La producción del Renault Fluence Z.E. se ha detenido. A diferencia de lo que ocurre a veces cuando se paraliza temporalmente la producción de un modelo por exceso de stock, esta vez la cosa va en serio: Renault va a clausurar la linea de montaje del Fluenze Z.E. en la factoría de Turquía, que es donde se fabrica. Así que esto podría entenderse como un adiós definitivo.
El Renault Fluence Z.E. llevaba varios meses con unas ventas meramente testimoniales y ha estado sumido en una larga agonía desde la quiebra de Better Place, su principal socio estratégico. Sin Better Place, la posibilidad de cambio rápido de baterías que ofrecía este modelo se esfumó y con ello quizá uno de sus principales encantos.
Sólo hay que mirar las cifras para ver a que me refiero. Durante todo 2013 en Francia sólo se vendieron 18 Renault Fluences Z.E. con estas cifras es imposible e injustificable seguir con la producción, sobre todo si no hay expectativas de que la cosa vaya a mejorar.
Ya lo he dicho muchas veces, el Renault Fluence Z.E. no es lo que la gente busca en un coche eléctrico. No está bien enfocado, de hecho es una adaptación de un vehículo convencional como es el Renault Fluence a eléctrico. El problema de este coche es el tamaño.
Con 4.75 metros de longitud es un coche verdaderamente grande y eso en entornos urbanos no es nada deseable. Si tenemos en cuenta que un coche eléctrico donde más se va a emplear es para desplazamientos por ciudad y periferia... tenemos una bonita contradicción. No sirve para viajar por ser eléctrico y no sirve para ciudad por ser grande.
En fin, como en toda despedida es una lástima decirle adiós a este modelo. De todas formas, imagino que esta experiencia habrá sido muy instructiva para el fabricante francés en su estrategia para ofrecer vehículos eléctricos que la gente quiera y pueda comprar. Es difícil dar con la forma del éxito a la primera y esperemos que el Renault Fluence Z.E. solo sea un pequeño tropezón en el camino.
Vía | Globes En Motorpasión Futuro | Renault Fluence Z.E., presentación y prueba en Lisboa (parte 1)
