Cada vez que Carlos Tavares, mandamás de Stellantis, hace declaraciones, los periodistas agarran el papel y el boli. Su visión del coche eléctrico gira en torno la rentabilidad para la marca, aunque se ande con rodeos: deben ser pequeños y asequibles para no morir ante la hegemonía China y evitar "un baño de sangre", ha vaticinado.
En unas recientes declaraciones Tavares ha dejado claro que no existe una solución mágica para que el coche eléctrico funcione a todos, pero para que funcione a Stellantis las baterías deberán pesar la mitad y mantener a la vez una autonomía "decente" en aras del medio ambiente. Esto es: 400 km.
En declaraciones recogidas por Autonews Europe, Tavares ha dicho que las baterías de los vehículos eléctricos necesitarán un "avance muy significativo en términos de química" para reducir su peso a la mitad durante la próxima década. Considera que los 500 kg de materias primas que se necesitan actualmente para crear un paquete de baterías y una autonomía decente de 400 km "no parecen un resultado muy razonable" desde una perspectiva medioambiental.
Y tampoco desde una perspectiva de rentabilidad, claro, pues las materias primas críticas como el litio son las que marcan el precio del vehículo. Tavares apunta a baterías más pequeñas pero con mayor densidad energética, algo que la batería de estado sólido puede hacer realidad una vez encuentren al fin la forma de hacerla escalable.
Algunas empresas como Factorial están camino de hacer realidad este deseo del consorcio: en el CES de las Vegas de 2023 presentaron una celda de batería de estado sólido de última generación de 100 Ah que promete ofrecer una densidad de energía hasta un 30% mayor en comparación con la de iones de litio convencional, lo que podría permitir una autonomía de conducción aún mayor o menos peso.
Recordemos que el consorcio tiene modelos con baterías realmente grandes, como la del Peugeot E-3008 (98 kWh), aunque la gama de eléctricos puros de Stellantis son en un 98 % baterías de 50 a 55 kWh, así que Tavares barre para casa.
El jefe de Stellantis también ha asegurado que no ve el hidrógeno como una tecnología alternativa viable para el ciudadano de a pie actual debido a sus costos "altísimos", incluso suponiendo que la energía utilizada para producir hidrógeno fuera limpia. "Me temo que por el momento la asequibilidad será un obstáculo importante para el hidrógeno", ha dicho. "En el futuro cercano, (posiblemente) será una solución para las flotas de grandes corporaciones, pero ciertamente no para los ciudadanos de a pie".
Las marcas occidentales trabajan en el lanzamiento de coches que, según prometen, serán asequibles, como Tesla con un nuevo modelo de 25.000 dólares, el Volkswagen ID.2, el Citroën ë-C3, el futuro Fiat Panda que compartirá muchas cosas con el ë-C3 o los Renault 5 y Renault Twingo. Pero se enfrentan a nuevos jugadores que ni siquiera pertenecen a la esfera de la automoción y que están dando mucho que hablar, como Xiaomi con el nuevo SU7.
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