2013 Chevrolet Camaro SS Convertible, prueba (parte 1)

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible, prueba (parte 1)
73 comentarios

Los coches americanos decididamente no son lo que eran, y tenemos ejemplos por todas partes. Pero aún conservan carácter de su tierra, como es la gran cilindrada --aquí sí podemos hablar de-- y el músculo como forma de tener potencia. El downsizing llegará a EEUU en el último momento, estoy seguro.

El 2013 Chevrolet Camaro SS no es el último modelo, pero como el motor no ha cambiado y unos cambios estéticos y de equipamiento poco importan, se merece su sitio aquí. Además, el modelo Convertible, para disfrutar de las sensaciones a flor de piel, con el cabello ondeando al viento (o lo que nos quede de él).

Esta es mi última prueba para Motorpasión y he querido que sea muy especial. No os voy a saturar con detalles de equipamiento, materiales o aspectos prácticos. Es algo mucho más sentimental, porque la compra de este coche es injustificable desde un punto de vista racional.

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible

El Chevrolet Camaro de quinta generación ha sido un éxito rotundo. Comercialmente volvió en 2009 tras haber estado desaparecido siete años. Se usó la misma fórmula que Ford para el Mustang contemporáneo, reinterpretar las líneas de los modelos clásicos y ponerlas al día. Con las imágenes del Camaro Concept (2006) tiré litros de babas.

Desde que se puso a la venta, el Camaro batió al Mustang. Ford hizo lo que pudo, y veremos qué tal se comporta el nuevo modelo (2015 Mustang). Es imposible permanecer diferente ante las líneas de este trasto, aunque no se tenga ni idea de coches. A los hechos me remito.

Es muy pesado, 1,85 toneladas para el Coupé, o lo que es lo mismo, 200 kg más que el BMW M3 Coupé (E92). Comparado con el alemán de su quinta (hoy día es el M4), pierde en cualquier medición de aceleración o recuperaciones, aunque sea por una décima de segundo. El Convertible pesa 1.965 kg en orden de marcha, el M3 Cabrio (E93) 1.885 kg.

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible

También os diré otra cosa. He conducido ese BMW M3, que tiene un delicioso motor 4.0 V8 de alto régimen de giro, y conduciendo los dos en el mismo día, reniego del teutón. Prefiero de calle la propuesta americana, es un coche que me transmite muchas más sensaciones, y no me refiero solo al sadomasoquismo que supone darle de beber.

El Camaro es uno de los pocos coches del mercado que pone las sensaciones para el conductor por delante de otras consideraciones. Y con los pasajeros, también. He dado "paseos" que han acabado en gritos eufóricos y me dejaron los asientos empapados de adrenalina. Nunca antes se habían divertido tanto en un coche.

Sin duda el colmo fue la novia venezonala de un amigo, que desde el asiento trasero empezó a soltar todas las palabrotas que conocía en inglés, al más puro estilo del síndrome de Tourette: "Motherfucker! You silly driver! Holy shit! This is fucking crazy!". Como criada en el Bronx, vaya...

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible

La asociación de traumatólogos de España ha puesto mi fotografía en carteles de búsqueda y captura de la cantidad de cuellos que he partido. Allá donde iba, llamaba la atención. Hay gente que se ha insensibilizado al ver un Porsche 911, pero si no sienten el paso del Camaro, es que están ciegos, sordos, y no notarían un terremoto local.

Lo primero que hice al recoger el coche del parque de prensa fue ponerme gafas de sol modelo aviador, bajar la capota y poner música de negratas a todo volumen, hasta que los bajos de sus Boston Acoustics me retumbaban las gónadas. El motor no dejaba de oírse. Era sentir la expencia madafaca perfecta, eso nunca lo voy a sentir en un RS5 o similares.

Una cosa está clara, ese motor 6.2 V8 LS3 se siente en cualquier momento, y cuanto más sube la aguja del tacómetro, más intensidad. También sube el pulso, y la tensión. El corazón llega a bombear la sangre con más fuerza que la gasolina a través de los inyectores. No llega ni de lejos a las 8.000 RPM del M3, pero creedme, merece la pena.

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible

Hay gente que busca la contundencia en el diseño en los SUV con ruedas enormes. Existiendo coches como este, no les entiendo, ¡también tiene las ruedas enormes! Y son "económicas", unos 300 euros por rueda, creí que era muchísimo más. Y me temo que en este coche las 20 pulgadas están más que justificadas.

Los 432 CV que se le sacan al motor LS3 no impresionan por la cilindrada, pero esos 569 Nm de par máximo son un asunto de lo más serio. No hace falta subirlo de vueltas para obtener fuerza, incluso conduciéndolo como un Diesel. Es como tener a un culturista moviendo mancuernas de 10 kg, las menea con la punta de la nariz.

