El automóvil se convirtió en uno de los productos estrella del siglo XX. Se podría decir que, dentro de una sociedad industrializada y de consumo, moderna y próspera, es el artículo rey, uno de lo más deseados, y uno de los que simboliza mejor el progreso (junto con la lavadora y el televisor). Acuérdate si no de lo que suponía por ejemplo para nuestros padres y abuelos: tener un coche era todo un lujo y hasta símbolo de estatus, de haber mejorado, de no seguir siendo pobres.
De hecho llegó a ser una forma de entender la vida "de calidad": basta recordar aquello del estilo de vida americano (American way of life): entre otras cosas, venía simblizado porque todo el mundo debería tener un coche, y cuanto más cochazo tanto mejor. Pero con los años se fue convirtiendo en algo más habitual y normal, y de hecho mucha gente lo utiliza a diario para ir al trabajo, casi perdiendo la percepción de ser un artículo de lujo y ser más bien una herramienta o necesidad.

En el mundo hay más de 1.000 millones de automóviles
El hecho es que hay muchísimos automóviles en el mundo, por encima de los 1.000 millones, contando no solo los coches, y en España por ejemplo hay unos 22 millones de coches, y unos 31 millones de automóviles de todo tipo (sumando motos, camiones, autobuses...).
¿Nos hemos hecho adictos al automóvil? Puede ser, de hecho muchas veces más personas de las que se dan cuentan tienen coche, aunque estrictamente no les es necesario o lo usan muy poco, pero que aún así lo tienen, principalmente por dos motivos: ya sea por placer, porque les gustan los coches y conducir, ya sea por una cuestión social, porque hay tenerlo, o porque todo el mundo tiene uno.
En otros casos, la adicción al automóvil es mucho más patente, lo citábamos antes: en norteamérica, sobre todo EEUU pero también Canadá, si no se tiene un coche en muchas zonas no se puede vivir. Y es que el desear tener coche, y el que cada vez más gente tuviera coche, además de una cuestión geográfica, por ser un país muy grande con mucho terreno disponible, hizo que se desarrollara un modelo de crecimiento urbano extensivo y disperso.

De la adicción llegamos a la dependencia
Es el modelo de urbanizaciones en la periferia que van creciendo y alejándose cada vez más del centro de la ciudad tradicional, del comercio y del trabajo, que se valen del hecho de que la gente tiene coches, y que por tanto se puede ir a vivir más lejos, y que a la vez, como un círculo que se retroalimenta sin fin, o como una pescadilla que se muerde la cola, hace que se dependa del coche casi para todo. De adicción, pasamos a dependencia.
Pensemos en esas urbanizaciones que realmente no tienen nada más que casas, muy bonitas, acogedoras, tranquilas, con mucho espacio y con jardín, pero que sin embargo no suelen disponer de servicios ni equipamientos en la proximidad, y que, salvo honrosas excepciones, no permiten moverse a pie teniendo todo lo necesario para el día a día a unos 15 minutos a pie.
Eso necesario es el supermercado, las tiendas, el colegio de los niños, la farmacia, el banco, el centro de salud... Son modelos urbanos donde el coche se hace imprescindible hasta para ir a comprar el pan. Y no decimos que sea mejor o peor, decimos que tiene sus ventajas y desventajas, que después cada cuál valorará de una forma u otra.
Como cada vez hay más coches, y la gente se ha ido a vivir más lejos, a las urbanizaciones, al final hay más desplazamientos en coche, y también atascos de tráfico, y las administraciones públicas tienen que destinar cada vez más recursos en mejorar, conservar, mantener y ampliar las carreteras, con más y más carriles que puedan dar cabida a cada vez más coches.

Cuantos más coches, menos transporte público, y a la inversa
Como los recursos económicos de las administraciones públicas son limitados, esto suele tener como contrapartida que se reducen los recursos destinados a otras formas de transporte, como por ejemplo el transporte público. De hecho, el transporte público es tanto más rentable cuando más denso el modelo urbano, pues hay que recorrer menos distancias, y hay más usuarios que paguen por el servicio, resultando más fácil la sostenibilidad del servicio.
No es lo mismo mantener una línea de autobús que al final cogen 5 o 10 personas, que una línea de autobús que usan 500, para que nos entendamos. Y de nuevo aparece el círculo que se retroalimenta sin fin: como es costoso y poco rentable para la administración mantener el transporte público, este tiene menos frecuencia o es de menor calidad, y la gente tampoco lo encuentra del todo práctico y cómodo, y prefiere moverse en coche.
