Algo ha cambiado en Mercedes-Benz, la prueba (parte 1)

Algo ha cambiado en Mercedes-Benz, la prueba (parte 1)
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En los últimos años la marca Premium alemana ha experimentado una gran evolución. No solo sigue siendo una marca deseada para los senior, también he ganado caché entre compradores más jóvenes, quitándose el sambenito de marca de coches para gente mayor. Mercedes-Benz se ha reinventado.

Para muestra, varios botones. Hemos participado en una prueba de varios modelos seguidos, uno detrás de otro, que no permite exhaustividad pero sí percibir el carácter de la marca, las diferencias entre segmentos y en definitiva la dirección que han tomado.

Digamos que la marca ha mejorado en tres frentes:

  • Han ampliado la oferta de modelos en segmentos "bajos" y medios, más que en los altos
  • Versiones de acceso a gama más asequibles, tanto en compra como en mantenimiento
  • Más deportividad en las vacas sagradas de la gama, refuerzo de los modelos AMG, y nuevos modelos prestacionales pero más accesibles
Mercedes-Benz

Probamos los Mercedes SLK 250 CDI, ML 250 BlueTEC, GLA 220 CDI y CLS 350 BlueTEC

El concepto de Mercedes Diesel ha cambiado mucho a lo largo de los años, empezando por aquel mítico Mercedes 260 D "Lola Flores", sin olvidar el famoso 300SD Turbo Diesel (3.0 115 CV). Ya no podemos asociarlo a un motor eterno hecho para durar kilómetros y kilómetros dejando las prestaciones a un lado.

El primer coche que conduje fue el SLK 250 CDI, un descapotable Diesel es según muchos una herejía, pero los que dicen eso han conducido pocos coches así. Para empezar, a partir de cierta velocidad, el motor deja de hacer ruido porque el aire lo sustituye. Eso, claro, con el techo quitado.

No es un motor ruidoso, y tiene buen empuje con sus 204 CV, doble sobrealimentación y una cilindrada adecuada (2.143 cc) aunque no sea tan políticamente correcta. Homologa 4,9 l/100 km, cifra que se quedó en el ordenador de a bordo cuando me bajé del coche, conduciendo a ritmo legal pero no a paso de tortuga.

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Me parece un propulsor muy adecuado al planteamiento de este coche, sobre todo si pensamos hacer kilómetros en un coche en principio poco práctico. Además, no han dejado de ofrecer versiones de gasolina, así que sinceramente no veo dónde está el problema. Que me aspen si 0-100 km/h en 6,7 segundos es un mal tiempo.

El SLK es un coche juguetón si se le provoca, propulsión trasera y batalla corta, pero no es un coche de puretas. El cambio automático 7G-TRONIC PLUS mejora sustancialmente las viejas cajas de convertidor de par y cinco relaciones, que montaban no hace tanto, como en el CLC 220 CDI que probamos en 2009 (parte 1, parte 2).

Tampoco ha dejado de ser un coche cómodo, apto para un cliente mayor, pero su enfoque es claramente para gente que alcanza cierto éxito profesional con menos de 40 años, y no le habría hecho ningún asco con unos añitos menos. Ahora, con 30, me parece todo un caramelo, aunque claro, son más de 40.000 euros.

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El mismo motor va más perezoso en el grande ML 250 CDI, la versión de acceso de la Clase M y el único motor de cuatro cilindros de la gama. Hay mucha diferencia en peso y en aerodinámica, así que fácilmente el consumo se puede doblar a igualdad de ritmo, va más forzado y se nota.

Sin embargo, el todoterreno va bien servido con 204 CV, no es ningún cohete pero se puede viajar de forma bastante cómoda. La suspensión AIRMATIC en modo COMFORT es bastante aislante de lo que pasa por debajo de las ruedas, y la posición elevada de conducción ayuda. No es exactamente un modelo enfocado a gente joven, es de gama alta (E SUV).

Planteamiento muy diferente es el que ofrece el GLA 220 CDI, hay dos segmentos de diferencia, ya que en medio nos hemos dejado la Clase GLK (D SUV). Es menos potencia en este caso, 170 CV, aunque obviamente va más ágil por la diferencia de peso que hay con su hermano mayor.

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En el caso de la Clase GLA podemos hablar abiertamente de un modelo enfocado a clientes más jóvenes, sin el típico carácter burgués que uno espera de un coche de su precio y en conducción deportiva puede sorprender. El tacto de conducción es de compacto, no se nota para mal que esté un poco más elevado que un Clase A.

También hay que decir que a nivel de ingeniería hay muchas diferencias, la Clase GLA es más sencilla, se basa en la plataforma MFA de tracción delantera, con este motor (2.2 170 CV) solo se ofrece tanto con tracción delantera como total, y con el cambio automático 7G-DCT de doble embrague como única posibilidad.

La Clase M nos ofrece un todoterreno, la Clase GLA nos ofrece un crossover. No es lo mismo pagar los casi 40.000 euros del GLA 220 CDI 7G-DCT 4MATIC que los casi 60.000 euros del ML 250 BlueTEC 4MATIC. Además, la Clase M mejoró mucho, ya no es, en sentido peyorativo, un modelo para mercado norteamericano con calidades discutibles.

