En los últimos años, el motor V4 se ha convertido en la solución fetiche de las motos deportivas más radicales: compacto, potente y fácil de adaptar a distintas cilindradas. Mientras unas marcas lo afinan hasta el límite y otras apuestan por electrificar o estirar plataformas ya conocidas, MV Agusta ha decidido hacer justo lo contrario.
Sin hacer mucho ruido, la marca italiana presentó hace un mes en el EICMA un motor que desafía las reglas no escritas de la industria y va contra corriente: el VR5 Cinque Cilindri. Con cinco cilindros y una arquitectura inédita en motocicletas, está inspirado en los motores VR de Volkswagen y está concebido para dar vida a futuros modelos.
Un motor que no es ni en línea ni en V
La clave del VR5 está en su disposición “cuadrada”: tres cilindros delante y dos detrás, todos bajo una sola culata y con un único cigüeñal. No es un cinco en línea ni un V clásico, sino una reinterpretación directa del concepto VR trasladado por primera vez al mundo de la moto. Es un motor más corto y estrecho que muchos cuatro cilindros actuales, con un peso declarado de unos 60 kg.
Además, MV Agusta no ha perdida de vista los detalles: tres árboles de levas (uno central para admisión y dos laterales para escape) y bombas de agua y aceite eléctricas para eliminar arrastres mecánicos y pérdidas por fricción. Decisiones poco habituales incluso entre los grandes fabricantes japoneses.
Plataforma modular, cifras que impresionan
La marca lo define como “una base técnica escalable”. Habrá versiones entre 850 y 1.150 cc y, en su configuración más ambiciosa, pero MV Agusta habla de más de 240 CV a más de 16.000 rpm y 135 Nm de par, sin recurrir a distribución variable. Sobre el papel, eso lo sitúa por encima de referentes como la Ducati Panigale V4R o la BMW S 1000 RR, aunque aún lejos del extremo absoluto de la Kawasaki Ninja H2R.
El orden de encendido específico de los cinco cilindros y la geometría compacta buscan una entrega de potencia suave y controlada, reduciendo vibraciones y manteniendo ese carácter mecánico que siempre ha definido a MV Agusta.
Cinco cilindros: una rareza con historia
Los motores de cinco cilindros no son nuevos, pero sí excepcionales. El gran mito sigue siendo la Honda RC211V con la que Valentino Rossi dominó MotoGP a comienzos de los 2000. En la calle, propuestas como la Horex VR6 o, en otro registro técnico, la Suzuki RG500 demostraron que salirse del guion, aunque tiene un encanto especial, también tiene un precio.
El reto ahora es gestionar el equilibrio dinámico de un quinto cilindro en una arquitectura tan compacta. En Varese aseguran que las simulaciones y pruebas en banco han validado un funcionamiento estable, algo crucial si este motor quiere llegar a producción. MV Agusta insiste en que el VR5 no sustituirá de inmediato a sus actuales tricilíndricos o tetracilíndricos.
Quiere abrir una vía distinta, una plataforma propia que permita desarrollar naked, deportivas o incluso modelos más polivalentes sin recurrir a la hibridación ni a soluciones de moda. Aún no hay fechas cerradas ni motos definitivas, pero en una industria cada vez más homogénea, MV Agusta ha decidido volver a ilusionar desde la mecánica, con una idea tan arriesgada como coherente con su ADN.
Imágenes | MV Agusta, Vitrevo Cali
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