China está haciendo demostraciones de fuerza en absolutamente todos los sectores, incluido el del automóvil con sus coches eléctricos, pero es en el campo de las infraestructuras donde más está destacando el país asiático.
Podemos poner numerosos ejemplos, como el ascensor colosal para que los barcos naveguen a través de las montañas, o la presa tan gigantesca que ha desviado el eje de la Tierra e inundado 20 ciudades. Sin embargo, China no tiene suficiente y sigue superándose: su último desafío a las leyes de la física y a la ingeniería es el que pronto se convertirá en el puente más alto del mundo.
Una megaconstrucción que ha tomado forma en tiempo récord
Si echamos un vistazo a la lista de los puentes más altos del mundo, China está a la cabeza desde hace años, es más, casi todos los puentes del Top 10 están en este país, pero el Puente del Gran Cañón de Huajiang los va a superar a todos dentro de muy poco.
Se trata de un puente colgante situado en la provincia de Guizhou, con una altura de 625 metros sobre el río Beipan y una longitud de 2,89 km. Comenzó a construirse en 2021 y su inauguración está prevista para junio de este año, por lo que en ese momento le arrebatará el récord al actual puente más alto del mundo, el puente Duge, también ubicado en China.
Sus 625 metros de altura son impresionantes, pero llama todavía más la atención que China solo haya necesitado cuatro años para levantarlo; mientras tanto, hay que demoler uno de los puentes más importantes y espectaculares de Europa y se espera que los trabajos duren 20 años.
El pasado mes de enero se terminó la construcción de la estructura principal del Puente del Gran Cañón de Huajiang y China lo celebró con una ceremonia. Ahora solo queda completar el trabajo y estará listo para utilizarse en un par de meses, si todo sale según lo previsto.
La compañía Guizhou Transportation Investment Group Co., Ltd. se ha hecho cargo del proyecto y se está enfrentando a todo tipo de retos durante el proceso de construcción. Más allá de construir a una gran altura, hay que tener en cuenta otros factores, como el viento, los cambios bruscos de temperatura y, por supuesto, la durabilidad y la seguridad.
Para su construcción se han utilizado 439.000 m³ de hormigón y 49.000 toneladas de acero, pero también se han llevado a cabo soluciones muy ingeniosas, como un sistema inteligente para controlar la temperatura del hormigón cuando se vierte sobre la estructura para evitar que se agriete por el contraste con la temperatura exterior. También se ha desarrollado un sistema de tuberías para lograr bombear el hormigón a gran altura y poder verterlo de forma homogénea.
Otro de los retos ha sido mantener a raya el viento, especialmente a la hora de instalar el cable principal. La empresa encargada del proyecto ha contado con la ayuda de la Universidad de Tongji para estudiar el comportamiento del viento en tiempo real y utilizar los materiales adecuados para mejorar la resistencia al propio viento, como una malla de alambre galvanizada que se ha empleado en varias zonas del puente. Gracias a la monitorización del viento, los empleados han podido trabajar en el tiempo previsto.
Para instalar los dos pilares del puente hubo que perforar profundamente varias capas de roca y se instalaron largas barras de acero para garantizar la integridad de la estructura en caso de terremoto.
En teoría, esta obra de ingeniería sin precedentes costará 280 millones de dólares, pero es difícil saber hasta qué punto China rentabilizará su construcción. Eso sí, cuando esté terminado, será una nueva demostración de fuerza de este país.
Imágenes | Xinhua
