
El 26 de junio de 2024 un hombre de 33 años conducía su furgoneta Mercedes por la AP-7 cuando fue detenido por los Mossos d'Esquadra para realizarle un test de alcoholemia. Al momento se dieron cuenta de que el conductor no estaba bien: olía a alcohol, no coordinaba bien los movimientos y arrastraba las palabras.
El milagro era que siguiera vivo, porque el resultado del test que le consiguieron hacer arrojó una tasa positiva de nada menos que 0,74 miligramos de alcohol por litro de aire espirado (sí, la tasa máxima es de 0,25 mg/l). Pero lejos de ser condenado, le han absuelto por irregularidades en el procedimiento.
Con antecedentes y como una cuba
Según detalla El País, el juzgado de lo penal número 2 de Granollers ha absuelto a este conductor por dos minutos: los agentes no dejaron pasar los 10 minutos mínimos reglamentarios entre prueba y prueba (tuvieron que hacerle varias porque no era capaz de soplar de forma continuada). "Entre el final de la realización de la primera prueba, esto es, las 2:00, y el inicio de la segunda, esto es, las 2:08, no habían transcurrido 10 minutos", destaca la sentencia recogida por el periódico.
Así que este conductor, que además de reconocer que había bebido "dos cervezas" es reincidente por conducir ebrio, se va a librar de la pena que se pedía para él: retirada del carnet durante tres años y una multa de 3.600 euros por un delito contra la seguridad vial.
Pero hay más: el juez no considera determinante los síntomas que acreditaban los agentes, relativos al olor a alcohol o mala dicción porque "el hecho de que el acusado sea italiano puede influir en que su dicción en español no fuese la misma que la de un nacional". La sentencia es firme.