Suele suceder también que la ventaja del coche de ser más rápido, no siempre es así. Y esto resulta de la mayor distancia que hay que recorrer al final entre casa y el trabajo, o incluso para algo tan necesario como hacer la compra. En un modelo de ciudad compacta, y con buen transporte público, es más fácil vivir cerca del trabajo y que en transporte público no lleve mucho tiempo llegar al mismo.
Si para ese mismo trabajo en el centro, la gente se ha ido a vivir a una urbanización a las afueras, al tener que recorrer más distancia, y aunque vaya en coche, al final puede tardar lo mismo, o a veces incluso más tiempo. Pero claro, viviendo en una urbanización de las afueras, y por lo que comentábamos antes, la opción del transporte público puede ser incluso peor.
Esta dualidad tan opuesta se ve muy claramente en ciertas ciudades, sobre todo si son muy grandes. Sin irnos más lejos es el caso por ejemplo de Madrid, donde hay una ciudad densa y un transporte público bastante desarrollado y eficaz, aunque no sea perfecto, y a la vez tenemos ciudades dormitorio, nuevos desarrollos urbanos y urbanizaciones en la periferia y en los alrededores, donde en general no queda otro remedio más que utilizar el coche.

Y de la dependencia llegamos al rechazo
Aquí aparece un fenómeno que está cobrando poco a poco más peso: el de las personas que se dan cuenta de que no necesitan coche, y que tampoco sienten deseos de tener uno. Suelen ser personas que viven en el centro de una gran ciudad, y que utilizan el transporte público para moverse o incluso otras formas más convencionales, como ir a pie o utilizar una bicicleta.
Y es que las ciudades están cada vez más desbordadas por los coches, pues sus calles no fueron pensadas para tantos automóviles que ha llegado a haber. Entre lo que cuesta tener un coche, pagar una plaza de aparcamiento o pelearse por buscar un sitio en la calle donde aparcar, y sufrir los atascos de tráfico diarios, tener coche es más un quebradero de cabeza que un placer.
Y total, si se vive en la ciudad densa y consolidada, y se tiene un supermercado, una cafetería, tiendas, quiosco, médico, colegio... todo lo que se pueda necesitar a mano, tampoco se necesita el coche tanto (por ejemplo para ir a comprar el pan o el periódico).
Algunas ciudades se han dado cuenta de que más coches no necesariamente implica más calidad de vida. Mayores distancia de desplazamiento por un modelo de crecimiento urbano pensando en el coche, más atascos de tráfico, más contaminación del aire e incluso más gasto económico mensual en desplazamientos.

Ciudades sin coches: cuando el modelo no da más de sí
En Europa, por ejemplo, una tendencia es la restricción de la circulación de automóviles, con ciertas excepciones, en los centros de las ciudades, con casos como Londres, Roma o París. El motivo principal es que cada vez hay más atascos de tráfico y contaminación.
Son ejemplos todavía más destacados los casos de Copenhague o de Ámsterdam, donde casi no circulan automóviles privados por el centro desde hace años.
El modelo es más viable de lo que algunos podrían pensar: a cambio de usar menos el coche se recupera esa parte de la ciudad para los peatones y ciclistas. Se potencia el uso de la bici para medias distancias, por ejemplo con carriles bici útiles de verdad.
Y desde luego también resulta muy importante disponer de un sistema intermodal de transporte público bien planificado y eficaz, que sea competitivo en tiempos y costes con el coche.

Esto, además de calmar el tráfico y reducir atascos y contaminación, también revitaliza la propia ciudad consolidada pues hay más interés por vivir en el centro, si se trabaja ahí, para que la casa no esté muy lejos del trabajo, y además porque si hay restricciones para circular con el coche por el centro, se hace todavía menos apetecible vivir a las afueras en una urbanización, si luego no se va a poder ir al trabajo en coche.
No debemos tampoco despreciar que con mucho tránsito peatonal y centros urbanos que no son solo lugares de trabajo (solo oficinas), sino también lugares donde vivir (con viviendas), hay lugar para el comercio, para los equipamientos y para los servicios. Y en este caso aparece un nuevo círculo que se retroalimenta y revitaliza el centro de la ciudad (cuanta más gente viva allí, más servicios puede haber, y más interesante es vivir allí...)
