Gran Premio de Australia 1995: luces y sombras en la retirada de Adelaida

Gran Premio de Australia 1995: luces y sombras en la retirada de Adelaida
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Cuando la Fórmula 1 llegó a Adelaida en 1995 con motivo del Gran Premio de Australia de esa temporada, todo estaba decidido. Los campeonatos habían sido ganados ya por Michael Schumacher y Benetton, por lo que en cierta forma la última carrera del año estaba vacía de significado. Aunque otra forma de verlo era como una fiesta de final de año. Sin presión para los pilotos de la zona alta, que podían salir a darlo todo y despedirse del año a lo grande de Adelaida, que no estaría en 1996.

A partir del año siguiente, el Gran Premio de Australia sería la primera carrera del año y se disputaría en Melbourne. Carrera de despedidas importantes, puesto que Michael Schumacher dejaba Benetton, equipo de sus dos priomeros títulos. Por su parte, los pilotos de Ferrari; Jean Alesi y Gerhard Berger, dejaban la Scuderia para irse precisamente a Benetton. También se vería en Australia la última carrera del motor V12 del legendario equipo italiano.

Pero la fiesta duró poco. El viernes, durante los entrenamientos libres, Mika Hakkinen sufrió un accidente. Causado por un pinchazo, el coche golpeó el muro con violencia y la vida del finlandés corrió peligro. Solo la intervención providencial de Sid Watkins obró el "milagro". Tres meses más tarde pilotaría un Fórmula 1. Cuatro meses más tarde estaría en la salida de un gran premio de nuevo y tres años más tarde sería campeón del mundo.

Olivier Panis Adelaida 1995

Pero como se suele decir, el show debe continuar, y la sesión clasificatoria dejó a Damon Hill y David Coulthard como los pilotos más rápidos. En la salida, el escocés sorprendió a su compañero de equipo y se situó en cabeza, escapándose y demostrando que estaba listo para liderar un equipo y no ser solo el segundo de Hill. Pero en la entrada en los boxes, bloqueó las ruedas y destrozó la suspensión delantera de su Williams-Renault. Era la primera de las muchas sorpresas que tendría Adelaida.

Michael Schumacher y Jean Alesi serían las siguientes víctimas, fruto de un encontronazo entre quienes se cambiaban los volantes de cara a 1996. Johnny Herbert heredó la segunda posición tras el abandono de los dos fieros pilotos, aunque la perdió tras casi sufrir el mismo tipo de incidente que Coulthard. Gerhard Berger rompió el motor de su Ferrari, terminando la historia de los V12 en la categoría reina. Problemas para Heinz-Harald Frentzen y el propio Herbert, antes de que Eddie Irvine abandonara también, dejaban la carrera con pocos participantes.

Detrás de Damon Hill, Olivier Panis con Ligier rodaba a una vuelta en segunda posición, mientras que en tercera plaza se encontraba Gianni Morbidelli con el Footwork/Arrows-Hart. A pocas vueltas del final, el coche de Panis empezó a soltar una cantidad exagerada de humo, que hacía pensar primero en un abandono seguro y luego, viendo que el coche aún seguía rodando, en un abandono más que probable. El francés bajó el ritmo de forma notable para intentar cuidar el coche y llegar a la línea de meta.

Gianna Morbidelli Adelaida 1995

Gianno Morbidelli hizo todo lo posible por alcanzar al piloto de Ligier pero sorprendentemente, el coche aguantó hasta el final, con lo que a Damon Hill le acompañaron Olivier Panis y Gianni Morbidelli en el podio. La cuarta posición fue para Mark Blundell con McLaren, en su último gran premio de Fórmula 1, mientras que Mika Salo terminó en quinta posición y el portugués Pedro Lamy en sexta, marcando el único punto de su carrera deportiva. En séptima posición, Pedro Diniz consiguió el mejor resultado de Forti Corse en la Fórmula 1, la vez qué más cerca estuvieron de los puntos.

Adelaida había dado una vez más una carrera especial. Aunque la Fórmula 1 dejó de ir allí para competir en otro circuito urbano como es el Albert Park de Melbourne, que también gusta tanto a pilotos como a aficionados, su ausencia se notaría durante varios años. La popular competición de los V8 Supercars australiana sigue compitiendo en un circuito que es tan espectacular como técnico. El paddock de la Fórmula 1 no podía reaccionar de otra forma que no fuera dar las gracias a un circuito y una ciudad fantásticos.

¡Gracias Adelaida! Benetton
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