Cinco razones para no comprar un Toyota Prius

Cinco razones para no comprar un Toyota Prius
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Normalmente en Motorpasión Futuro cuando tratamos de los coches híbridos, eléctricos e innovadores en general, lo solemos hacer con una vara de medir un poco peculiar. Un poco idealista. Algunas veces obviamos posibles defectos de estos coches y no les damos “palos” donde a veces hace falta.

Y es curioso, porque estaba charlando el otro día con un colega que me dijo “no podéis ir por la vida alabando y vendiendo como perfectos los coches eléctricos y la movilidad alternativa porque sinceramente, no lo es. Estas tecnologías de futuro necesitan una crítica feroz para avanzar, mejorar y que definitivamente sí que sirvan para todos. Pero si lo ponéis como el coche definitivo, pues… ¿para qué mejorarlo?”

Esto me hizo pensar que ya era hora de hablar mal de contar las luces y sobre todo las sombras de los coches que pasen por nuestras manos. Pero esto de la crítica es una actividad que hay que ejercer con mesura y responsabilidad. Así que para comenzar con buen pie voy a empezar criticando un modelo bastante familiar en MPF: El Toyota Prius.

Digo bastante familiar porque en esta página somos tres lo editores que poseemos el coche en cuestión. A ver si algún colega lee la presente y se enfada conmigo, puede que también aporte su crítica al colectivo haciéndole un favor a la comunidad. Lo importante es que estemos todos enterados, tanto de las cosas buenas como sobre todo de las malas.

Y aquí vuelvo al título de la entrada: Cinco razones para no comprarse un Toyota Prius. Yo como poseedor y conductor habitual del híbrido por excelencia puedo decir que no es oro todo lo que reluce y que tiene algunos defectos más o menos importantes que impiden que sea un coche “redondo”, al menos para mi.

Consumos

Quien se compra un Toyota Prius seguro que una de sus preocupaciones o uno de los motivos que fomentan su decisión se basa en los bajos consumos. Se podría decir que todo el coche gira entorno a ese objetivo: consumir y contaminar poco. Y ahí viene e primer problema.

Este coche sobre el papel nos debería de gastar 4 litros de combustible cada 100 Km o 3,9 en las versiones que calzan las gomas estrechas. Ese es el primer “engaño” del coche. Los consumos homologados se pueden conseguir, pero se tienen que dar unas condiciones muy específicas unidas a una amplia participación por parte del conductor.

¿Y esto qué quiere decir? Que en el mundo real TM hay que sudar tinta para lograr los consumos homologados, siendo en numerosas ocasiones imposible. En honor a la verdad, este defecto es algo muy común a la mayoría de los coches que se venden actualmente en el mercado.

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La prueba de los rodillos poco o nada tiene que ver con la realidad y luego los conductores se sienten engañados. Pero como dice el refrán “mal de muchos consuelo de tontos”. Supongo que la solución a este problema sería elevar una queja a los organismos que regulan y realizan las pruebas de homologación de consumo.

Interiores y acabados

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El segundo motivo hace referencia a los acabados en general del coche así como un número de pequeños detalles que le faltan. Los pequeños detalles parecen insignificantes y despreciables si se miran por separado, pero cuando juntas un buen número de ellos, estos pueden marcar la diferencia entre todo un coche y un trabajo a medias.

En el caso del Toyota Prius estamos hablando de un coche que cuesta 25.000 euros y parece que es un trabajo a medias. Es como si se gastasen mucho presupuesto en la planta motriz, que hay que reconocer que es un trabajo ingenieril impresionante, y cuando fueron a hacer los interiores alguien dijo:

Esperad un momento! nos hemos pasado gastando dinero con el motor y las baterías así que ahora tendremos que recortar con los interiores y los remates

Y un poco todo el coche gira en esa linea. Mucha inversión en el motor, pero poca en el resto del vehículo. Por culpa de esto podemos observar detalles ¿inexplicables? como unas guanteras sin tapizar (menuda orquesta que se prepara como dejes algún objeto en ellas) retrovisores que no se pliegan electricamente en ninguno de los acabados. Plásticos de pobre apariencia por toda la cabina…

Y así podríamos seguir. La solución a este problema pasa por sacar la cartera y en vez de escoger un Prius, irte a la Lexus a por un CT 200h que aúna toda la tecnología y la planta motriz del Prius con unos acabados premium, eso si, pagándolo.