Como casi con todo en esta vida, el equilibrio entre un modelo y otro, que no fuera ni depender del coche para todo, ni prohibir su uso en el centro de la ciudad, sería lo ideal, aunque no siempre es fácil.
¿Y tú? ¿Vives en una ciudad que sufre adicción, y dependencia, del automóvil? ¿Qué modelo de ciudad te gustaría más? ¿De tanto querer coches, nos hemos pasado y nos condenamos a su restricción?
Imagen | Wikimedia, Wikimedia
En Motorpasión | Quieren cerrar el centro de la ciudad al tráfico... y es todo un acierto, Quieren cerrar el centro de la ciudad al tráfico... y es todo un error
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También existen ciudades que "fastidian" al automóvil (por no decir otra palabra más acertada que empieza por put..)
En mi ciudad Sevilla cada vez hay más zona azul y cada vez se eliminan más aparcamientos. Los pocos aparcamientos que hay están llenos de gorrillas y los inútiles de los alcaldes que hemos tenido últimamente siguen empeorando progresivamente las cosas. No recuerdo la última vez que se hicieron plazas de aparcamiento gratuitas en la ciudad.
Decís que el problema es que aumentan el número de vehículos pero no, el problema es que no se adecuan las ciudades al número de vehículos. El problema es que nos hartamos de pagar impuestos por los vehículos privados y a cambio no se crean las infraestructuras necesarias.
He vivido en otro país donde existe una verdadera cultura del automóvil y existen plazas de aparcamiento en cada centro comercial, calle principal (conviviendo en armonía con el transporte público), en cada vivienda privada... aquí simplemente existe una mala imagen y un analfabetismo tremendo sobre los medios de transporte privado. La mayoría piensa que llenar la ciudad de autobuses medio vacíos es ecológico y tener una única línea de metro o un tranvía que te lleva de un calle a la de al lado es lo más verde que se puede hacer. Lo dicho, falta cultura,sentido común y pensamiento propio (la mayor parte de la gente prefiere que otros piensen por ella).
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¡Genial artículo!
Es lo que vengo defendiendo desde hace años; Copenhague es el ejemplo a seguir.
Es una ciudad con un urbanismo pensado para las personas y no una autopista con edificios alrededor. Muchísima gente se mueve en bici (muy potenciada por las autoridades y cuya infraestructura da envidia) y en transporte público (que es de calidad). Los que van en coche también obtienen grandes ventajas de que haya menos tráfico motorizado: muy pocos atascos y aire mucho más limpio.
Y entre las ciudades con mayor calidad de vida del mundo están todas las que tienen un modelo urbanístico similar, incluyéndose Copenhague.
Por mucho que nos gusten los coches a los aquí presentes es un modelo que, aunque tiene sus ventajas, presenta demasiados y demasiado graves problemas.
El gran inconveniente que veo para su implantación en España es que cuesta más arañar porcentaje de un barato carril bici que de una autopista urbana, ya me entendéis. Además el lobby del automóvil tiene MUCHO dinero.
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Yo la verdad vivo en una zona rural y se llega bien a cualquier parte en coche, a pie, o en bici, pero la verdad cuando voy a la ciudad, Sevilla y Málaga normalmente, prefiero dejar el coche en una ciudad más pequeña e ir a la grande en cercanías, ya que normalmente en estas dos ciudades, con especial hincapié en las partes céntricas, aparcar es entre improbable e imposible, y creo que lo mejor y por mucho que me pese es usar el transporte publico y dejar el coche atrás.
Saludos !
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Conozco por ejemplo el caso de ciudades pequeñas, como Segovia, en la que en hora punta el atasco que hay es de campeonato, y la mayoría de los trayectos se pueden hacer en 15 minutos andando...eso es adicción.
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Vivo en Barcelona, y si, creo que sufrimos de ello por aqui.
Aunque creo que en toda españa, incluso ya no a nivel nacional o europeo, si no a nivel mundial tambien, a excepciones, claro.
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Da pena en lo que se ha convertido motorpasión actualmente. Cada vez que entro no veo más que artículos que no tienen nada que ver con los coches y algunos como éste que encima son anti coche. A ver, esto se llama motorpasión. Ya sabemos que los coches son malísimos y son los causantes de la destrucción del planeta y todo eso, pero dejadnos en paz con nuestra locura. Que ya hay miles de webs, foros, etc; que hablan mal de los coches. Que pesadilla.
La página de FB "cabromotor" es la única que veo actualmente que mantiene ese espíritu gamberro e irreverente de los aficionados a los coches....pero motorpasión lo perdió hace mucho.
