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Ayuda inteligente al aparcamiento: la conducción automatizada, un paso más cerca

Ayuda inteligente al aparcamiento: la conducción automatizada, un paso más cerca
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Ya hace tiempo que el sistema inteligente de ayuda al aparcamiento se abrió paso entre los coches más evolucionados tecnológicamente, de manera que hoy en día ya es posible aparcar de forma automática incluso en lugares reducidos… siempre que quepa el vehículo, claro. Y eso es lo primero que evalúa este sistema. Usando unos sensores de medición transversal al sentido de la marcha, el sistema verifica que en la plaza de aparcamiento existe espacio suficiente para el vehículo.

Una vez avisado el conductor y confirmado el lugar como "espacio válido para estacionar", una unidad de control electrónico va tomando los datos que le llegan desde varios sensores situados en los paragolpes y en las aletas del vehículo y va elaborando todo tipo de cálculos para actuar sobre el sistema de la dirección gracias a la ayuda de un pequeño motor eléctrico.

El concepto es sencillo, quizá tanto como la maniobra en sí, pero también es verdad que a muchos conductores aparcar se les resiste especialmente, ya sea por una cierta falta de sentido de la lateralidad o por dificultad a la hora de calcular espacios. Incluso personas que fuera del coche no tienen duda alguna sobre dónde les quedan la derecha y la izquierda pueden llegar a bloquearse en cuanto necesitan aparcar.

El sistema de ayuda inteligente al aparcamiento puede servir para echarles una mano a estos conductores y, de paso, para realizar la maniobra de la forma más eficiente posible, sin entorpecer la circulación del resto de los vehículos. Por eso, incluso aquellos conductores que no tienen especiales problemas para aparcar pueden ayudarse con este tipo de asistencias. Es una manera de ahorrarse una de las tareas más tediosas de la conducción.

IPA, aparcando sin manos pero con cabeza

Aunque para entender un poco cómo funciona, quizá lo mejor sea ver en acción un sistema de ayuda al aparcamiento, que en el caso de Toyota se conoce con sus siglas en inglés: IPA.

Aquí el conductor únicamente se encarga de observar a su alrededor en busca de peatones incontrolados y en todo caso regula la velocidad del vehículo apoyando el pie sobre el pedal del freno. ¿Es posible hacer que el coche, por sí solo, aparque sin la ayuda del conductor? ¿Se le puede acabar dando la vuelta a los esquemas?

Por supuesto que sí. De hecho, hoy en día ya es técnicamente posible que un coche aparque sin un conductor sentado a los mandos. Si el sistema de ayuda inteligente al aparcamiento es capaz de recabar datos visuales, calcular arcos, clotoides y demás, y lanzar al sistema de dirección las órdenes precisas para conseguir los grados de giro necesarios en cada momento, ¿cómo no va a poder actuar sobre los frenos en caso de emergencia?

Por supuesto que eso es posible ya hoy, simplemente interviniendo sobre los sensores y actuadores del ABS, pero incorporar esta parte al proceso final de aparcamiento daría al menos un par de problemas. De un lado, durante la maniobra ya no existiría la figura del conductor, que legalmente sigue siendo el responsable del vehículo ante cualquier contingencia que pueda surgir. Y del otro, a la que tuviera un poco de práctica... ¡quizá el coche se nos iría él solito a dar una vuelta por la ciudad!

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