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¿Por qué nadie te entiende cuando dices que amas a tu coche más que a nada?

¿Por qué nadie te entiende cuando dices que amas a tu coche más que a nada?
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Reconócelo: Sonríes cuando lavas tu coche y te quedas unos segundos mirándolo mientras se seca al sol. Y en cambio, casi se te saltan las lágrimas cuando tuviste que entregar tu primer vehículo. Todavía crees verlo de vez en cuando, por las calles de tu ciudad, siéndote infiel con otro conductor.

Los sentimientos que tu coche despierta en ti no son normales. O al menos es lo que dicen otros, insensibles conductores que cambian de coche como si de un clínex se tratara. Tranquilo, no estás solo, hay más gente como tú. Y tus sentimientos hacia esa hermosa obra de ingeniería son de lo más lógicos. Te contamos porqué.

Amas a tu coche porque es tu vida y tu libertad

Pareja de viaje en su coche

Dice la prestigiosa publicación Scientific American que los coches han sido siempre un símbolo de libertad individual. Cuando no tenemos coche, dependemos de otras personas para ir a ciertos sitios o hacer determinadas cosas.

El coche siempre ha sido un símbolo de libertad individual

Por eso para los jóvenes el coche es un símbolo de libertad anhelada, por la independencia que ofrece y las cosas que permite hacer. Es probable que nunca le tengamos tanto cariño a un coche como el que le hemos tenido al primero, cuando todo era nuevo y excitante.

Pero también lo amamos por las experiencias vividas a bordo del coche, o por el recuerdo de las cosas que hicimos o los lugares que visitamos gracias a él. Por eso es tan subjetivo el afecto que cada uno tenemos por nuestro viejo coche. Allá donde unos ven una vieja carraca de veinte años o un horrible monovolumen, tú puedes ver el primer viaje con tus amigos, el día que llevaste a tu mujer a dar a luz, o las clases de conducir que le dabas a tu hijo.

Amas a tu coche porque él te ama a ti

Pareja besándose en su coche

Los coches tienen personalidad propia, con sus rasgos diferenciados del resto

No son pocos los aficionados del motor y los profesionales del sector que le reconocen a su coche personalidad propia, en el sentido en que les encuentran rasgos diferenciados incluso con otros del mismo modelo. El rugido del motor, su manera de comportarse en las curvas, la forma que coge el asiento bajo nuestro peso… son algunos rasgos con los que nos familiarizamos en nuestro vehículo, y que nos pueden hacer sentir incómodos si no lo encontramos en otro.

Estos rasgos no es más que la respuesta que nos da nuestro coche cuando lo tratamos de una manera u otra, cuando procuramos conducirlo con cuidado o si por el contrario ponemos a prueba sus posibilidades. Se establece así una relación persona – máquina que hace que indefectiblemente estrechemos lazos de afecto con él. Y casi notamos su cariño en el murmullo del motor que se escucha bajo el capó.

Amas a tu coche porque es amarte a ti mismo

Conductor mirándose por el retrovisor

Según la ex-Vigilante de la Playa Alexandra Paul (ahora eco-activista y conductora de un Toyota RAV 4 híbrido), “el coche que conducimos dice mucho de nosotros mismos”. Es una extensión de cómo tú te ves a ti mismo como persona. Por un lado porque escoges en función de tus necesidades, pero también en función de tus anhelos, y de cómo quieres proyectar tu imagen hacia los demás.

Es el motivo por el que, por ejemplo, muchos futbolistas compran coches deportivos más por el estatus que les confiere y por cómo les hace sentirse, que por las propias prestaciones mecánicas que ofrecen.

El coche que conducimos dice mucho de nosotros mismos

Otro ejemplo distinto es el de los conductores del Toyota Prius. La siempre leal comunidad del híbrido por excelencia se muestra siempre orgullosa de su compromiso con el medioambiente y la conducción eficiente. Porque ello demuestra, según defienden, que son conductores más inteligentes que el resto –que se empeñan en seguir contaminando indiscriminadamente– , sin caer en el esnobismo de comprar un costoso coche cien por cien eléctrico.

Una encuesta realizada por la emisora norteamericana NPR reveló que los del Prius son los usuarios más leales a la marca tras los consumidores de iPhone y Coca–Cola. Y es que realmente sienten que están ante el modelo más importante de la historia tras el Model T, y se consideran pioneros de la automoción que está por venir en las próximas décadas.

Así que ya sabes, la próxima vez que acaricies con ternura la brillante pintura de tu coche, o el suave recubrimiento de su volante, no te sientas mal. Amar a tu coche es lo más normal del mundo.

Imágenes | Newspressonline | iStock/jacoblun | Unplash/JohnFelise | iStock/demaerre

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