelantan en la autopista y hagan girar cuellos paseando en ciudad.
Prueba de ello es el Rimac Nevera, lanzado en 2021 y planificado en 150 unidades, las cuales en 2024 estaban muy lejos de alcanzarse por la baja demanda. No es casualidad que Ferrari lanzara su primer sacrilegio, el SUV Purosangue, con un V12 de toda la vida, y que es lo que le ha hecho brillar en ventas.
Dar con la receta perfecta. No es el único motivo: firmas como Ferrari dependen del rendimiento y el problema de los eléctricos son las pesadas baterías que necesitan alimentar varios motores cero emisiones para firmar una elevada potencia.
Bien lo ha comprobado Porsche con la futura familia 718: la de Stuttgart ha dejado de producir los gasolina para dar paso a versiones completamente eléctricas de estos deportivos, bastante más comedidos que los Ferrari. Pero su lanzamiento sigue dilatándose porque Porsche no acaba de dar con la tecla con las baterías. Aún siguen dándole vueltas a la confirguración mecánica que han redefinido bastantes veces.
Por eso se señala 2028, como mínimo, para este segundo cavallino eléctrico, lo que les permitirá perfeccionar una tecnología eléctrica que pueda seducir a los clientes y ajustarse a su calendario estratégico.
Las marcas de lujo no dejan de retrasar sus eléctricos puros. Si ya firmas premium y convencionales están recogiendo cable a gamas completamente eléctricos para no morir en el intento, más lo hacen los fabricantes de lujo. Lamborghini de momento ha retrasado a 2029 su primer cero emisiones y Maserati directamente ha desechado la versión eléctrica del MC20 con apellido Folgore.
Y es que si ya el Maserati MC20 se vende poco, menos lo hará su versión eléctrica. Por su parte, Lamborhini señaló que hacerlo antes de esa fecha supondría adelantarse al momento indicado. Eso para marcas con volúmenes ya de por si ajustado y que necesitan invertir millones de euros para el desarrollo de eléctricos a la altura de sus térmicos puede ser fatal. De ahí que exista la excepción Ferrari a la imposición de europea de solo eléctricos desde 2030.
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Imágenes | Ferrari