BMW i3, toma de contacto

BMW i3, toma de contacto
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Hace ya más de dos años que BMW anunciaba una nueva submarca centrada en la movilidad sostenible, BMW i. Por entonces no teníamos muy claro en qué iba a consistir ni qué modelos iba a ofrecer, pero hoy es ya una realidad. El primer eléctrico de BMW ya está aquí y viene para quedarse.

El BMW i3 es un ejemplo de que los coches ecológicos también pueden ser premium y, al mismo tiempo, de que los coches premium no tiene por qué ir en contra de la sostenibilidad en el transporte. El lanzamiento oficial del i3 es el día 14 de noviembre y nosotros ya lo hemos conducido para contarte nuestras primeras impresiones.

El lugar elegido por BMW para la presentación mundial a la prensa del BMW i3 no es otro que la capital holandesa, Amsterdam, la ciudad europea con las mejores infraestructuras para el coche eléctrico y un sitio en el que la movilidad sostenible está muy arraigada (tanto por las bicicletas, como por los coches híbridos o los eléctricos).

BMW i3, toma de contacto

El BMW i3 no es un eléctrico al uso, tampoco es un BMW tal y como los conocemos y no es un premium alemán convencional. Es algo nuevo, un concepto diferente que busca diferenciarse del resto de eléctricos y en el que BMW ha invertido gran cantidad de esfuerzo y dinero. ¿La principal diferencia con respecto a otros? Es un coche eléctrico diseñado desde cero, es decir, no es una variante eléctrica de otro modelo sino el fruto de mucho trabajo a partir de una hoja en blanco.

¿Qué ofrece el BMW i3?

En este apartado vamos a centrarnos en lo más importante que ofrece el BMW i3, más allá de datos técnicos y cifras, ya que toda esa información sobre el BMW i3 la encontraréis siguiendo el enlace anterior. Resumamos pues los principales aspectos que debemos tener presentes.

El BMW i3 es un eléctrico puro de casi cuatro metros de largo, con plazas para cuatro ocupantes, maletero de 260 litros, un motor eléctrico de 170 CV y 250 Nm que envía su fuerza a las ruedas traseras, un conjunto de baterías de ión-litio que permite una autonomía de hasta 200 kilómetros y un atractivo interior que cuenta con materiales ecológicos y reciclados.

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BMW ofrecerá también una variante de autonomía extendida o Range Extender que monta un pequeño motor bicilíndrico de 645 centímetros cúbicos y 34 CV (con depósito de 9 litros de gasolina) que actúa como generador para recargar la batería y aumenta la autonomía en unos 100 kilómetros adicionales. En cualquier caso, el motor eléctrico es el encargado de propulsar el vehículo.

Consciente de que muchos clientes necesitan de forma ocasional una autonomía mayor que los 300 kilómetros de la variante que más distancia puede recorrer del i3, BMW ofrece la posibilidad de prestar al cliente un vehículo con motor de combustión para realizar un viaje, por ejemplo. Sobre este tema es mejor consultar en un concesionario, ya que se pueden crear planes a medida de cada cliente.

El BMW i3 se puede cargar en un enchufe doméstico (tarda unas ocho horas), en una toma de recarga rápida (80% de carga en media hora) o bien a través de los llamados WallBox, unos módulos especiales que se instalan en casa. Hay dos módulos diferentes. El primero cuesta 795 euros y rebaja el tiempo de carga a cinco horas, mientras que el segundo, o WallBox Pro, llegará bien entrado 2014 y promete una recarga completa en sólo tres horas. La disponibilidad de estos módulos depende de cada país o zona, y es BMW quien se encarga de la instalación, del mantenimiento y del asesoramiento.

BMW i3, toma de contacto

El fabricante alemán asegura que los costes de utilización del BMW i3 son aproximadamente un 50% menores que los de un 118d (díesel de 143 CV). Por su parte, los costes de mantenimiento se reducen en un 20% y el importe de las posibles reparaciones también será un 15% más bajo. Además están seguros de que el i3 tendrá un muy buen valor residual y, según la compañía y el país, el eléctrico tiene beneficios también a la hora de asegurarlo o a la hora de aparcar en muchas ciudades españolas.

