Frenos, neumáticos y suspensión son llamados tradicionalmente el "triángulo de seguridad". Para disfrutar de una conducción con todas las garantías, estos sistemas deben funcionar a la perfección.
La suspensión en particular juega un papel fundamental, ya que será el sistema encargado de mantener siempre las ruedas en contacto con la carretera, algo imprescindible para que el vehículo cumpla la voluntad del conductor.
La importancia de la suspensión
Se trata de un sistema vital, es el que hace de puente entre carrocería y neumáticos, uniéndolos con el chasis. Su trabajo consiste en absorber al máximo las irregularidades de la vía con el fin de que no se pierda el contacto entre vehículo y calzada.
Una buena suspensión: seguridad, confort, rendimiento y durabilidad
Otro aspecto importante es el relativo al confort durante la marcha, que va unido al de seguridad. La suspensión es la responsable de que en circulación los movimientos en el interior del vehículo sean suaves, incluso cuando se conduce por carreteras irregulares.
Además, puede ayudar a aumentar la vida útil y la durabilidad del automóvil. El resto de componentes van a sufrir menos con el tiempo, al limitarse la cantidad de energía que se transfiere de los baches presentes en la carretera.
Suspensiones Toyota, casos de éxito
El vehículo está sometido a fuerzas que dependen de factores como la velocidad o la inclinación del vehículo, por ejemplo, al tomar una curva, frenar, acelerar, etc. Por este motivo, lo ideal es que el sistema de suspensión se adapte en la medida de lo posible a cada situación. Para ello, Toyota ofrece diferentes soluciones.
La gama Toyota GR SPORT monta una suspensión adaptativa –Adaptive Variable Suspension (AVS)–, que varía la respuesta y la dureza de los amortiguadores en función del estado de la carretera y las acciones del conductor. Actúa en solo 20 milésimas de segundo y es capaz de cambiar la posición de los amortiguadores en 650 posiciones diferentes.
Toyota Yaris GR SPORT, suspensión optimizada para cada situación
En el caso del Toyota Yaris GR SPORT en el que tanto la suspensión delantera como la trasera se han optimizado para mejorar el rendimiento. Los amortiguadores funcionan de forma que, a menor velocidad, reaccionan más rápido para ofrecer una mejor respuesta de la dirección y un mayor confort de marcha.
Por otra parte, en el eje trasero se han optimizado los resortes para eliminar la inclinación de la carrocería o la elevación de las ruedas al acelerar y al frenar. De esta manera, se garantiza una experiencia más intensa al volante.
Otro ejemplo de suspensión ajustada nos lo trae el Toyota Hilux GR SPORT. Su característica principal es la introducción de amortiguadores monotubo y resortes delanteros.
Toyota Hilux GR SPORT, más capacidad de amortiguación, mayor control
El diseño monotubo da más espacio a los pistones, lo que da lugar a una mejor amortiguación, una respuesta más rápida y una mejor disipación térmica. También contribuye a mantener la calidad del aceite en el interior de la unidad al conducir en situaciones más extremas.
Las novedades en los resortes y en los cojinetes de apoyo aportan al Toyota Hilux GR SPORT importantes mejoras en términos de tacto de conducción. Entre ellas, el esfuerzo y la respuesta del ángulo de la dirección, el rendimiento en línea recta, una marcha suave y una agradable sensación de agarre en el eje posterior.
Suspensión y seguridad
Hemos comentado que la suspensión afecta a la seguridad, pero ¿en qué concretamente? En primer lugar, podríamos hablar de la estabilidad en general. Lo que se persigue en una suspensión es que el conductor no note en ningún instante las irregularidades del terreno y que, al mismo tiempo, el vehículo siempre se mantenga pegado al asfalto.
Consecuencias: mala estabilidad y aumento de distancia de frenada
La suspensión en mal estado aumenta la distancia de frenada hasta en un 35 % según algunos estudios. Esto ocurre por una sencilla razón: si el neumático no está en contacto con el suelo, no puede hacer que el vehículo se detenga.
La pérdida de estabilidad, además, puede ser la causante de una pérdida total del control del vehículo, lo que puede acabar en una salida de vía o un vuelco.
Las suspensiones pueden ser duras o blandas. Hay que tener en cuenta que una suspensión firme va a ofrecer mayor estabilidad, aunque el conductor la sentirá más dura e incómoda, mientras que en una más suave ocurrirá lo contrario: ofrece mayor comodidad, pero se reducirá la estabilidad.
Síntomas de fallos en la suspensión
En muchos casos, el conductor no llega a detectar estos fallos, ya que generalmente va adaptando su conducción a este desgaste progresivo y no es consciente del deterioro.
Sin embargo, conviene estar muy atento y observar el comportamiento de nuestro vehículo en curva, al acelerar o al frenar. Incluso, conviene ser receptivos con los comentarios de otras personas que suban en nuestro coche, pues tal vez sean capaces de observar que algo no va del todo bien al compararlo con su propio automóvil.
Si la conducción en carreteras con curvas te resulta agotadora, peligrosa o insegura, puedes tener un problema en la suspensión de tu coche.
Ruidos y vibraciones, síntomas inequívocos de fallos en la suspensión
Igualmente, hay indicios que es interesante conocer. Es el caso de un desgaste desigual de los neumáticos. Este desgaste asimétrico puede ser un síntoma de un mal funcionamiento de este sistema. Es posible identificarlo porque va a producir un ruido durante la marcha, y no olvidemos que este deterioro, que comienza por la suspensión y continúa por los neumáticos, afecta al resto de partes del vehículo.
Otro síntoma pueden ser las pérdidas de aceite de los amortiguadores. Aunque no es algo que esté muy a la vista y no sea fácil de detectar para muchos usuarios, en cualquier revisión podemos pedir que nos indiquen el estado de los amortiguadores.
Por último, durante la conducción, aspectos como vibración anormal del volante, rebotes excesivos del coche durante la marcha o ruidos puntuales al pasar por un bache, badén o en curvas también pueden ser indicios de una mala suspensión.
¿Qué hacer para mantenerla?
Como cualquier otro sistema del coche, cuidarlo supone una mayor duración y, a la larga, un ahorro económico.
Lo ideal sería siempre mantener una velocidad constante, esto es, un vehículo sin carga y que circulase siempre por una carretera perfectamente lisa. Por supuesto, eso en nuestro día a día es totalmente imposible. Aun así, tenemos que ser conscientes de ello, es decir tener en cuenta que, si el vehículo va muy cargado, es aconsejable equilibrar la carga y conducir de forma progresiva.
Cuidar la conducción y el mantenimiento son claves para mantener la suspensión en buen estado
Si circulamos por carreteras que puedan ser más irregulares, además de para circular más seguros, debemos adaptar nuestra velocidad a cada situación para mantener la suspensión y estar pendientes de no atravesar posibles baches.
Por último, añadir que, como siempre, un aspecto importante son los neumáticos. En este sentido, debemos revisar la presión de forma habitual porque una presión descompensada también afecta negativamente a la suspensión y a la estabilidad del vehículo.
Imágenes | Toyota, Pixabay/Tookapic/ Tama66/jeejong58, Unsplash/Benjamin Brunner
