En unos años, el bus que cojas para ir al trabajo no podrá contaminar: estacazo de Europa a las emisiones CO₂ de camiones y autobuses

En unos años, el bus que cojas para ir al trabajo no podrá contaminar: estacazo de Europa a las emisiones CO₂ de camiones y autobuses
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No sólo los coches. Europa se pone seria con las emisiones de los vehículos pesados, fijando nuevos objetivos de reducción para los próximos 16 años y con la meta puesta en 2040. Dicho año tendrán que haber bajado sus emisiones contaminantes en un 90 %.

El Consejo y el Parlamento europeos han rubricado el acuerdo provisional sobre estos objetivos, que mantienen los propuestos hace un año. A falta de la aprobación formal que los haga efectivos, serán los definitivos. Además se han introducido enmiendas más exigentes: por ejemplo los autobuses urbanos deberán ser cero emisiones en cuestión de once años.

Este nuevo acuerdo se suma a otras exigencias con los vehículos en el punto de mira: por ejemplo la Euro 7 definitiva, acordada a finales de 2023, o el ya aprobado veto a los coches térmicos, que no podrán venderse en Europa desde 2035 aunque con la excepción de los efuels incluida en la ecuación.

Todos los vehículos pesados a cumplir los nuevos límites, excepto los de pequeños fabricantes

Camiones

Los objetivos aprobados fijan una reducción de las emisiones del 45 % en 2030, del 65 % en 2035 y del 90 % en 2040. Se aplicarán a camiones pesados (que superen las 7,5 toneladas) y autobuses o autocares. Se suman a los aprobados previamente, que ya fijaban una reducción del 15 % de sus emisiones. Sí que han variado los aplicables a remolques, siendo algo más laxos que los propuestos inicialmente: deberán reducirlas en un 7,5 %. Y los semirremolques en un 10 %.

Estos objetivos tendrán que cumplirlos todos los vehículos de este tipo a excepción de los de fabricantes de pequeño volumen, los utilizados en minería, silvicultura y agricultura, los de fuerzas armadas y de bomberos, los de protección civil y los de atención médica.

Además se está estudiando que, más adelante, se sumen a estos objetivos camiones más pequeños de menos de cinco toneladas.

Autobús eléctrico EMT de Madrid

En una década, sólo buses eléctricos en ciudad. Los autobuses urbanos tendrán menos manga ancha: a partir de 2035 deberán ser cero emisiones. Es decir, completamente eléctricos ya sea de batería o de pila de combustible de hidrógeno. Y en 2030 deberán conseguir un objetivo intermedio de reducción del 90 %. Ha sido una de las últimas enmiendas presentadas para que vea luz verde la nueva regulación.

No será así con los autobuses interurbanos: en este acuerdo se les ha dejado finalmente fuera marcando los mismos objetivos que el resto de los pasados, con esa meta de 2040 para llegar a esa bajada del 90 %.

Esto da 11 de años de margen a ciudades y ayuntamientos para cambiar por completo sus flotas de autobuses, con su consiguiente inversión. Por poner un ejemplo, en Madrid los de la flota de la EMT tienen una media de 4,83 años: el 90,3% tiene mecánica de gas natural y sólo el 9,7 % son eléctricos.

Transporte por carretera

¿Es definitivo? Sí, aunque queda la aprobación formal del Ejecutivo comunitario para que estos objetivos de reducción de emisiones entren en vigor, lo que harán cuando se publiquen en el Diario Oficial de la Unión Europea (UE).

Además, serán revisados en cuatro años: en 2027 se evaluará el impacto de los objetivos ya adquiridos previamente. Lo que podría sumar que los nuevos sean más exigentes si no se han reducido lo suficiente las emisiones contaminantes.

También se evaluará una metodología común para la evaluación y notificación de las emisiones de CO2 del ciclo de vida completo de los nuevos vehículos pesados o así como una específica para los que usen combustibles neutros en CO2.

Según la UE, los pesados son responsables del 25 % de las emisiones de gases de efecto invernadero procedente del transporte por carretera. Así, los objetivos de reducción para este tipo de vehículos se llevan adoptando desde 2019.

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