Primeras impresiones

A primera vista ya nos damos cuenta de que este i3 no es un BMW al uso. Luce contornos azules en los logotipos del frontal y la trasera, un distintivo especial e-Drive en la zaga y unos neumáticos muy poco habituales, de 19 pulgadas e inusualmente estrechos en un BMW, en dimensiones 155/70 R19. Aún así, es más que suficiente para un comportamiento muy satisfactorio (de esto hablaremos un poco más adelante).

A nivel interior destaca por un diseño de aire futurista con carácter premium, que bien podría ser el de un prototipo más que el de un coche listo para la serie. Incorpora interesantes materiales reciclados, fibras naturales, madera, e incluso se ofrece una tapicería de lana que tiene muy buena pinta. En general resulta un concepto realmente curioso y, sobre todo, diferente a lo que estamos acostumbrados.

BMW i3, toma de contacto
BMW i3, toma de contacto

La ausencia de montante central hace que, al abrir las puertas, veamos el interior del vehículo al completo. Las pequeñas puertas traseras, que no son independientes de las delanteras (hay que abrir las dos a la vez), se abren al contrario que las delanteras y permiten un acceso más cómodo a la parte trasera. Si somos personas corpulentas, el acceso a la segunda fila no es del todo cómodo incluso así. Cabe apuntar que las ventanillas traseras son fijas.

El interior es amplio para cuatro ocupantes (todavía nos preguntamos por qué no cinco plazas, aunque la anchura trasera, como comenta un lector, es algo escasa), a lo que contribuye también el hecho de no tener un túnel de transmisión, ya que el motor eléctrico está debajo del maletero. Una vez dentro destaca la elevada posición de los asientos. Lo que para algunos es una ventaja (véase los que compran un SUV, por aquello de que les gusta ir alto), para otros no es la postura de conducción más agradable. Eso sí, hay una razón de fuerza para ello: las baterías van situadas bajo el suelo del vehículo.

El BMW i3 cuenta además con mucha tecnología, desde control de crucero adaptativo (en opción) o sistema pre-colisión hasta navegador con diseñador de rutas (tiene en cuenta el tráfico, la orografía, la velocidad de las vías, etc...). Especialmente interesante nos ha parecido la aplicación para smartphone (iOs y Android) que nos permite ver el estado de la carga en tiempo real, la autonomía disponible e incluso localizar el vehículo, así como cerrarlo remotamente, por si dudamos de haberlo cerrado, o hacer sonar el claxon, imaginamos que para facilitar la "labor de búsqueda" en un aparcamiento.

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Al volante del BMW i3

Llega el momento de ponernos en marcha y lo primero que nos llama la atención es el selector de la transmisión, que se encuentra en la columna de dirección (ver foto). El coche es como un automático, con sus posiciones P, N, D y R. Sólo tenemos que liberar el freno de estacionamiento eléctrico y colocar la posición D para ponernos en marcha.

Como todos los eléctricos, es un vehículo muy silencioso, aunque sí se escucha ligeramente algo de rumorosidad proveniente del motor o la transmisión. El aislamiento es bueno, lo que aporta comodidad de marcha, a lo que contribuye también una suspensión que absorbe sin problema las irregularidades del terreno y afronta baches o badenes con suavidad. Además, la maniobrabilidad en ciudad es muy buena.

Como bien sabéis, los motores eléctricos generan su par máximo desde las cero revoluciones, por lo que la inmediatez de la entrega de potencia es absoluta. En el caso del BMW i3, el potente motor permite unas aceleraciones muy buenas y, sobre todo, recuperaciones de escándalo. Acelera de 80 a 120 km/h en únicamente 4 segundos, misma marca que consigue un BMW M3.