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El rechazo lo tienen los pobres que se autoconvencen de que no lo necesitan para no sufrir por no tener uno.
Dales un sueldo de 3000€ al mes y veremos donde queda su rechazo.
Yo porque no me puedo permitir tener 10 o 20 coches, sino los tendria.
Y al igual que muchos tienen rechazo al coche porque no se lo van a poder permitir, yo tengo rechazo a los ferraris, al veyron o a coches asi en gran parte por lo mismo.
Si me sobrasen los millones no creo que me importase mucho lo poco fiables que son, todo el mantenimiento que necesitan y los gastos que conllevan.
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Es muy bonito escribir esto. Pero no es lo mismo el precio de la vivienda del centro de una ciudad que el extrarradio.
No todos vivimos en un chalet en el extrarradio. Mas bien por necesidad economica.
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Muy interesante el articulo, pero yo veo una solucion a todo esto mucho mas logica, y es que la distancia entre el trabajo y la vivienda se tenga en cuenta a la hora de escoger empleados, por ejemplo, en Madrid, hay oficinas y trabajos por todos lados, no solo en el centro, pero todos los dias mucha gente que vive en el sur va al trabajar al norte y viceversa, no tiene mucho sentido.
El teletrabajo es otro gran desconocido que arreglaria la situacion en gran medida, y es una realidad productiva a dia de hoy para muchos puestos de trabajos, pero no existe la mentalidad, seguimos con la mentalidad empresarial del siglo pasado, de tener al empleado controlado y x horas en la oficina sin remedio en lugar de medir objetivos...
Por alusiones a las ciudades dormitorio, yo vivo en una, en uno de los PAU que ampliaron Madrid hace ya unos años, decirte que igual en otros paises o incluso en España hay casos como el que dices de no tener equipamientos ni nada mas que viviendas, el PAU donde vivo los primeros años de empezar aun no tenia todo lo que tiene ahora, pero a dia de hoy no es asi exactamente, hay supermercados, bares, farmacias, bancos, centros de salud, colegios...son como una ciudad en pequeño, hay hasta oficinas con sus puestos de trabajo y ademas cuentas con amplias zonas verdes, calles no congestionadas (ni tan contaminadas) y silencio, la comparacion con el centro de Madrid en las horas de descanso es odiosa, en las horas de oficina es incomparable directamente.
Ariasdelhoyo
Yo vivo en Pontevedra. Aquí lo que existe es una aversión al automóvil por parte del lamentable alcalde que nos gastamos hace quinces años. Peatonaliza todo el centro sin dar alternativas. Quita aparcamientos sin dar altenativas. Las calles que quedan las llena con badenes, la mayor parte de ellos ilegales por separación entre ellos, o por altura, tan es así que los bomberos tienen que ir con los cascos puestos dentro de la cabina del camión. Tenemos una viñeta (impuesto de circulación) aco*onantemente alto. No hay prácticamente transporte público. Aquí llueve bastante. Donde se puede aparcar está lleno de gorrillas que no son perseguidos. De hecho esta mañana he visto cómo los municipales estaban multando un coche aparcado encima de una acera a la puerta de un colegio a la hora de la salida , mientras en esa plaza hay cuatro o cinco gorrillas.
Y ahora me voy en coche a por mi hija al cole, porque tengo una lesión de rodilla y soy un demonio del averno que quiero destrozar el planeta.
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Y pensad en el turismo(Yo soy Mallorquin )y encima me dedico a alquilar coches desde hace 5 años aquí no se puede estar.
de hecho estoy mirando una 125,
No solo la gente de tu propia ciudad , Tenemos que aguantar lo de más, De hecho tengo
clientes que no quieren venir más (caro y siempre atascados)
creo que tendríamos que hacerlo de otra
forma
Zarco Dono
Yo sufro adicción al automóvil. Hace media hora me he hecho un esguince en el tobillo y lo primero que he pensado ha sido "mierda, no podré coger el coche durante unos días"... ¿Es grave, doctor?
enekko
No se cómo no se os cae la cara de vergüenza a los editores de este blog con el tema de los comentarios "irrelevantes". Censura pura y dura de aquellas opiniones que no gustan. Digno del más genuino estilo "forocoches"
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Cualquier sitio donde hayan semáforos es un fastidio para el adicto. Lo mejor es vivir en el extrarradio, o en algún pueblo con carreteras sinuosas. Yo viviendo donde vivo estoy bastante contento.