Victoria Fuentes
Los escándalos de emisiones tienen una sombra alargada y cuando parece que las aguas están calmadas, vuelven agitarse. En este caso ha sido Renault, que a ojos de las autoridades francesas estaría falsificando datos de emisiones contaminantes de sus vehículos diésel.
Según ha publicado la agencia EFE, la Fiscalía de París ha solicitado abrir un proceso contra la marca por "engaño agravado".
La Fiscalía habla de "vehículos especialmente calibrados"
El modus operandi sería el mismo que se destapó con el Grupo Volkswagen en el conocido Dieselgate: la Fiscalía cree que el fabricante galo puso en el mercado "vehículos especialmente calibrados" que, en función de ciertos parámetros, cumplían las normas de emisiones de óxido de nitrógeno "únicamente en las condiciones de circulación de la prueba de homologación".
Sin embargo, fuera del laboratorio de pruebas y en condiciones de conducción normal, estos vehículos sobrepasarían "de manera frecuente" los niveles europeos de óxido de nitrógeno.
La firma del rombo ha negado los hechos "y reitera que sus vehículos no están equipados con software que defraude a los sistemas de control de la contaminación", y añade que "todos los vehículos Renault han sido homologados de conformidad con la legislación francesa y europea vigente en el momento de su venta".
No es la primera vez que la Fiscalía francesa investiga a Renault, pues en 2017 ya comenzó a indagar por este mismo asunto. Opel también estuvo en el punto de mira en 2016 por una anulación temporal del sistema de recirculación de gases del escape (conocido comúnmente de forma simplificada como válvula EGR) de su modelo Zafira. Se concluyó que no cometió fraude. Peugeot, Citroën, Fiat y Volkswagen también han sido investigadas en Francia.
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