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Para alguien que no esté acostumbrado a conducir un coche eléctrico, la aceleración del i3 le sorprenderá y mucho. El coche se muestra muy enérgico y acelera con muchas ganas. Sobre el papel sólo necesita 7,2 segundos (7,9 el Range Extender) para alcanzar los 100 km/h, lo que lo coloca a la par de modelos como un BMW 220d y muy cerca de pequeños deportivos como un Ford Fiesta ST (6,9s), un VW Polo GTI (6,9s) o un Renault Clio R.S de anterior generación (6,9s).

Resulta muy curioso en un principio lo mucho que retiene el motor. Al hacer uso del sistema de regeneración de energía en deceleraciones, con sólo soltar el pedal del acelerador el coche decelera hasta detenerse. Al principio necesitamos acostumbrarnos, pero después es realmente cómodo puesto que, para ciudad, prácticamente no necesitamos usar el pedal del freno. Cogiéndole el punto al acelerador y sabiendo cuándo soltarlo para conseguir la frenada deseada sólo tendremos que usar el freno para situaciones de emergencia o bien para mantener el coche parado cuando nos detengamos en una pendiente.

El BMW i3 está limitado a 150 km/h, aunque un modelo concebido como urbano, como es el caso, ni siquiera necesita alcanzar tal velocidad. Además, sorprende la rapidez con que alcanza velocidades de autovía. A diferencia de otros eléctricos de menor potencia, que a partir de 80 ó 90 km/h pierden algo de fuelle, a éste no le cuesta trabajo coger velocidades elevadas.

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A pesar de ser un vehículo de propulsión, no se muestra juguetón. La zaga va bien atada al asfalto. Además tracciona bastante bien, ya que ni siquiera con el piso mojado y pisando a fondo el acelerador nos saltó el control de tracción. Si queremos buscarle las cosquillas tendremos que ser muy bruscos para hacer deslizar el eje trasero. El bajo centro de gravedad y el reparto equitativo de pesos entre ejes hacen del i3 un coche equilibrado y con buena pisada.

La autonomía que declara BMW en un uso normal es bastante fiel a la realidad. En modo Comfort podemos hacer entre 130 y 150 kilómetros con una carga completa, aunque la cifra se reduce si salimos del ámbito urbano o hacemos un uso constante de su capacidad de aceleración. Eso sí, en los modos Eco Pro y Eco Pro+, podremos incluso rozar esos 200 kilómetros teóricos de autonomía, siempre y cuando llevemos una conducción eficiente, aunque no lo hemos podido comprobar.

En definitiva, el BMW i3 es el eléctrico que más nos ha gustado (Tesla Model S a parte, ya que juega en otra liga), habiendo conducido gran parte de los que están actualmente en el mercado. Un producto redondo que resulta ideal para ciudad y que ofrece prestaciones a la altura de pequeños deportivos.

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Precio y versiones del BMW i3

BMW España empieza a mediados de este mes a aceptar reservas del BMW i3. A nivel global ya se han recibido unas 8.000 peticiones en firme, a pesar de que los clientes aún no han tenido posibilidad de probar el coche antes de reservarlo. Las entregas comenzarán en el mes de diciembre.

El precio oficial para España del BMW i3 es de 35.500 euros, baterías incluídas, a lo que habría que sumar casi otros 4.500 euros para la versión Range Extender, que cuesta 39.990 euros. Con las nuevas ayudas previstas de 5.000 euros para vehículos eléctricos, el precio final puede rondar los 30.000 euros, aunque éste puede variar en función de la Comunidad Autónoma en la que se resida y de las ayudas adicionales que éstas mismas prevean.

La gama del i3 estará formada por cuatro niveles de equipamiento (al menos en Alemania), aunque BMW no ha detallado todavía cómo se confeccionará la gama para España. De serie, eso sí, incorpora ya climatizador, volante en piel, elevalunas eléctricos, retrovisores plegables eléctricamente, sistema iDrive, navegador Professional con pantalla de 10,2 pulgadas, luces diurnas LED, sensores de aparcamiento traseros, manos libres Bluetooth y conexiones auxiliar y USB, entre otras cosas.

Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

En Motorpasión | "BMW i3 2013":https://www.motorpasion.com/coches-hibridos-alternativos/bmw-i3-2013

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