Poco a poco, en un goteo constante a lo largo de las últimas horas hemos ido viendo cómo las diferentes fábricas de automóviles dentro de nuestras fronteras se iban sumando a la crisis del coronavirus. El covid-19 obligó no sólo a decretar un tardío Estado de Alarma, sino que también está teniendo una derivada económica aún más profunda que la preocupación meramente sanitaria.
La pandemia se ha extendido con rapidez debido a la ausencia de respuestas rápidas y con la propagación ya fuera de control, ahora las medidas drásticas y apresuradas afectan de lleno a la industria del automóvil. Una industria que está quedando paralizada por momentos.
Una debacle para una industria que aporta el 10% del PIB
Nos hemos resistido a ver la realidad y hemos actuado tarde. Teniendo los ejemplos de China primero y de Italia más recientemente no hemos sabido atajar la crisis del coronavirus hasta que ha sido demasiado tarde. Ahora nos toca tomar decisiones dolorosas y apresuradas, entre las que se incluye una derivada que económica puede ser extremadamente severa en el caso de un sector tan importante para la economía española como es el del automóvil.
Con una capacidad industrial para producir 3 millones de vehículos al año, se cifra que el sector emplea de manera directa a 300.000 personas y 2 millones más de manera indirecta. Ahora buena parte de estos empleos están en riesgo por culpa del coronavirus, y las primeras medidas se están llevando a cabo durante esta semana.
Las cifras son tan contundentes como la lección que nos está enseñando el covid-19: las 17 factorías de automóviles cerraron absolutamente todas, sin excepción. Unas cesaron su actividad motu proprio, otras como el caso de Mercedes-Benz en Vitoria fueron los empleados los que obligaron a detener la producción por no cumplirse las medidas de prevención mínimas.
Esta es una situación temporal, pero no es una ralentización, ni tampoco sabemos cuánto se va a prolongar en el tiempo. Por el momento son casi 60.000 trabajadores relacionados con el automóvil los que no podrán acudir a sus puestos de trabajo y que en un alto porcentaje quedan sujetos a diferentes Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Por orden de gravedad, estos ERTE confirmados afectan a 14.812 trabajadores de SEAT, 4.800 empleados de Volkswagen en Navarra y los 2.300 de Iveco repartidos entre las instalaciones de Madrid y Valladolid, donde se fabrican los camiones Stralis, Hi-Way y Trekker.
El caso de SEAT es especialmente llamativo por cómo ha cambiado el planteamiento en cuestión de días. La factoría de Martorell tenía previsto la semana pasada que el covid-19 afectase a su planificación, teniendo que detener el turno extra previsto para la línea L2 donde se fabrica el nuevo SEAT León. Una medida que iba a afectar a unos 1.200 trabajadores y que ha quedado ensombrecida por la realidad.
El fabricante español se ha visto envuelto en una realidad mucho más dolorosa, teniendo que aplicar un ERTE que afectará al total de su plantilla, con casi 15.000 empleados. La filial del Grupo Volkswagen está haciendo lo posible por que sus empleados tengan las mejores prestaciones, pero la incertidumbre es elevada.
Sí hay que reconocer que aunque las cifras son elevadas, todas las empresas deberán mantener un mínimo de trabajadores activos para que cada una de las empresas pueda recuperar la normalidad lo antes posible una vez superemos la crisis del covid-19. Lo que no sabemos es cuánto se va a demorar esta situación porque el Estado de Alarma decretado inicialmente es de 15 días, pero fuentes sindicales afirman que la restricción de desplazamientos que permita volver al trabajo a las plantillas puede prolongarse hasta seis semanas.
Para poner en contexto la magnitud del problema conviene recordar que la industria del automóvil en España cuenta con cerca de una veintena de plantas dedicadas exclusivamente a la fabricación directa y aproximadamente un millar de fabricantes solidarios de equipos, componentes y recambios que trabajan para dichas plantas.
No en vano España es dentro de la Unión Europea el segundo fabricante por volumen de unidades y el noveno productor a nivel mundial, además de ser el primer fabricante europeo en cuanto a la fabricación de vehículos industriales. En total salían de nuestras plantas 13.300 vehículos por día.
Pero por si esto no fuera suficiente hay que tener en cuenta que en cifras macroeconómicas el sector de la automoción representa un 10% del Producto Interior Bruto (PIB) del balance anual, suponiendo además casi un 20% de las exportaciones con un 82% de la producción destinada fuera de nuestras fronteras.
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