Unos activistas provocan un incendio para sabotear la Gigafábrica de Tesla en Berlín y se paraliza la producción. La broma va a costarle millones de euros a Elon Musk

Unos activistas provocan un incendio para sabotear la Gigafábrica de Tesla en Berlín y se paraliza la producción. La broma va a costarle millones de euros a Elon Musk
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La Gigafábrica de Tesla cerca de Berlín ha tenido que detener la producción y no podrá retomar su actividad durante los próximos días tras sufrir un sabotaje en su suministro eléctrico. Los activistas “Vulkan Group” se han atribuido la responsabilidad del ataque a través de una carta en la que explican cómo prendieron fuego a una de las torres de alta tensión.

El apagón no sólo afectó a la fábrica, que tuvo que ser desalojada, sino también a las zonas colindantes. Elon Musk ha dicho de los responsables del ataque que son “los ecoterroristas más tontos de la Tierra o son títeres de aquellos que no tienen buenos objetivos ambientales”.

Por el momento, esto va a costarle a Tesla pérdidas estimadas en cientos de millones de euros: sólo ayer, quedaron más de mil vehículos sin terminar.

“Detener la producción de vehículos eléctricos, en lugar de vehículos de combustibles fósiles, es una tontería extrema”, dice Musk

“Hemos saboteado a Tesla hoy”, dice la carta de Vulkan Group sobre el incidente acontecido el martes en Grünau, donde se encuentra la fábrica más importante de Musk En Europa. La misiva, publicada en kontrapolis.info, se describe el ataque como “un regalo” para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, que se celebrará el próximo 8 de marzo.

Entre los motivos que dan los activistas de extrema izquierda para llevar a cabo el sabotaje, es que “Tesla devora tierras, recursos, personas, mano de obra y escupe 6.000 SUV, máquinas de matar y camiones monstruo cada semana”. Además, aseguran que “la fábrica contamina las aguas subterráneas y utiliza enormes cantidades del ya escaso recurso de agua potable para sus productos”. También se critica a Musk, a quien califican de “tecnofascista”.

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Fuente: Getty

Desde hace al menos dos semanas está claro que Tesla se enfrenta a la resistencia a los planes de ampliación de su fábrica y, al parecer entre 80 y 100 activistas permanecen acampados en las inmediaciones. Y es que además de las 300 hectáreas que ya ocupa la fábrica, Tesla quiere ampliar las instalaciones en otras 170 hectáreas, como ya anunció en 2022.

Aunque a mediados de febrero, los ciudadanos de Grünheide rechazaron mayoritariamente en referéndum la ampliación de la fábrica, no está claro qué sucederá. Las autoridades volverán a reunirse el 14 de marzo y el 16 de mayo para dilucidar, y para que los planes de Musk salgan adelante, el parlamento estatal también tendría que aprobar la venta de los terrenos.

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Fuente: Reuters

Los activistas, que aseguran haber “descartado poner en peligro nuestras vidas y las de los demás” y, que la paralización de la producción en la industria automovilística “es el principio del fin de un mundo de destrucción”, también explican con todo lujo de detalles cómo se llevó a cabo el incendio que acabó afectando no sólo a Tesla, sino a los vecinos:

“Queríamos golpear la catenaria de una torre de alta tensión y cortocircuitar los seis cables de 110 kV que había en su interior. Para ello, abrimos el pozo hasta los empalmes de cables, la mitad de los cuales estaba bajo el agua. Aun así, flameamos los cables eléctricos expuestos y, en combinación con el agua, puede que hayamos provocado un cortocircuito”.

Los daños en los empalmes de cables suelen ser largos y caros de reparar. Al mismo tiempo, prendimos un fuego grande y alto con muchos neumáticos de coche para debilitar la estructura de acero y provocar la inestabilidad del mástil”, subrayan.

La ampliación de la fábrica de Tesla, en el punto de mira

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Tras la extinción del fuego quedó claro que la Gigafactoría de Tesla no volverá a funcionar en breve, ya que llevará unos días reparar la infraestructura eléctrica una vez que las autoridades hayan dado el visto bueno. Los responsables de la fábrica apuntaban a que la producción estaría parada “al menos una semana”, lo que llevará a Tesla a pérdidas millonarias.

Actualmente en Grünheide trabajan unas 12.500 personas, y de sus líneas de producción salen unos 6.000 coches a la semana. Sólo teniendo en cuenta que el precio base de un Model Y es de unos 45.000 euros, Tesla podría perder al menos 270 millones de euros en ventas como consecuencia del ataque. Además, la interrupción de la cadena de suministro también supondrá costes adicionales.

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Por el momento, los servicios de emergencia han extinguido el incendio y se ha restablecido prácticamente el suministro eléctrico a las comunidades circundantes. El Ministro de Economía de Brandeburgo, Joerg Steinbach, condenó el presunto atentado por tener “tintes terroristas” y afectar a decenas de miles de personas, incluyendo “hospitales, residencias de ancianos, donde la gente también puede depender del suministro de oxígeno o similar, que está basado en la electricidad”, dijo.

Las autoridades, al tanto de la carta, ya están investigando el caso. Este ataque es el último contratiempo para Tesla en Europa, que también se enfrenta a la presión sindical en los países nórdicos y a interrupciones de suministro como consecuencia de la crisis del Mar Rojo.

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