La amenaza de la COVID-19 cambia las retenciones de Semana Santa por un desierto problemático para la DGT

La amenaza de la COVID-19 cambia las retenciones de Semana Santa por un desierto problemático para la DGT
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Este año no hay Semana Santa, al menos como se entiende la Semana Santa en términos de tráfico y movilidad. Es evidente que las medidas de confinamiento que restringen la circulación nos sitúan en un escenario atípico en los últimos tiempos. Y esto se reflejará, también, en cómo se medirá este 2020 la siniestralidad vial en las carreteras españolas.

Las primeras imágenes que ha mostrado la DGT sobre el estado de las carreteras muestran unas salidas de Madrid poco conocidas en este periodo del año: un desierto en el asfalto sólo habitado por unas insólitas retenciones: las que motivan los controles que hace semanas que comenzaron.

La Semana Santa, como prueba de fuego

La Semana Santa suele ser un barómetro de la siniestralidad vial. El elevado número de vehículos en movimiento, unido a los breves periodos de tiempo en los que se suceden los desplazamientos, sumado a las largas distancias que se suelen cubrir, da como resultado uno de los peores escenarios de cada año, en términos de seguridad vial.

Junto a las vacaciones de Navidad, la Semana Santa y los desplazamientos que se dan en este periodo suelen servir para medir la eficacia de las medidas realizadas durante el resto del año.

Teniendo en cuenta que el principal dato que utiliza la DGT para evaluar sus acciones tiene que ver con las cifras de siniestralidad, este 2020 va a dejar sin ese input a los gestores del tráfico de España. Tampoco dispone la DGT de un escenario parecido, para poder establecer comparaciones a nivel estadístico.

Esto es un problema para la DGT, que no podrá utilizar este indicador para evaluar cómo han funcionado sus últimas políticas, basadas primordialmente en el control de los excesos de velocidad, en la reducción de las distracciones al volante y en la persecución de las drogas mezcladas con la conducción.

En cuanto a las sanciones como indicador, tenemos que el listado de infracciones más repetidas en 2019 habla de esos factores, pero también de cuestiones más administrativas, como no identificar a un conductor infractor. Y, en cualquier caso, el volumen de datos que arrojen esas multas (4.505.867 sanciones, en 2019) se quedará en una muestra —representativa, pero muestra— frente a los casi 25 millones de desplazamientos que dieron lugar a las dos fases de la operación salida del año pasado.

Guardia Civil

La DGT suele emplearse a fondo cada Semana Santa para reducir en lo posible las cifras de mortalidad vial, entre campañas de concienciación —que en ocasiones como el año pasado resultan verdaderamente agresivas— y campañas de vigilancia del tráfico. Por primera vez en mucho tiempo, no se está hablando ni de velocidad ni de alcohol y otras drogas, ni tan siquiera de cansancio al volante.

En esta ocasión, se han redirigido los medios. Hay como cada año controles de carretera, pero esta vez su acción comenzó antes, justo cuando se declaró el estado de alarma. Además, la vigilancia se ha reforzado de cara al periodo vacacional con 150 puntos de control nocturno para reducir en lo posible los desplazamientos. Y todo, teniendo en cuenta que la DGT ya hace días que elaboró un listado de preguntas frecuentes sobre el escenario actual.

Desplazamientos permitidos en Semana Santa

Semana Santa 2020

En la situación actual, sólo se permite el desplazamiento para realizar las siguientes actividades:

  1. Adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad.
  2. Asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios.
  3. Desplazamiento al lugar de trabajo para efectuar su prestación laboral, profesional o empresarial, siempre que estén incluidos en las actividades esenciales contempladas en el Real Decreto 10/2020, del 29 de marzo.
  4. Retorno al lugar de residencia habitual.
  5. Asistencia y cuidado a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables.
  6. Desplazamiento a entidades financieras y de seguros.
  7. Por causa de fuerza mayor o situación de necesidad.

Cualquier otra actividad de análoga naturaleza deberá hacerse individualmente, salvo que se acompañe a personas con discapacidad o por otra causa justificada.

Asimismo, la DGT ha recordado cuál debe ser el comportamiento del conductor si un agente de la Guardia Civil le da el alto:

Las multas por incumplir el estado de alarma van de 100 a 600.000 euros, según la gravedad, y pueden implicar penas de prisión de tres meses a un año.

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