Me he cansado de llevar mi coche al taller para que le borren fallos. Con este aparato, hago la diagnosis yo mismo en cualquier sitio

  • Los coches guardan los fallos y averías en sus distintas centralitas electrónicas

  • Los sistemas de diagnosis permiten leer esos fallos para saber cuáles son y también borrarlos

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Álvaro Ruiz

Hoy por hoy, los coches son ordenadores con rueda y la mayoría de las averías y fallos que pueden dar tienen que ver con la electrónica, por eso, desde hace años, la herramienta que más utilizan los talleres es la diagnosis.

Un equipo de diagnosis es un aparato que se conecta y se comunica con el coche para leer sus distintas centralitas, es decir, sus “cerebros” electrónicos. Si algo ha fallado en el coche, ese fallo se queda guardado en alguna de esas centralitas. 

Solo necesitas un pequeño aparato Bluetooth y tu teléfono móvil

Con el proceso de diagnosis, el aparato “lee” las averías y muestra un código de error que el mecánico tiene que interpretar conforme a una normativa ISO. Sin esas diagnosis, los mecánicos irían a ciegas porque la electrónica de los coches modernos es tan compleja que un fallo puede venir de cualquier parte.  

Por ejemplo, un código de avería P0093 significa fuga grande en el sistema de combustible. En el cuadro de tu coche lo único que ves es una luz roja, naranja o amarilla, ya sea la del testigo del motor, la de la dirección o cualquier otra.

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Cuando el mecánico tiene ese código gracias a la diagnosis, sabe en qué consiste la avería y puede hacer dos cosas: borrar el fallo con la misma máquina de diagnosis (si ese fallo es leve y no afecta al funcionamiento del coche) o arreglar la avería. Si hace esto último y, volviendo al ejemplo anterior, soluciona la fuga en el sistema de combustible, también deberá borrar el fallo para eliminarlo de la centralita que ha memorizado la avería, es decir, para decirle al coche que ese fallo ya no existe.

Si eres un poco manitas y te gusta trastear con el coche, muchos de los fallos que lee la diagnosis electrónica los puedes arreglar tú mismo, desde una sustitución de caudalímetro porque el viejo lee mal hasta un cambio del sensor de posición del pedal del freno. 

La cuestión es que necesitas la diagnosis para leer esas averías. Hace tiempo, únicamente se podía hacer diagnosis con máquinas muy caras, por lo que solía estar reservado para los talleres y no te quedaba otra que llevar el coche al mecánico para que le “enchufara la máquina” y cantara el fallo.

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Sin embargo, desde hace unos años, se venden sistemas de diagnosis bastante asequibles que puede comprar cualquiera. Se trata de dispositivos que, normalmente, utilizan un conector con Bluetooth que se enchufa al puerto de diagnosis del coche y se conecta al teléfono móvil para funcionar a través de una app.

Hay varias empresas que venden estos sistemas de diagnosis Bluetooth, las más conocidas son Carly, OBDeleven y Carista. El precio de los aparatos depende mucho de las ofertas que tenga cada marca en cada momento, pero se pueden comprar nuevos por entre 30 y 80 euros. A eso hay que sumar la suscripción a la app de cada marca, porque todas suelen necesitar una suscripción.

Con estos conectores Bluetooth se pueden leer los fallos del coche y también borrarlos, pero también permiten desbloquear ciertas funciones en ciertos coches. 

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En algunos modelos, por ejemplo, se puede activar la función de pitido cuando se abre y cierra el coche, la forma en la que parpadean los intermitentes al abrirlo o activar los “pilotos americanos”, es decir, que los intermitentes se queden encendidos todo el rato, como si fuesen una luz de posición. En función del coche, las posibilidades pueden ser enormes.

Ojo, la diagnosis no solo sirve para averiguar qué averías tienen los coches modernos, sino que funciona en modelos de hace muchos años: si tienes un coche del 2000 en adelante, es probable que le puedas hacer diagnosis electrónica. Para que te hagas una idea, a partir de 1996, por ley, todos los coches que se vendían en Estados Unidos tenían que tener un puerto OBD-II.

En Europa fue obligatorio a partir de 2001 para los coches de gasolina y un par de años más tarde para los diésel, pero muchos fabricantes se adelantaron. Recuerdo que un Volkswagen Golf GTI de 1995 que tuve hace tiempo ya tenía puerto OBD-II. Ahora, el protocolo estándar de diagnosis es el CAN Bus.

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A modo de curiosidad, Volkswagen fue el primer fabricante que introdujo un sistema centralizado de diagnosis electrónica con un conector que estaba ubicado debajo del capó de sus coches en los modelos que tenían inyección electrónica. Fue en 1968

A lo largo de las siguientes décadas, las marcas fueron incorporando este sistema a sus coches, pero cada una tenía su propio conector. El primer intento de estandarizar estos conectores para la diagnosis fue con el puerto OBD-I, pero no hubo una estandarización total hasta la llegada del OBD-II.

Imágenes | Carly, OBDeleven y Carista

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