Es imprudente asegurar que moverse en coche eléctrico es más barato que hacerlo en uno de combustión. Y es que es algo que depende de muchísimos factores, desde el modelo de coche, hasta el precio del combustible y, por supuesto, de la electricidad, pero, por lo general, suele ser cierto. Se puede demostrar con números.
La consultora energética Cornwall Insight ha hecho un estudio para arrojar un poco más de luz sobre esta esta cuestión y su conclusión es clara: en el peor de los casos, los propietarios de un coche eléctrico pagan 630 libras al año, unos 740 euros al cambio, mientras que los dueños de un coche de gasolina se gastan 1.432 libras al año en combustible, el equivalente a unos 1.685 euros.
Elegir bien la tarifa de la luz, cuándo cargar y dónde cargar es clave para ahorrar
Son alrededor de 945 euros de ahorro de media, pero la consultora asegura que se puede ahorrar todavía más si se aprovechan bien las tarifas de luz. Para hacer estos cálculos, Cornwall Insight ha tenido en cuenta un kilometraje anual de 11.265 km, pero la consultora señala que el ahorro puede ser mayor con un kilometraje más elevado, de al menos 16.000 km al año; en este último caso, usar un coche eléctrico puede suponer un ahorro de algo más de 2.000 euros al año.
Según su investigación, Cornwall Insight dice que el 82% de los conductores de vehículos eléctricos no están aprovechando las tarifas más rentables. Es algo que se puede aplicar a las recargas en puntos de carga públicos y a las recargas en casa porque existen muchas tarifas en los dos casos, no solo entre los distintos operadores, sino también en el mismo operador.
En la mayoría de compañías hay diferentes tarifas de luz para el hogar. Ibedrola, por ejemplo, ahora ofrece a sus clientes cuatro planes de luz con diferentes precios para la energía consumida y para la potencia. Por ejemplo, con su denominado Plan Estable, el kWh se paga a 0,138 euros a cualquier hora y cualquier día a la semana, mientras que, con su Plan Ahorro Inteligente, el kWh se paga a 0,191 euros en horas punta y a 0,095 euros en horas llano. Eso significa que cargar un coche eléctrico en casa, puede ser mucho más barato en función de la tarifa escogida y en función de la hora.
En España, la discriminación horaria para las tarifas de la luz tiene tres franjas: punta, llano y valle. Las horas punta son las de mayor demanda de energía, generalmente de 10:00 a 14:00 y de 18:00 a 22:00 entre semana. Las horas llano son las de demanda intermedia, normalmente, de 9:00 a 10:00, de 14:00 a 18:00 y de 22:00 a 00:00 entre semana. Las horas valle son las de menor demanda, generalmente de 00:00 a 8:00 entre semana, y todo el día los fines de semana y festivos.
Hay tarifas de la luz que varían en función de estas franjas y con las que el kWh se paga más barato en horas valle. Otras tarifas no atienden a la discriminación horaria y tarifican el kWh al mismo precio todos los días y a todas las horas.
En función de sus necesidades, el usuario de un coche eléctrico que cargue a menudo en casa puede ahorrarse bastante dinero al año si elige bien la tarifa. Para alguien que pueda cargar a diario de noche, lo más rentable es elegir una tarifa que cobre mucho más barato el kWh en horas valle. También hay tarifas específicas diseñadas para ahorrar al cargar un coche eléctrico.
“Las tarifas específicas de vehículos eléctricos, que recompensan a los conductores por cargar de la noche a la mañana, cuando la demanda de electricidad es baja, pueden reducir drásticamente los costes del vehículo eléctrico. Sin embargo, no están bien para todos”, dice Cornwall Insight, aunque avisa de que no a todo el mundo le interesa tener estas tarifas: “Algunos planes especiales para vehículos eléctricos vienen con tarifas máximas más altas y contratos de permanencia, lo que significa que los hogares necesitan ser conscientes de cómo y cuándo usan la electricidad de manera más amplia”.
La consultora también avisa de que el coste de tener un coche eléctrico también cambia mucho si se recarga en casa o en puntos de carga públicos: “La investigación destaca la creciente brecha entre los que pueden cargar su vehículo eléctrica en casa y los que no pueden. La carga rápida pública sigue siendo la forma más cara de alimentar un vehículo, poniendo en el foco las presiones de costes a las que se enfrentan los operadores de carga pública y la mejor manera de apoyar su importante papel en la transición. A menos de diez años de que se prohíba vender coches nuevos de combustión en el Reino Unido, estos datos subrayan la necesidad urgente de un mayor acceso a la infraestructura de carga pública y doméstica”.
Si volvemos a hacer números, queda claro que recargar en puntos públicos es mucho más caro que hacerlo en casa y que también es importante elegir bien las tarifas.
Podemos volver a tomar como ejemplo la empresa Iberdrola; en su red de recarga pública, esta compañía tiene diferentes tarifas y cobra el kWh a 0,25 euros en sus puntos de carga limitados a una potencia máxima de 22 kW, mientras que uno que carga a un máximo de 120 kW cobra el kWh a 0,6 euros. De esta forma, cargar por completo un coche con una batería de 50 kWh de capacidad en el primer cargador costaría 12,5 euros, mientras que cargarlo en el punto de 120 kW costaría 30 euros. Hablamos únicamente de coste, no del tiempo que se necesita en uno y otro.
"Si nos tomamos en serio la transición hacia la electricidad, tenemos que hacer estos ahorros más accesibles. Eso significa información más clara sobre las tarifas, un uso más inteligente de la energía del hogar, y mejorar el acceso y el precio de los cargadores públicos para los millones de usuarios que no pueden conectarse en casa", dice Rhys Brown, analista de Cornwall Insight.
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Imágenes | Ohme, Audi, Kia, Renault y Motorpasión
