Frenar la expansión del coronavirus COVID-19 es cosa de todos. La situación recuerda ahora, salvando las distancias, a la de países en guerra. En guerra contra un enemigo invisible, pero al fin y al cabo con una economía de tiempos de guerra. Con muchas fábricas paradas o a medio gas, el objetivo de éstas es ayudar en la fabricación de mascarillas y ventiladores, nombre coloquial que designa a los respiradores artificiales.
En España, al igual que en Estados Unidos y Reino Unido, las fábricas de automóviles y de recambios se han puesto a desarrollar y fabricar respiradores. Ahora ya no es una cuestión de a ver cómo se puede ayudar, sino que ya esa ayuda ya es una realidad. Ya está en marcha. Y dos de las marcas con mayor presencia productiva en España, SEAT y Renault, ya están ayudando.
El Consorci de la Zona Franca de Barcelona, Hewlett-Packard, Leitat y SEAT pusieron el pasado viernes a disposición de las autoridades y centros sanitarios sus profesionales y conocimientos tecnológicos, para dar respuesta a las necesidades que puedan surgir vinculadas a la lucha contra la propagación del COVID-19.
Y ayer (domingo 22 de marzo), el primer respirador artificial realizado en SEAT y diseñado por Leitat, con un motor de limpiaparabrisas, estaba ya funcionado. Diseñado con la ayuda del Consorcio Sanitario de Terrassa, ya ha sido validado por expertos, como Lluís Blanch, director de Innovación del Hospital Parc Taulí de Sabadell y experto en ventilación mecánica.
Los autores del proyecto explican que su diseño es escalable “de tal manera que se puede llegar a una capacidad de producción de entre 50 y 100 unidades diarias la próxima semana”.
Respirador fabricado en SEAT Martorell, con un motor de limpiaparabrisas y piezas 3D.
— Marc (@tierraymadera) March 22, 2020
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Para su producción industrial, ajustándose a los requerimientos pendientes de la Agencia Española del Medicamento, se contará con los equipos de producción de HP y de la infraestructura del Consorcio de la Zona Franca.
Otras empresas, como Airbus y Navantia, se han unido al proyecto para aumentar la capacidad de producción. Las factorías de recambios e industria auxiliar también colaboran. Por ejemplo, la fábrica Bosch de Vilafranca del Penedés, ha hecho llegar muestras de motores de limpiaparabrisas que fabrican para su evaluación y posible uso en estos aparatos fabricados en 3D.
Respiradores artificiales y también mascarillas impresas en 3D
Pero no todo son respiradores artificiales. También se hace patente la falta de mascarillas de protección. SEAT, según una nota del comité de empresa de la marca, está desarrollando una máscara para personal sanitario con Poliamida 12 (material muy resistente y difícil de deformar), por lo que se puede desinfectar a altas temperaturas sin deformarse.
Los filtros duran 4 días y serán de tipo FP2 (homologado), por lo que se suministran filtros para 1 mes con cada mascarilla. Se fabricarían en talla S-M y L-XL todas con un mismo filtro y se destinarían a UCI. Y añade: “antes de entregar material todo pasara por la homologación del Ministerio de Sanidad”.
Por otra parte, Renault pondrá a disposición de un grupo de empleados de la marca la veintena de impresoras 3D de la compañía y sus consumibles. Y es que estos empleados se han puesto en contacto con un grupo a nivel nacional “Resistencia team”, que está trabajando en la fabricación de respiradores a través de impresoras 3D.
Los empelados de Renault han propuesto varias mejoras en la válvula del prototipo que se ha diseñado y que está ahora mismo pendiente de la validación del Ministerio de Sanidad para empezar a fabricar en serie. Asimismo, la compañía ha donado 30.000 mascarillas, 1.000 pares de guantes, 500 buzos traje y 100 pares de gafas al sistema sanitario de salud.
Otras marcas, sin fábricas en nuestro país, también colaboran con otras iniciativas. Por ejemplo Hyundai, que a través de la iniciativa #YoCedoMiCoche y a la que ya se ha unido Suzuki, ponen a disposición del personal hospitalario su flota de vehículos con el fin de facilitar al personal hospitalario sus desplazamientos. El objetivo es que no tengan que usar el transporte público para minimizar así la posibilidad de contagios.
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