Basta con echar un vistazo a las páginas de Motorpasión para darnos cuenta del tremendo cambio que han dado los automóviles en los últimos años. La evolución entre los primeros modelos reseñados y los últimos ha avanzado tan rápido como en los cien años anteriores. Si un lector de aquel entonces pudiese leer lo que publicamos ahora, muchas cosas le parecerían incluso de ciencia ficción.
Vamos a dar un repaso a ese salto evolutivo marcado por la electrificación, la sostenibilidad y la conectividad con una de las firmas que más han tenido que ver con ello.
El automóvil “genuinamente eléctrico” define el futuro de la automoción
A estas alturas del siglo, ya tenemos más que asumido que el futuro de la movilidad pasa por el coche eléctrico. Un coche eléctrico que ya está entre nosotros demostrando que es completamente solvente para satisfacer nuestras principales necesidades. Estamos viviendo una época disruptiva con la transición acelerada del vehículo de combustión al eléctrico.
En ella, los fabricantes que más han apostado por la electricidad han adaptado sus modelos térmicos más exitosos a versiones híbridas y eléctricas. Así ha hecho Volvo con la gama Recharge, cuyo primer eléctrico 100 % fue el XC40 Recharge eléctrico. De esta forma, el fabricante sueco aprovecha el atractivo de su exitoso SUV para acercar la movilidad eléctrica a un público más amplio.
Y avanza aún más hacia un futuro que ya es presente con el lanzamiento del primer vehículo genuinamente eléctrico: el Volvo C40 Recharge. Se trata de un crossover que podríamos considerar el comienzo de lo que está por llegar.
Concebido desde el principio para ser eléctrico, no contará con versión térmica o híbrida. En cambio, sí ofrece dos opciones de motorización: la estándar, denominada Twin, con dos motores, batería de 78 kWh y 408 CV de potencia total; y una Single Motor, con un único propulsor delantero, batería de 69 kWh y 231 CV.
Volvo es consciente de que hay (y habrá) varios perfiles de conductores de coches eléctricos, especialmente entre la llamada generación alfa. De hecho, es probable que estos niños nacidos después de 2010 no conduzcan nunca un automóvil con motor térmico y entiendan el ecommerce como el modo más natural de comprar.
El Volvo C40 Recharge se anticipa a este nuevo estilo de vida y ya se vende exclusivamente online. Cuenta, eso sí, con la opción de concertar una prueba de conducción previa en nuestro domicilio.
Por supuesto, el Volvo C40 Recharge no es el primer automóvil eléctrico de batería de la historia. Pero, mientras que la primera generación de electrificados iba muy justa de fuerza y autonomía (en torno a 40-50 km), el crossover sueco sí tiene aquellas prestaciones premium que se le deben presuponer al eléctrico del mañana: autonomía suficiente para varios días (más de 440 km homologados) y una sobrada potencia para todo tipo de situaciones (de 0 a 100 en 4,7 segundos).
Como decíamos, el Volvo C40 no es la punta de lanza de la gama Recharge, pero sí representa los compromisos del fabricante: lanzar un nuevo vehículo eléctrico cada año, que estos supongan el 50 % de sus ventas en 2025 y convertirse en una empresa de vehículos exclusivamente eléctricos en 2030. No en vano, la organización Transport & Environment ha señalado a Volvo como el fabricante más ambicioso en su plan de electrificación.
La sostenibilidad es el principal reto de la industria para el siglo XXI
La llegada del coche eléctrico responde directamente al principal problema de la movilidad del siglo XXI: la contaminación en las ciudades. Sin embargo, la industria debe afrontar retos de ámbito mucho mayor: la sostenibilidad del sector de la automoción y la compatibilidad del automóvil con la salvaguarda del planeta.
Es un concepto de seguridad evolucionado. Si hace décadas Volvo fue pionera en innovación con el cinturón de seguridad de tres puntos de anclaje cuando los accidentes de tráfico constituían el gran problema en el mundo del motor, hoy, asume el reto de que proteger a las personas debe asentarse sobre los pilares de la sostenibilidad.
Es indispensable considerar no solo las emisiones del propio vehículo, sino también aquellas que genera a lo largo de su ciclo de vida, desde su fabricación hasta su retirada de circulación.
En este sentido, Volvo parece haberse marcado a fuego una fecha: 2040. Para ese año, pretende convertirse, por un lado, en una compañía neutra con el medioambiente y, por otro, en un negocio de economía circular. Para ello, planea reducir gradualmente las emisiones en el ciclo de vida de cada una de sus unidades producidas (un 40 % en 2025) porque, como afirma el propio fabricante, ha sido parte del problema y ahora quiere ser parte de la solución cambiando lo que hace y cómo lo hace.
