Análisis técnico de Monza

Análisis técnico de Monza
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Llegamos a uno de los GP de Fórmula 1 más esperados del año, el GP de Italia que desde 1928 viene recibiendo con asiduidad a la máxima competición del automovilismo mundial. Llegamos al circuito de Monza, el más rápido de todo el calendario. La prueba más dura y exigente para los motores, en donde veremos los monoplazas con la aerodinámica mínima necesaria para negociar las escasas curvas del trazado. Es el Templo de la Velocidad y la denominación no fue cosa del azar.

5.793 metros conforman la rápida pista de Monza, confinada en una finca con mismo nombre en Lombardía, al Norte de Italia y cerca de Milán. Está en medio de un característico entorno natural que le confiere encanto, dificultad y razón de por qué este circuito no puede ser desgraciado reformado como lo han sido otros. La zona rápida de atrás en larga y suave curva a la izquierda desde Di Lesmo a la variante Ascari es famosa por los cambios de luz que el sol y la frondosa arboleda colindante lanzan a la pista en forma de luces y sombras. Actualizado.

Los monoplazas en Monza van más descargados aerodinámicamente que en ningún otro circuito del campeonato. Es uno de los pocos circuitos en los que una buena aceleración y velocidad punta marcan la diferencia sobre el ser un poco más rápido en las pocas curvas lentas que tiene el trazado.

De cara a los motores es un GP durísimo, pues se va un 70% de la vuelta con el acelerador a fondo. Las zonas de rectas o semirectas y los grandes curvones exceptuando un poco la entrada a la Parabólica final se hacen a fondo. El que levante el pie se queda el último.

El punto más lento del circuito es la primera chicane, la variante del Rettifilo. Punto en el que en la salida siempre suele haber más de un toque y alguna acortada desesperada por la bacheada y resaltada parte interior de la chicane, un auténtico embudo colocado a drede para evitar los reseñables accidentes mortales que tuvo ese punto cuando la recta principal hasta Della Roggia no tenía chicanes.

Della Roggia que da paso a Di Lesmo es el segundo punto más lento de Monza. En la variante Ascari a izquierdas, derecha e izquierda los monoplazas frenan en la entrada, pero una vez dentro la hacen prácticamente a fondo para salir rápido en busca de la Parabólica.

Los que opten por llevar algo más de carga aerodinámica suelen hacer este punto muy muy rápido, a 200 km/h o más. Y tanto los que van así como que los que no, han de vigilar el gas y el momento de subirse a los pianos. Es un punto muy propicio para que los pilotos pierdan el control de la zaga de su monoplaza. También es motivo de que las suspensiones no las reglen los equipos excesivamente duras y rígidas, que sería lo lógico pensando en que los coches no se deberían salir de lo negro.

Será un circuito en el que el KERS puede marcar bastante diferencia, por ello en Renault ya se lo han imaginado y volverán a llevar su R29 con KERS. Por lo que se comenta, se podrá llegar a utilizar hasta dos veces en una misma vuelta lo que marcará mucho el tiempo de la misma.

La primera ocasión será saliendo de la Parabólica a la recta de meta, en la que pueden ganarle unos 15 metros a un monoplaza sin KERS. Pero al llegar a la salida de Ascari, los monoplazas tendrán el KERS recargado y lo emplearán de nuevo. Esto es la teoría, en la práctica a ver qué pasa. Por cierto, en Monza no es muy descabellado intentar ir a una única parada, aunque por lo general se va a dos. Difícil estará intentarlo este año, más que nada pensando en el stint que toque de hacerse con los neumáticos más blandos.

Lo que no tengo muy claro es las velocidades que llegarán a alcanzar los monoplazas este año. Por lo visto en Spa-Francorchamps durante el GP de Bélgica, circuito con una altísima velocidad media, los monoplazas pasaban a duras penas de los 320 km/h, cuando los V10 llegaron a pasar de los 330 km/h. Siempre teniendo en cuenta que el punto de mayor velocidad máxima allí es en subida, desde Eau Rouge hasta Les Combes.

Comparando y teniendo en cuenta que Monza tiene la recta principal muy llana pueden estar en torno a los 330 km/h como mucho. Muy lejos quedarán aquellos 372,6 km/h que llegó a marcar Juan Pablo Montoya durante los entrenamientos libres del GP de Italia en 2005, y actualmente récord de velocidad máxima del circuito. ¡Qué dejen rodar un V10 durante los libres por favor! Por curiosidad más que nada...

También les quedará lejos el récord de vuelta rápida, marcado por Rubens Barrichello en el 2004, con un 1:21.046. Es lo que tiene la limitación de revoluciones de los motores entre otros detalles. Una ventaja es que pisarán Monza con slicks, en vez de con neumáticos estriados, pero como digo al principio, aquí las curvas no marcan tanta diferencia. ¿Se les quedará grande Monza? Los motores lo dirán...

Sitio oficial | Formula 1

Actualización: Recibo la noticia de que en Monza se han cambiado todos los bordillos por un tipo que no permite que los coches recorten metros pasando por encima de ellos, según GPUpdate son del estilo a los que se han montado en Nürburgring o Montmeló. Así que es previsible que las variantes sobre todo tendrán que hacerlas con más finura y tiento que en los últimos años.

Vía | GPUpdate

En Racingpasión | GP de Italia

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