Álvaro Ruiz
Puede que nunca hayas oído hablar del electrosmog, o simplemente e-smog, pero es un término que deberías conocer porque hace referencia a la contaminación electromagnética, es decir, a la exposición que tenemos a campos electromagnéticos generados artificialmente por la tecnología.
En esa tecnología se incluye un teléfono móvil, las antenas de telefonía móvil que hay por todas partes, el router de internet que tienes en casa, el microondas que tienes en la cocina o los coches.
Ni son peligrosos al conducirlos, ni mientras se cargan
Sabemos que los coches con motor de combustión emiten radiación electromagnética, de la misma forma que cualquier aparato eléctrico, pero esa radiación no supone ningún riesgo para la salud. Pero, ¿qué pasa con los coches eléctricos?
Hay quien piensa que los modelos de cero emisiones son campos de radiación electromagnética con ruedas, de hecho, el ADAC alemán (el equivalente a nuestro RACE) asegura que recibe consultas constantemente sobre el nivel de electrosmog de los coches eléctricos, por lo que ha decidido llevar a cabo un estudio para aclarar esta cuestión.
Para hacer estudio, el ADAC ha contado con el Centro de Investigación para el Impacto Ambiental Electromagnético, con el Hospital Universitario RWTH Aquisgrán, con la Oficina Federal de Protección Radiológica y con el Ministerio Federal de Medio Ambiente.
El objetivo del estudio no solo es aclarar si los coches eléctricos producen electrosmog y, de ser así, si el nivel que producen es peligroso para nuestra salud, sino también comprobar si las motos eléctricas también lo producen.
Para salir de dudas, el ADAC ha hecho más de 975.000 mediciones individuales en 11 coches eléctricos, dos híbridos enchufables y cuatro motos eléctricas, utilizando un maniquí de asiento conectado a diez sondas de medición desde los pies hasta la altura de la cabeza. En cada coche, el maniquí se colocó en dos asientos y todos los valores se compararon con los medidos en un coche de combustión interna: el Opel Corsa.
El resultado es claro: no hay peligro para la salud en el coche eléctrico ni en las motocicletas eléctricas desde el punto de vista del electrosmog. Tampoco hay peligro para las personas que lleven implantes ni para las embarazadas. En todas las mediciones, los valores obtenidos estuvieron por debajo de los límites recomendados para proteger la salud.
El estudio también comprobó si existen índices peligros de electrosmog durante la carga de vehículos eléctricos. El ADAC lo comprobó con todos los tipos de carga: corriente alterna y corriente continua, también durante la carga a través de un enchufe doméstico de tipo Schuko.
En ningún caso se excedieron los valores límite de electrosmog para el cuerpo humano, ni siquiera al tocar directamente el cable de carga durante el proceso de carga.
Es más, el índice de electrosmog durante la carga es menor que durante la conducción y, curiosamente, los niveles de radiación electromagnética son más bajos en carga rápida con corriente continua que en carga lenta en corriente alterna.
El ADAC recuerda que el e-smog no solo está presente en los coches de combustión y eléctricos, aunque no sea perjudicial para salud, sino que también se detecta en otros tipos de transporte, como los trenes y el metro. “Las mediciones comparativas han demostrado que la exposición media a los campos magnéticos en el coche eléctrico es de una magnitud similar a otros medios de transporte eléctricos”, asegura el ADAC.
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