En este vídeo, realiza toda una declaración de intenciones en torno al concepto de “Test definitivo de seguridad”.
Es por ello por lo que también quiere limitar el uso de materiales vírgenes característicos de los modelos premium, que serán sustituidos por otros reciclados o reacondicionados sin perder esa esencia de lujo y exclusividad.
Así, la firma sueca reemplaza el cuero en el crossover C40 Recharge por un nuevo material denominado Nórdico. De grandes prestaciones, está fabricado a partir de elementos biodegradables, como el corcho, y otros reciclados, como el PET de los envases.
Igualmente, los detalles de diseño, identitarios en el Volvo C40 Recharge Eléctrico Puro, insisten en la visión de Volvo de lo que va a definir el próximo coche eléctrico. Algunos son más notorios, como la llamativa sección trasera en forma de cupé que ambiciona terminar con los SUV más angulosos en favor de crossovers más eficientes y aerodinámicos.
Otros son más sutiles, como el color Fjord Blur inspirado en los fiordos escandinavos o los motivos retroiluminados del salpicadero, basados en las líneas topográficas del Parque Nacional de Abisko, en Suecia. Guiños que nos recuerdan el respeto del fabricante por su entorno.
Las referencias constantes de Volvo al bienestar de nuestro planeta no deberían ser entendidas como algo casual o anecdótico, como si se subiera al barco de la sostenibilidad y la electrificación empujado por normativas y tendencias. Se trata de un concepto más visionario y futurista de su empeño por la seguridad vial y, por tanto, grabado en su propio ADN.
El vehículo conectado ha cambiado la forma de comunicarnos con nuestro automóvil
Un tercer aspecto donde más podemos apreciar la transformación del automóvil es en la forma que tenemos de relacionarnos y comunicarnos con él. Hasta hace poco, esta se reducía a manejar el vehículo con el volante, los pedales y algunas palancas, y a recibir información mediante sonidos y luces en el cuadro de mandos.
Casi todo el control se concentraba en nuestras manos (y pies). Y, aunque se desarrollaron sistemas que automatizaban algunas tareas, el verdadero punto de inflexión se produjo con la conexión a Internet del vehículo. En efecto, pese a que las personas ya llevamos décadas conectándonos a la red de redes, ha sido con la llegada del coche conectado con la que se inicia el verdadero camino hacia el futuro de la automoción.
Pensemos en Volvo On Call, el servicio que originalmente nos ofrecía atención al cliente de manera telefónica. Más tarde, pudimos contactar desde el coche solamente pulsando un botón y, con la disponibilidad de Internet, Volvo On Call pasó a nuestros smartphones a través de la aplicación Volvo Cars App (antiguo Volvo On Call).
Actualmente, la app Volvo Cars nos permite conectarnos con nuestro coche, obtener información en tiempo real e incluso realizar determinadas tareas en remoto. Por ejemplo, precalentar el habitáculo, cerrar las puertas si nos las hemos dejado abiertas, encender las luces de emergencia si no lo encontramos en un parking…
Lo cierto es que el smartphone se ha convertido en una herramienta esencial para conectarnos a nuestros objetos (el llamado Internet de las Cosas o IoT). No obstante, el automóvil está a las puertas de superar incluso esta barrera física.
En el caso de Volvo, ha sido el primer fabricante en integrar Google en su sistema de infoentretenimiento, de modo que podamos prescindir de nuestro smartphone para disfrutar de los servicios de la compañía americana (Google Maps, Google Assistant, Play Store, etc.). El Volvo XC40 Recharge fue el primer modelo en adoptarlo, pero es el Volvo C40 Recharge Eléctrico Puro el primero en integrarlo de forma nativa. Es decir, el crossover eléctrico es el primer vehículo nativo digital.
Además, el Volvo C40 Recharge también se relaciona con nuestro hogar, al cargarse automáticamente en aquellas horas del día en las que nos resulte más barato. O con el servicio técnico de la compañía, al descargarse vía OTA (Over The Air) las actualizaciones de software cuando están disponibles. O con nuestro entorno, cuando los faros “Martillo de Thor” con tecnología Pixel LED se ajustan para iluminarnos mejor una curva o no deslumbrar a otros vehículos en la carretera.
Abandonar los motores térmicos con vehículos genuinamente eléctricos, transformar una industria contaminante neutralizando su huella de carbono o romper las barreras físicas de la conectividad de nuestro vehículo. Son solo algunos de los ejemplos de lo que Volvo anuncia como "el comienzo de lo que está por llegar". Y con el C40 Recharge podemos llegar a vislumbrarlo.
