Dos formas opuestas de rodar en Nürburgring con lluvia: una salvada épica y un fail en toda regla

Dos formas opuestas de rodar en Nürburgring con lluvia: una salvada épica y un fail en toda regla
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A estas alturas ya deberías saber que Nürburgring Nordschleife no es un circuito como otro cualquiera. Sus descomunal trazado repleto de curvas de todos los tipos destaca por ser uno de los más exigentes y complicados del mundo para cualquiera que se atreva a entrar a dar una vuelta, aunque sea de paseo.

Hoy traemos dos ejemplos claros de que si el Infierno Verde ya es complicado en condiciones normales, con el asfalto mojado se convierte en una bestia impredecible capaz de poner en aprietos al más experimentado de los conductores. Un Audi R8 V10 Plus y un BMW M5 E39 son las víctimas, pero con una sutil diferencia: uno tiene manos y el otro no.

Vamos con el primero. Un pepinaco de 610 CV primo del Lamborghini Huracán con cuatro aros en su parrilla singleframe rueda a fondo sobre un asfalto totalmente encharcado. Los anchos neumáticos del Audi y la sobredosis de agua no son los mejores amigos así que acaban discutiendo y el R8 pierde la zaga.

Ni las ayudas electrónicas ni la tracción integral son capaces de evitar que un sudor frío se apodere de tu alma mientras te esperas lo peor. Hasta que resulta que dentro del Audi hay un tipo capaz de controlar una situación tan complicada y encauza de nuevo al deportivo alemán.

¡Sí, lo salva! El tipo parece que sabe lo que hace. Primero aguanta deslizando a un lado, luego el contravolante justo hacia el otro y la cantidad exacta de frenos para marcarse una salvada de libro que podría haber terminado con los más de 200.000 euros contra una de las protecciones laterales.

Y ahora vamos a por la cruz de la moneda, porque si el del R8 te ha parecido un tipo preparado para rodar en un circuito de la talla de Nürburgring en condiciones complicadas, el siguiente debería recibir unas clases antes de ponerse a jugar con su BMW M5.

No vemos cómo comienza esta breve historia pero la berlina alemana de altas prestaciones pierde agarre en la zaga y tenemos una entrada en pánico de manual. Primero un exceso de gas provoca sobreviraje, de ahí pasamos a una enooorme dosis de subviraje y un inoportuno pisotón al acelerador provoca un nuevo sobreviraje totalmente descontrolado.

¿El resultado? Un besito contra el quitamiedos. Seguro que después de esta visita tan cara a Nürburgring a partir de ahora se lo toma con más calma.

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