Muchos de nosotros cuando teníamos 15 años solo podíamos soñar con los coches de las revistas, o como mucho, empezar a ahorrar para comprarnos cualquier ganga al cumplir los 18 mientras coleccionábamos maquetas.
Más afortunado es Donald Dougher, un YouTuber estadounidense que tiene en su garaje superdeportivos de verdad como un Pagani, un Bugatti o un Ferrari que todavía no puede conducir. Al menos, legalmente.
Este chico, que abrió su canal “Donlad” en 2019, ya cuenta con casi 600.000 suscriptores y se estima que gana unos 25.000 dólares al mes (más de 23.200 euros al cambio). Pronto podrá ser más, al ritmo que crecen sus cuentas de otras redes como Instagram o TikTok. Pero, ¿cómo es posible?
Un garaje de película valorado en más de 10 millones de dólares
Sí, está claro que haber nacido en una ‘familia bien’, seguro que ayuda a que el adolescente californiano Donald Dougher tenga el tren de vida que tiene con solo 15 años.
Pero lo cierto es que, desde que creó su canal de YouTube hace tres años, sube vídeos con frecuencia (cada miércoles y cada sábado según reza su página), que tienen desde las 50.000 visualizaciones de media hasta más de un millón en algunos casos.
En lugar de ceñirse a un tema en concreto, los vídeos de “Donlad” van desde comida a estilo de vida y viajes, pasando por bromas, ropa y por supuesto, coches. Pero no coches cualquiera, claro.
Estos vídeos son los que más éxito e ingresos le generan, y no es para menos, pues el autoproclamado "niño más rico de América" tiene acceso a algunos de los superdeportivos más exclusivos del mundo.
Por su colección han pasado un McLaren 570, un Ferrari California T, un Rolls Royce Dawn, un Lamborghini Murciélago, y más recientemente un Pagani Huayra Roadster violeta (por ser el color favorito de su madre) con el que un amigo suyo ha sufrido un percance, un Bugatti Chiron 110 Ans o un Ferrrari LaFerrari, de los que solo hay 499 unidades en el mundo.
Mientras espera a poder conducir legalmente todas estas joyas cuando cumpla los 16 (la edad que se estipula para hacerlo en California, EEUU), Donald ya se está sacando la licencia.
Aún así, en algún vídeo ya reconoce que alguna vez "ya ha conducido antes" y de hecho, no se esconde, pues incluso se le puede ver al volante de alguno de sus juguetes tanto en las propiedades de su familia, como en carretera.
Su contenido será o no santo de nuestra devoción, pero lo cierto es que viendo algunas de las joyas que guarda en el garaje de la mansión familiar, podemos decir que ha aprovechado con creces la oportunidad que le ha brindado su apellido.
Además de con las redes sociales, Donald también ocupa su tiempo con una marca de ropa propia e incluso la fundación “Unity Project”, que se dedica a ayudar a los menos favorecidos.