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La calidad se paga (y cómo...)

Pudimos comprobarlo en la presentación estática de la Clase M en Stuttgart (parte 1, parte 2), donde estaban las tres generaciones, y claramente las dos primeras no estaban a la altura de un coche de su precio al menos en Europa. Comparados con competidores made in USA es otro tema. Ahora es un Mercedes-Benz, puro y duro.

Cambiando un poco de planteamiento, nos vamos al CLS 350 BlueTEC, un coche de gama alta, pero con un diseño mucho menos conservador, y más atractivo para ejecutivos de menor edad. Cuesta unos 12.000 euros más que su equivalente en la Clase E, con la misma batalla y casi el mismo peso (40 kg de diferencia).

¿Por qué un motor Diesel en un coche que supera los 60.000 euros? Contrariamente a los tópicos sobre qué se puede permitir o no el cliente de un coche así, lo cierto es que el motor Diesel es muy atractivo en coches de este segmento. Son 252 CV muy apetecibles gracias a un motor 3.0 Diesel que ya cumple Euro 6 (de ahí lo de BlueTEC).

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Es un coche de planteamiento más burgués, para viajar como un señor, pero sin necesidad de tener tantas canas o tantas entradas. Tiene un cambio automático de convertidor de par, siete velocidades (nueve en el E 350 BlueTEC), y un auténtico devorador de kilómetros.

Eso sí, en conducción deportiva vamos a notar que es un coche pesado, cerca de 1.900 kg a nada que lo carguemos, pero muy dócil y de reacciones predecibles. En la Clase E, hace pocas generaciones, tendríamos un comportamiento mucho más de barco, más pesado, más pensado en gente mayor.

Y esta es una de las cosas que han cambiado en la marca, el planteamiento, y en todos los segmentos. Empezando por la Clase A, que no tiene nada que ver la generación actual con la primera, y terminando en los topes de gama. Hasta se atreven con diseños muy arriesgados, mirad la Clase S.

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Un nuevo lenguaje de diseño, más fresco

Ese diseño también se ha contagiado a clases inferiores, como la nueva Clase C. Empiezo a creer que se están pasando. Con mi edad la generación anterior de la Clase C me parecía muy atractiva, pero la actual, ya no me gusta. Por detrás creo que se han pasado en modernidad. Es menos intemporal.

La Clase E aún no lo ha "padecido", sigue teniendo un estilo más clásico, pero me temo que será la siguiente en caer, por coherencia de estilos. Se presta a debate esta cuestión, si Mercedes-Benz está llegando muy lejos con la renovación de la gama. La actual Clase E, que ya lleva su restyling, es muy atractiva.

Recordando mi prueba del E 220 CDI 7G-TRONIC, es un coche que puede venirle bien a un cliente de menos de 50 años, por debajo de la edad media de clientes de la marca, pero no provocar rechazo en alguien mayor. Veremos qué tal funcionan la Clase C y Clase S tras su nueva etapa de diseños más arriesgados.

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Ciertamente no conduje mucho rato el CLS 350 BlueTEC, pero ya había conducido ese coche en Andalucía durante una prueba de neumáticos Pirelli con motor gasolina, y creo que la diferencia en confort entre la Clase CLS y Clase E es muy pequeña o directamente nula. En diseño es harina de otro costal.

Otra de las cosas que han cambiado en la marca es la posición de la famosa estrella. De ser un reclamo para los chorizos y amigos de lo ajeno, ha pasado a un elemento de ostentación en la parrilla. Lo que pretende hacer Renault y no le funciona, a esta marca sí le funciona.

Empezó ofreciéndose como un elemento de distinción en versiones más equipadas, como las líneas Avantgarde y Elegance, pero va camino de desaparecer de los capós, y a quedarse como elemento incrustado en la parrilla. Hasta puede ser totalmente sólida, sin profundidad, como le pasa al CLS.

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Está claro que los gustos del cliente no son los mismos cuando tiene 30 años que cuando tiene 50 y 60. Mucha gente en España aún considera un coche como la Clase C y Clase E como lo máximo a lo que aspira a nivel automovilístico, su último gran coche o el broche de oro a su carrera profesional.

Ahora la marca tiene en su punto de mira a muchos más clientes de menor edad, pero no solo en sus tradicionales mercados, sino en los emergentes, como en China o Rusia. De momento no se han atrevido a sacar un utilitario, para eso está la submarca smart. Espero que de la Clase A no bajen, no vale todo.

Comentario aparte merecen los AMG, a los que dedicaré la segunda parte de este análisis. Para iros abriendo boca, conduje los A 45 AMG, CLA 45 AMG y C 63 Coupé AMG. También estaba disponible un E 63 AMG Performance 4MATIC, pero hubo un pequeñito problema logístico y quedará para otra ocasión.

En Motorpasión | Algo ha cambiado en Mercedes-Benz AMG, la prueba (parte 2)

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