Siempre me he preguntado por qué algunos coches diésel echan tanto humo negro que parecen un calamar y otros no. Es cosa del filtro de partículas

  • La normativa de emisiones Euro 5 obligó a los coches diésel a equipar filtro antipartículas

  • Sirve para que los diésel sean más limpios, pero puede provocar averías

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Álvaro Ruiz

Te estás incorporando a la autovía y el coche que llevas delante suelta una enorme humareda negra mientras acelera. Como a mí, te habrá pasado muchas veces, de hecho, es algo que se suele ver a diario... y varias veces al día.

Probablemente pienses que esos coches que echan tanto humo negro están rotos, pero no (al menos, no todos), simplemente no tienen filtro antipartículas, un componente que también se conoce como FAP (por sus siglas) o como filtro de partículas.

Lo empezaron a utilizar los coches diésel y ahora también lo llevan los gasolina

Este elemento sirve para filtrar las partículas contaminantes que genera el motor en el proceso de combustión. Los coches diésel empezaron a llevarlo aproximadamente a partir de 2006 (algunos se adelantaron y otros se resistieron más tiempo), y fue obligatorio para todos los diésel nuevos en Europa desde enero de 2011.

Los modelos que no tienen filtro antipartículas expulsan el hollín (partículas sólidas) por el tubo de escape, mientras que los que cuentan con FAP “capturan” en este componente esas partículas y las eliminan, quemándolas mediante un proceso de altísimas temperaturas (como la pirólisis de tu horno), para convertirlas en dióxido de carbono y reducir notablemente las partículas contaminantes que se expulsan a la atmósfera.

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El proceso consta de dos partes: la captura de las partículas y la regeneración. El FAP tiene una estructura cerámica porosa compuesta por celdas que atrapan y retienen las partículas sólidas, puesto que el FAP está situado entre el motor y el escape. 

Poco a poco, esas partículas se van acumulando en las celdas, hasta que el FAP considera que está lleno (lo hace a través de sensores). En ese momento, comienza el proceso de regeneración, quemando el hollín a alta temperatura para convertirlo en gases no contaminantes. No obstante, el proceso de regeneración deja siempre residuos que se van acumulando en el FAP, lo que obliga a vaciarlo o sustituirlo con el paso de los kilómetros.

Si el FAP se llena y no hace bien la regeneración (incompleta porque se apaga el coche en plena regeneración), acabará dando problemas (bastante caros). Pasa con muchos coches diésel que circulan poco por carretera o que se conducen con el motor a bajas vueltas. De esa forma, no se alcanzan las altas temperaturas necesarias para que el FAP se regenere y elimine las partículas (tampoco se le da tiempo a la regeneración).

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Si no ves coches diésel modernos que expulsen humaredas negras por el escape es porque tienen FAP y se encarga de eliminar ese hollín.

Ojo, hay gente que vacía el FAP (es ilegal) para ganar prestaciones o sencillamente para evitar problemas relacionados con este filtro, por lo que también te puedes encontrar con coches diésel que salieron de fábrica con FAP y que ahora parecen un “calamar” por la cantidad de humo negro que expulsan, aunque esto último es poco frecuente y la mayoría de los “calamares” que te encuentras son diésel de hace más de 20 años.

Por otro lado, hay motores que humeaban más que otros, por ejemplo, los TDCi de Ford solían echar mucho humo negro, pero también algún que otro TDI del Grupo Volkswagen, especialmente los 1.9 TDI de finales de los años 90 y principios de los 2000.

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Al final de la primera década de los 2000, antes de que fuese obligatorio su uso en Europa, algunas marcas llevaron a cabo campañas para popularizar el FAP, como Peugeot, que corrió el WEC con el Peugeot 908 HDi FAP y llegó a ganar  las 24 Horas de Le Mans con esta bestia V12 diésel, eso sí, un diésel muy limpio gracias a los FAP que llevaba.

Hoy por hoy, los filtros antipartículas están a la orden del día y no solo los llevan los coches diésel, sino también los gasolina. En estos modelos se llama GPF, por las siglas en inglés de Gasoline Particulate Filter y es obligatorio desde 2017. El funcionamiento es similar al del DPF (Diesel Particulate Filter) de los diésel.

Imágenes | YouTube, Vauxhall, Honda y Peugeot

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