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¿Mal olor y aire de baja calidad? Este verano revisa el filtro del habitáculo

¿Mal olor y aire de baja calidad? Este verano revisa el filtro del habitáculo
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El verano es el momento ideal para dedicar a nuestro vehículo un poco de atención después de un año intenso de uso despreocupado. Precisamente en esta época del año resulta imprescindible hacer una revisión a fondo de uno de los sistemas más utilizados dadas las altas temperaturas: la climatización. Cualquier síntoma que pueda hacernos pensar que el sistema aire acondicionado de nuestro coche no funciona bien es sinónimo de reparación urgente, principalmente, por nuestra salud y seguridad al volante.

Además del sistema de aire acondicionado, que intercambia el calor entre el aire exterior y el refrigerante, el filtro del habitáculo tiene también un gran protagonismo. Su función es la de filtrar el polvo, el polen, las bacterias, hongos y microorganismos, así como todas las partículas de suciedad del aire antes de que dicho aire fluya limpio y fresco al interior del vehículo. Y como todos los filtros, tiene una capacidad de absorción limitada, por lo que llegado el momento ha de ser reemplazado sin dudar.

Los malos olores, las fugas, los fallos del circuito o la pérdida del líquido refrigerante pueden ser algunos ejemplos de problemas relacionados, entre otras cosas, con el compresor y, en verano, dada la sobrecarga ejercida por la temperatura ambiental y los largos trayectos, es imprescindible renovar su equipamiento.

¿Qué es el sistema de termocontrol y por qué importa más en verano?

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El Termocontrol, además de permitirnos contar con una temperatura óptima en todo momento del vehículo, también calienta y enfría el habitáculo. Por ello, este sistema no sólo se compone de los elementos necesarios para la refrigeración del motor, si no también los de la calefacción y el aire acondicionado.

Es por tanto que la climatización y la refrigeración del motor deben considerarse como una sola unidad a pesar de ser dos sistemas separados, pues ejercen entre sí una influencia mutua y directa. Cuando decidimos poner en funcionamiento el aire acondicionado, el propio sistema de refrigeración del motor realiza un esfuerzo aumentando así el consumo del refrigerante. Esto significa que los componentes incluidos en el refrigerante no solo protegen ante una posible congelación, como se conoce popularmente, sino también ante un sobrecalentamiento del motor.

Tengamos en cuenta que incluso en un sistema de aire acondicionado nuevo –hoy en día casi todos los vehículos lo tienen de serie- se pierde cada año un 10% del líquido refrigerante. Es algo natural, pero que reduce de forma progresiva la potencia de refrigeración y puede provocar daños en el compresor, como comentábamos previamente.

Cada dos años: Revisión del circuito y cambio de filtro

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¿Hace cuánto que no revisas el circuito de climatización de tu coche? Los profesionales recomiendan realizar una comprobación del aire acondicionado cada 12 meses y un servicio de climatización cada dos años, al menos. Pero nosotros podemos ir adelantando trabajo al taller si realizamos una comprobación visual de los componentes, ponemos a prueba el funcionamiento y potencia del aire y, en caso de que sea necesario, sustituyamos el filtro de habitáculo y desinfectemos el evaporador.

En su base teórica, el circuito de aire acondicionado es hermético y no debería de tener pérdidas de refrigerante, pero, con el paso del tiempo, pueden aparecer pequeñas fugas en las juntas o en los manguitos del sistema que condicionan su correcto funcionamiento. Como hemos comentado en la introducción el compresor puede averiarse o aparecer malos olores si no hemos realizado un mantenimiento periódico del filtro del habitáculo. Por ello, cada 15.000 o 20.000 km es recomendable reemplazar el filtro y acudir al taller si el flujo de aire tiene menos fuerza o enfría poco. Además, aprovecha para cambiar el líquido refrigerante (recomendable aproximadamente cada 40.000 kilómetros) si está sucio o descolorido.

