Audi TTS Roadster, prueba (parte 2)

Audi TTS Roadster, prueba (parte 2)
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Viene de la primera parte. Nada más montarme en el precioso TTS Roadster me di cuenta de una cosa, el claustrofóbico habitáculo del primer modelo ha sido algo que querían evitar a cualquier costa los diseñadores de este segundo modelo, y sin duda lo han conseguido.

En el nuevo, la distancia entre la parte baja de la ventanilla y el techo es muy considerable y crea una sensación de amplitud como si estuviésemos en un coche mucho más grande.

A esto ayudan también los amplios y cómodos asientos de serie, sin duda no tan deportivos como los backet opcionales (comunes con el RS4) pero muy cómodos y que sujetan nuestro cuerpo a la perfección.

Nada más salir por la calle Orense de Madrid con el TTS Roadster, piso el acelerador a fondo, y escucho algo que me encanta. En su momento cuando probé el Golf GTI con el motor 2.0 TFSI y cambio DSG una de las cosas que más me gustó fue el sonido que salía de su doble salida de escape situada a la izquierda, y como “petardeaba” cuando se hacían los pasos de una marcha a otra con el cambio de doble embrague.

En el TTS Roadster, las cuatro salidas de escape traseras sirven como amplificador para este sonido que realmente engancha y me tentó a pisar a fondo el acelerador durante toda la prueba. El sonido es sin duda uno de los aspectos menos cuidados en algunos deportivos y para mi algo básico si queremos un coche que transmita sensaciones.

Con la capota descubierta es todo un placer escuchar cómo el motor sube de vueltas y pasa de una marcha a otra, y en los túneles no hay quien se resista a pisar a fondo y hacer que el S-Tronic baje una marcha. Divertido divertido.

Puede que a la vista de las fotos, el TTS Roadster os parezca un coche “de postureo”, un biplaza más con el que pasearse por la puerta de las mejores discotecas de moda para que te vean. Pero no nos confundamos, porque el TTS Roadster sirve para eso y para mucho más.

Su motor 2.0 TFSI entrega 272 CV, y os aseguro que esta potencia es más que suficiente para mover los 1.475 kilos del TTS Roadster (1.395 kilos para la versión coupé). Para conseguir este peso tan reducido, se ha trabajado en el peso del motor, que es de solo 153 kilos. Además la parte delantera y media del coche se ha fabricado en aluminio y de ahí la sensación de ligereza del conjunto.

El 0 a 100 kilómetros por hora lo hace en solo 5,4 segundos, solo dos décimas más que la versión Coupé. Estos tiempos solo se consiguen con el cambio S-Tronic, ya que con el cambio manual el tiempo aumenta en dos décimas en ambas versiones.

El par motor es uno de los aspectos que más notamos cuando pisamos a fondo el acelerador, ya que los 350 Nm que entrega desde 2.500 revoluciones por minuto se mantienen constantes hasta las 5.000 y así nuestro cuerpo no se despega del asiento ni con palanquetas cuando llevamos el pie abajo.

También me gustó mucho cómo recupera el TTS Roadster. Podemos dejarlo bajar de revoluciones, pisamos a fondo el acelerador y si llevamos el cambio S-Tronic en posición automática, este reduce una marcha y nos catapulta hacia delante como un tiro.

Mañana más…

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