Victoria Fuentes
Putin se las veía muy felices en su primer paso de ocupación, cuando se anexionó Crimea y Sebastopol en 2014 y a Europa le dio un poco igual. Pero resulta que unos años más tarde la antigua URSS tenía planes mucho mayores, y con el inicio de la invasión a Ucrania Europa ya tuvo que reaccionar. Según detalla Reuters, Estados Unidos, Europa y sus aliados han impuesto más de 25.000 sanciones diferentes a Rusia, y ahora el país se ve acorralado.
Así que para salir del paso han recuperado una tradición que no se ponía en práctica desde los 90: el trueque.
El trueque: un intercambio de bienes opaco y difícil de rastrear
Mientras Rusia trata de sobrevivir con las sanciones impuestas por EEUU y la UE y asegurado que su economía está más fuerte que nunca, la realidad es otra. El país intenta estrechar lazos con China y la India (con el comercio de petróleo entre otros) para no quedarse aislado económicamente en un contexto de inflación y recesión.
En 2022, por ejemplo, se desconectaron los bancos rusos del sistema de pagos SWIFT y las sanciones también se han dirigido a los aliados de Rusia, como lo son China y la India.
Así que el país ha recurrido a un tipo de comercio que es más difícil de rastrear y se queda al margen de las sanciones: el del trueque. Según las informaciones de la agencia de noticias, el mes pasado una empresa china de aluminio y acero buscaba intercambiar sus materias primas con Rusia a cambio de motores para embarcaciones. Otra transacción identificada por Reuters apunta a que Rusia está intercambiando granos de trigo por coches chinos: los primeros han sido comprados con rublos mientras que los segundos con yuanes, pero no ha habido intercambio de divisas de ningún tipo.
Desde 2022, los vehículos y coches chinos importados a Rusia se han multiplicado por siete: "Las marcas internacionales [en Rusia] han sido completamente reemplazadas por los coches chinos", señala a Financial Times Cui Dongshu, secretario general de la Asociación de Automóviles de Pasajeros de China. En 2024, la cuota de coches llegados desde China supuso nada menos que un 63 %, con cerca de un millón de coches de firmas chinas comercializados. Mientras, las marcas rusas ha retrocedido llevándose solo un 29 % de pastel.
Las informaciones apuntan a que también están intercambiando semillas de lino por materiales de construcción, metales por maquinaria... Este tipo de comercio es muy difícil de rastrear pero quienes lo investigan aseguran que cada vez se está volviendo más frecuente.
Imágenes | Pixabay
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