El Camaro es un pony car, pero podemos llamarlo tranquilamente muscle car. Su carrocería no pasa en absoluto desapercibida, hace honor a lo que va por debajo: músculo de Detroit. Es imposible confundirse con un modelo inferior, no podemos decir lo mismo de su competencia europea.

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible

Pero lo cierto es que su competencia europea es más eficiente. La homologación americana, más realista, declara 16 mpg en zona urbana (14,7 l/100 km) y 24 mpg en autovía (9,8 l/100 km). Conseguir esos consumos solo es posible bajo estado de sedación, pero técnicamente puede ser.

El Camaro es de esos coches que va constantemente pidiéndonos que le pisemos, es muy difícil conducirlo de forma tranquila aunque se ventile 20 euros de caldo en 60 kilómetros. Y toda la culpa la tiene es maldito y maravilloso sistema de escape, en realidad el motor no es tan ruidoso cuando está en el vano.

Ya podréis comprobarlo en vídeo más adelante, se me ponen los pelos como escarpias cada vez que oigo ese ronroneo, y eso que los micrófonos de las cámaras no le hacen justicia. Es posible excitarse de mala manera solo con oírlo.

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible

Cierto es que a nivel de materiales no es Premium ni lo pretende, pero está mejor acabado de lo que más de uno espera. Los más de 45.000 euros que se piden por este coche no me parecen exagerados, sobre todo cuando nos ponemos a comparar con la competencia.

El Coupé arranca en 45.900 euros, el Convertible en 51.900 euros. Ciertamente duelen mucho esos 6.000 euros de diferencia, la pérdida de 50 litros de maletero viene a ser lo de menos. El BMW M4 Coupé cuesta 88.500 euros, el RS5 91.730 euros, el C 63 AMG Coupé 83.450 euros o el XKR 5.0 S/C Coupé 127.200 euros. Lo dicho.

En sus distinguidos rivales Premium la versión descapotable de turno sube de precio mucho más de 6.000 euros, así que hay que ver las cosas en perspectiva. Su techo de lona textil necesita 20 segundos para desaparecer en el maletero. Tampoco es el más rápido del mercado en ese sentido.

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible

¿Puede usarse el Camaro para el día a día?

Es una buena pregunta. Para empezar, hay que mentalizarse en que haremos amigos en la gasolinera, si bien es cierto que con una conducción suave y sin revolucionar el motor, se puede bajar de 10 l/100 km. Sí, la cifra es correcta.

En cuanto a comodidades, no quiero engañar a nadie, el Camaro es un deportivo y no se ha pensado para hacer largos viajes sin fatigarse. Eso sí, nos bajaremos muy felices del coche por durita que vaya la suspensión. El tacto del coche en general es duro, y hay que quererle así.

A nivel práctico no está mal, tenemos los huecos necesarios para deshacernos de objetos cotidianos, hasta es posible cargar el móvil dentro del cofre central y que no salga volando. Los huecos de las puertas y la guantera no son muy voluminosos, pero hacen el apaño.

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible

En las plazas delanteras se va bien, incluso en ocupantes de talla generosa, otra cosa es cómo se va atrás. Los pasajeros posteriores seguramente se acordarán más de lo que han sudado adrenalina, o el ruido del motor, antes de cómo es el mullido de los asientos o el espacio para las rodillas.

En las fotos sin capota podemos advertir que no se ven los mecanismos del techo, porque van ocultos por una pieza que se coloca manualmente. Dicha pieza encaja con facilidad, y se puede guardar en el maletero, habiéndola plegado, en un espacio reservado para ella.

En cuanto al maletero, unos 300 litros si el techo está fuera, pero si lo queremos plegar tenemos que cargar únicamente hasta la cortina interior, y nada más. Es el precio a pagar por el techo plegable, refuerzos estructurales y 6.000 euros aparte. Incluye el dispositivo anti-secuestro típicamente americano.

2013 Chevrolet Camaro SS Convertible

Resiste aún la tendencia a darle protagonismo a las pantallas LCD. La instrumentación tras el volante es un poco básica, aunque contamos con indicadores analógicos muy relevantes frente al cambio, un poco mal ubicados. Podemos ver la temperatura y presión del aceite, temperatura de la caja de cambios y voltaje del alternador.

Proyecta en el parabrisas la información más elemental: velocidad, rumbo, temperatura, testigo de luces largas, RPM... El ordenador de a bordo puede provocarnos problemas cardiacos si lo miramos a menudo. Menos mal que marca la autonomía, porque el indicador analógico del nivel de combustible no es de gran ayuda.

A nivel ergonómico no le veo pegas destacables, y el que se queje del ruido en este coche merece un día sin comer. Los alemanes sí son dados a poner un V8 y luego aislarlo, pero los americanos no. Están muy orgullosos de ese bramido y por lo tanto se oye de forma natural, sin sonidos artificiales ni gaitas.

En Motorpasión | 2013 Chevrolet Camaro SS Convertible, prueba (parte 2, parte 3)

Temas
Comentarios cerrados