Detectar una fuga a tiempo puede ahorrarte bastante dinero, puesto que el gas del aire acondicionado es muy caro y recargarlo puede suponer un buen desembolso. Mantenerlo activo y hacerlo funcionar de manera regular, incluso en los meses de invierno aunque sea durante unos minutos, ayudará a evitar que los conductos y las juntas se resequen.

¿Limpiar en casa el filtro de polen? Mala idea

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Antes de aventurarnos a hacer una chapuza debemos de comprobar si el filtro de polen está obstruido. ¿Cómo? Gracias a una sencilla operación que podremos realizar sin necesidad de acudir al taller. Primero hemos de localizar el filtro, el cual generalmente, suele encontrarse en los conductos de ventilación junto al evaporador de aire acondicionado, al que accederemos bajo los limpiaparabrisas desde el interior o la parte trasera de la guantera o en la zona de los pedales del conductor.

Limpiar en casa el filtro puede dañarlo con facilidad, lo mejor es reemplazarlo a los 30.000 km

Si el filtro está libre de agua y humedad, podemos atrevernos -muy cuidadosamente- a limpiar con un trapo de algodón los restos que pudiesen quedar en él, alargando su vida útil algún tiempo más. En caso de que presente un estado grasiento y oscuro es recomendable reemplazarlo lo antes posible. Si además percibimos que el flujo de aire del ventilador es más suave, o que las lunas se empañan de forma cada vez más habitual, unido a olores desagradables, tendremos la respuesta de que el filtro antipolen debe de ser sustituido. Si tienes alguna duda o no estás convencido de sustituirlo, has de saber que el cambio del filtro de polen debe realizarse cada 15.000 o cada 30.000 kilómetros recorridos, y que en caso de querer hacerlo en casa, el precio suele oscilar entre los 12 y los 35 euros.

En cualquier caso, recomendamos su sustitución por encima de la limpieza del filtro anterior, algo nada recomendable ya que probablemente quede dañado y deje de ser útil. Para este componente resulta muy contraproducente empeñarse en su limpieza pues por su delicadeza se daña fácilmente, incluso si decidimos extraer el filtro y limpiarlo con agua o aire a presión.

Por seguridad, buena temperatura y aire de calidad en el interior

Controlar la temperatura en el interior de tu coche no solo es una cuestión de higiene o mero mantenimiento del vehículo, es una prioridad en términos de seguridad. En la época estival y vacacional, cuando más viajes largos y con mayores temperaturas se producen, un calor excesivo no sólo resulta incómodo, sino que además limita la capacidad de reacción al volante. Además, de circular con la mayor comodidad dentro del habitáculo, es importante elegir prendas de vestir que nos faciliten la libertad de movimientos y holgura a los mandos, sin temperaturas extremas de frío o calor.

Un equilibrio entre ambas nos facilitará el trayecto con el mayor confort y nos cansará menos, manteniendo nuestros reflejos intactos, por lo que la temperatura recomendada será entre los 21 y los 23 grados.

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Ventilar antes de activar

El coche puede pasar largas horas aparcado al sol provocando que, a temperaturas por encima de los 60ºC, muchos de sus elementos, tales como plásticos, metales y cuero de los asientos y el salpicadero, se deterioren emitiendo ciertos residuos al aire y al interior de los circuitos. Para que el coche coja buena temperatura debemos permitir que el motor se active de forma gradual antes de empezar a enfriar el interior con fuerza. Abrir las ventanas al menos un minuto antes de meternos en el vehículo ayuda a superar el primer impacto del calor interior al crear una corriente que recircula el aire.

Así, conseguimos que se rebaje de forma natural la temperatura interior y, una vez ventilado, podamos cerrar las puertas y las ventanas para poner en marcha la climatización y que haga su trabajo con un esfuerzo menor. Tengamos cuidado también con colocar las salidas de aire enfocadas directamente hacia nuestro rostro, aunque en un principio ayude a refrescarnos es aconsejable utilizar el aire de manera indirecta para conseguir la temperatura idónea en todo el habitáculo. Y evitaremos así esos resfriados veraniegos tan indeseables.

Imágenes | iStock biglike Herzstaub x-reflexnaja Mihajlo Maricic Kurgu128

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