Climatización

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Y aquí cito otro punto que me desagrada en este coche: la calefacción. Algo tan tonto como este sistema, que lleva montándose en todos los coches casi desde que el mundo es mundo. En cualquier coche que te planteas comprar, la calefacción es algo que ni miras ni le dedicas su tiempo. Todas funcionan igual, ¿qué misterio va a tener?... hasta que llegas a este coche.

El Toyota Prius es un coche muy eficiente, ¡se le apaga el motor y todo mientras funciona! por consiguiente gasta muy poca gasolina. Y ahí está el problema. Si quemas poca gasolina, generas poco calor, y entonces en una mañana de estas invernales con helada incorporada (como la de hoy), pues toca sufrir.

Hay dos alternativas. O pasas mucho frío mientras conduces hasta tu destino o enciendes la calefacción. ¡Que decisión más tonta! salvo porque la calefacción hace que este coche tan “avanzado” se convierta en uno más. ¿Y eso qué es? Pues que el motor no se detendrá ni en 100 años.

Como hace falta generar calor, pues habrá que quemar ingentes cantidades de gasolina y entonces los consumos suben, y creedme que se nota. Además que pierde el valor añadido de circular en modo eléctrico. Y todo para que por las rejas de ventilación salga… no, calor no, un aire templadillo que en poco o nada alivia tu gélida penuria.

Yo no quiero elegir entre calefacción o bajos consumos. Bueno sí, Elegiría ambas, pero la tecnología aún nos ha dado una solución para poder hacernos con las dos. Al menos, podemos consolarnos añadiendo que este problema solo aparece circulando en trafico urbano. En carretera afortunadamente el motor térmico está trabajando continuamente y ya no hay que decidir.

También tengo que añadir, que el problema de la calefacción se puede solucionar, al menos en buena parte instalando las ECOFLAPSHV que si lo pensamos bien, es otra de esas cosas que deberían de venir de serie con el vehículo, pero ya se sabe, no había presupuesto.

El motor

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El motor es otro tema singular del Toyota Prius. Coloquialmente diríamos que es raro. Es un 1.8 atmosférico que tan solo rinde 99 caballos. Esto es así porque funciona con un ciclo termodinámico Atkinson en vez del tradicional ciclo Otto. Esto está muy bien si queremos gastar poco.

Pero a la hora de las prestaciones es cuando vienen los problemas. Es un motor sin nervio, descafeinado y con poco par máximo. Sus carencias de brío se suplen con el aporte de la parte eléctrica que suma otros 37 CV. En conclusión, el coche anda más que si tuviese sólo un 1.8 de 99 caballos, pero menos que si tuviese el 1.8 de 150 CV estándar de Toyota.

Me gustaría saber cuanto gastaría el coche con este último propulsor a modo de curiosidad. Lo mismo el consumo no aumentaba tanto, pero un Prius de 180 caballos… es algo bonito de imaginar. Habría gente que seguro sacrificaría unas décimas en consumo a consta de tener ese poder extra.

El maletero

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El maletero es… suficiente, y hasta ahí puedo leer. No es como para tirar cohetes. Simplemente cumple pero habrá gente a la que se le quedará pequeño o que no le importaría que tuviese unos cuantos litros más de capacidad. La mayoría de sus competidores directos se lo meriendan en este aspecto.

Si no me creéis abrid el portón de un Peugeot 308 SW, un VW Golf Variant o un Hyundai i30 SW y veréis la diferencia. Aquí, quien juega en su contara son las baterías, que naturalmente, en algún sitio tendrían que restar espacio. No todo en los híbridos iba a ser del color de rosas, y esta es una pega obvia.

Por último, a modo de colofón y siguiendo la estrategia de recortes en materia de interiores, el maletero se subdivide del resto de la cabina por una bandeja flexible de tela enrollable a modo de persiana. Este es un detalle muy cutre. No creo que les hubiese costado tanto incluir una bandeja rígida. Así podrían haber ubicado los altavoces traseros en ella y mejorar la acústica, que en las plazas traseras también deja un poco que desear.

Y hasta aquí los defectos reseñables que le encuentro al coche. Hombre, estaría bien que valiese la mitad y que fuese aún más espacioso pero midiendo un metro menos para que se pueda aparcar mejor y si a eso le añadieses una reducción del consumo de uno o dos litros… No. Hablando seriamente es un buen coche. Como la mayoría de los que hay a la venta hoy en día.

Te puede gustar más o menos, puede ser el tipo de coche que necesites o no. Yo aquí he intentado centrarme en fallos objetivos que supongo, todo el mundo observaría de comprarse el coche, dejando el terreno de los gustos aparte. Tendrá sus cosas malas que he intentado desvelar hoy aquí y también sus cosas buenas (esas las dejo para otro día).

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