"En una colisión a 60 km/h un perro de 20 kg puede golpearte como si pesase 250 kg". Esta es la advertencia que ha lanzado recientemente la Guardia Civil a través de su cuenta de Twitter; una obligación que a veces es ignorada y cuyas consecuencias pueden ser fatales, tanto para el animal como para el dueño.
Tanto si va suelto como si viaja con sistemas de retención inadecuados, nos exponemos, y les exponemos, a serios daños físicos además de a una multa de tráfico.
Elementos que se convierten en proyectiles
Hay ciertos vídeos, que una vez que lo ves, se quedan grabados. Es el caso de aquella prueba de choque grabada desde el interior y el exterior de una autocaravana y que nos mostraba la cantidad de objetos potencialmente mortales que hay en estos vehículos durante una colisión.
¿Vas a salir de viaje este #FelizFinde?
— Guardia Civil 🇪🇸 (@guardiacivil) December 13, 2019
En el coche coloca bien tus mascotas, equipajes y objetos.
En una colisión a 60 km/h un perro de 20 kg puede golpearte como si pesase 250 #NoEsPorLaMulta pic.twitter.com/s9Ar3t1ZPH
Y es que cualquier elemento suelto o mal colocado se convierte en un proyectil (piensa por ejemplo en la barra antirrobo del coche, ¿dónde la dejas cuando la quitas?), y lo mismo ocurre con los animales.
Este vídeo publicado por la organización norteamericana 'Center for Pet Safety' también da buena cuenta de que ante un choque, ni algunos transportines ni los arneses pueden ser seguros, aunque creamos que sí.
Afortunadamente, con el paso del tiempo se han ido mejorando las pruebas de choque dedicadas a animales, dejando atrás los 'perros de peluche'. Es el caso de 'DUKE 2.0', que fue creado en 2017 con mejoras sustanciales a las de su predecesor.
Con una cámara que graba el impacto dentro el habitáculo, articulaciones y una distribución del peso, simula el cuerpo de un perro y sus sensores permiten conocer qué sistemas de retención son los más adecuados para que no causen daños al animal ante una colisión.
Sistemas de retención legales
Para que un sistema de retención sea eficaz debe ser capaz de absorber la energía cinética durante el impacto, mientras impide que el animal siga desplazándose hacia delante y se salga del asiento. La normativa de la DGT es clara en este sentido y obliga al conductor a colocar un separador que impida que el animal le distraiga mientras viajan.
Algunos de los sistemas de retención más importantes son, según explica el RACE:
Arneses: Sujetan a las mascotas mediante el cinturón de seguridad (teniendo en cuenta su longitud) o los dispositivos Isofix. Los correajes que se enganchan al collar del perro no retienen al animal y supone un riesgo para él y los pasajeros.
Rejillas divisorias: Permite habilitar el maletero para el transporte de animales de gran tamaño en vehículos con portón trasero o familiares. Hay que tener en cuenta la estabilidad tanto de los respaldos de los asientos como del montaje de la rejilla.
Las más seguras y recomendadas son las que van montadas desde el techo del vehículo al suelo del maletero y que cumplen las normas DIN 75410-2, según el RACE.
- Transportines: Es uno de los métodos más seguros, sobre todo para gatos y perros pequeños. Si lo sitúas en el maletero (para perros de gran tamaño) se colocará lo más cerca posible del respaldo y en posición transversal respecto a la dirección de la marcha.
Para pequeñas mascotas, los transportines se deben colocar dentro del habitáculo, sobre el suelo detrás de los asientos delanteros.
- Remolques: aunque no es la mejor opción para los perros en cuanto a comodidad, puede ser una opción para trayectos cortos. Si no contamos con una licencia, el número máximo de perros que podemos llevar es de cinco.
Es importante saber que no se deben colocar nunca sobre el asiento sujeto por un cinturón de seguridad, ya que las pruebas realizadas ponen de manifiesto que la caja se rompe y la mascota sale despedida a través de la pared del transportín.
Además es obligatorio que vayan documentados, con la placa censal del ayuntamiento correspondiente, la cartilla sanitaria con sus vacunas, un chip identificativo y en caso de poseer un perro catalogado como raza peligrosa, se debe obtener una licencia administrativa.
Además debe ser incluido en el seguro de viaje. No obstante, antes de emprender un viaje largo, es recomendable acudir al veterinario para que nos aconseje en cada caso particular; desde la dieta más adecuada a los mareos, o técnicas para que el viaje sea lo más apacible posible para todos.
Multas
No existe una normativa específica que regule el transporte de mascotas, pero el Artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación sí alude a las obligaciones del conductor:
El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos.
Las multas, oscilan entre los 80 euros (si el animal no va correctamente sujeto) y los 200 y los 500 euros (si invade el espacio del conductor o viaja en su regazo, suelto). En este último caso caso se procedería a la retirada de seis puntos, pues se considera una infracción muy grave.
Además, en caso de accidente, si el perro va suelto la compañía aseguradora puede desentenderse por no haber cumplido con la normativa.
Existe una excepción, y es la de los perros guía, que pueden viajar tanto echados a los pies de su usuario, en el suelo del espacio delantero, como sujetados por su propio amo por medio de una correa.
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