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Aceites para coches híbridos eléctricos: una lubricación diferente para un motor diferente

Aceites para coches híbridos eléctricos: una lubricación diferente para un motor diferente
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¿Utiliza los mismos aceites un coche híbrido eléctrico que uno convencional? La respuesta es clara: no. La gestión del trabajo en una motorización híbrida difiere en buena medida con respecto a los propulsores térmicos tradicionales. Esto afecta también al tipo de aceite: requieren una lubricación personalizada.

Aceites, circulación y rendimiento

Lubricación y combustión son dos hermanas inseparables. De poco sirve la capacidad muscular de un motor si termina atestado de "ácido láctico", es decir, de los detritus de la combustión. O si sus articulaciones crujen y sufren.

La acumulación de carbonilla en zonas críticas amenaza la salud del circuito de lubricación

El aceite que habita en los circuitos internos de los propulsores garantiza sus funciones motoras. De hecho, la comparación con nuestro cuerpo es más que merecida. El mismo circuito que recorre el lubricante y previene el cizallamiento se asemeja al de la circulación sanguínea.

Una bomba hace las veces de corazón, anima y empuja al aceite a recorrer todos los conductos "arteriales", penetrando a través de "vasos capilares" a las zonas más complicadas y críticas. En estas, la acumulación de carbonilla (poca broma) diezma sus habilidades y amenaza a la salud.

¿Qué función cumple el lubricante?

Stop Start

El aceite desempeña unas labores cruciales para el funcionamiento del vehículo:

  • Alivia la fricción de los elementos implicados en el movimiento.
  • Reduce el desgaste de las piezas.
  • Anula la corrosión.
  • Alivia incrementos térmicos críticos en forma de calor.
  • Contribuye a dar salida a los agentes contaminantes de la combustión.

Además, en el caso de las motorizaciones eléctricas o componentes relacionados, realiza una función aislante que previene cortocircuitos. En definitiva, el lubricante facilita la conservación de las propiedades óptimas del motor, preservando su campo de acción y manteniendo la entrega originaria.

Todas las recomendaciones indican que no podemos descuidar la lubricación y, lo que es más, debemos seguir las indicaciones dadas por el fabricante para cada modelo. Y es que acertar con el fluido está en consonancia con sacar el máximo partido a la eficiencia energética del combustible. En caso contrario, va en detrimento de la fuerza desplegada y del par motor.

Propiedades básicas del lubricante

Aceite Lubricante Motor

Antes de descubrir qué tipo de lubricantes son más convenientes para una mecánica híbrida, conviene conocer ciertas propiedades que determinan sus resultados finales.

Aceites minerales y sintéticos

La primera gran diferencia entre aceites reside en su origen mineral o sintético. Mientras que la base del primero se obtiene del petróleo crudo a través del destilado y refinado, los lubricantes sintéticos tienen también un punto de partida mineral, pero se someten a tratamientos químicos que alteran sus propiedades para lograr de ellos una respuesta determinada.

Los aceites sintéticos destacan en eliminación de residuos y control de temperatura

La elección entre unos y otros no tiene por qué ser categórica, pues también existen aceites semisintéticos o, lo que es lo mismo, una mezcla entre ambos mundos que busca explotar algunas ventajas de esta "fusión", como el menor precio de los aceites minerales.

En general, los aceites sintéticos son más apreciados. Su preparación específica les brinda mejores marcas en los exámenes de eliminación de residuos internos o de control de la temperatura. Son capaces de otorgar una mayor estabilidad al cizallamiento o fluidez cuando el bloque trabaja en frío.

La viscosidad, nuestra razón de ser

Motor

La viscosidad del aceite equivale a la resistencia del propio líquido y combate el efecto de su propia fluidez. Esta característica, que suena enrevesada, resulta fundamental. Constituye la razón de ser del lubricante, pues mantiene una relación directa con los cambios de temperatura que ayuda al bloque a sacar la mejor versión de sí mismo.

Los aceites se presentan clasificados dentro de un rango establecido por la Society of Automotive Engineers (SAE). La nomenclatura universal presenta dos valores que definen la relación fluidez/viscosidad del lubricante en condiciones de frío (un número que precede a la 'W' de Winter) y de altas temperaturas.

La fluidez y viscosidad afectan de forma directa al rendimiento. De ahí que sea tan relevante conocer las especificaciones del propulsor dadas por el fabricante y no optar por atrevidos experimentos. Del mismo modo, el lubricante y sus niveles son protagonistas de las revisiones por su relación con otras piezas, como los propios filtros del aceite.

Estos resultan clave para el funcionamiento adecuado de rodamientos, pistones o cojinetes. Contar con un lubricante con un rango de fluidez/viscosidad ideal para nuestro motor es inútil si los filtros se encuentran congestionados. La relación es recíproca, pues la elección del aceite también influirá en la higiene de los componentes.

Lubricantes para coches híbridos eléctricos: ¿en qué se diferencian?

La combinación entre propulsores térmicos y eléctricos es la seña de identidad de los modelos híbridos eléctricos. Detrás de ello, se esconde la fórmula que eleva la eficiencia y libra a la atmósfera de emisiones contaminantes.

En un plano tecnológico, su fisonomía y funcionamiento resultan más complejas. Esto se plasma en las diferentes fases del proceso, desde la arrancada hasta el momento en que el sistema de transmisión recibe la respuesta del propulsor convertida en energía mecánica.

El motor térmico de un híbrido eléctrico

El motor térmico de un híbrido eléctrico, al compartir esfuerzos con el eléctrico, tiende a soportar una carga menor. Los momentos de conexión y desconexión lo llevan a lidiar con exigencias diferentes, como una temperatura de trabajo inferior y no tan constante.

Esto hace que los lubricantes más recomendados sean los que poseen una baja viscosidad. Así, se descartan de partida los aceites minerales con viscosidades elevadas y aquellos a los que no se les han añadido aditivos específicos.

La baja viscosidad repercute en la potencia, las emisiones y un menor consumo

¿Por qué son más recomendables para un coche híbrido eléctrico los fluidos con baja viscosidad? Porque estos favorecen el movimiento y el giro bajo las demandas de energía propias de estas motorizaciones, lo que repercute de forma directa en la potencia, las emisiones y un menor consumo.

Esto en lo que respecta a la herencia térmica de un híbrido eléctrico, pero hay más.

Temperatura eléctrica

Los lubricantes específicos para híbridos eléctricos también asumen un papel importante a la hora de ayudar a los propulsores eléctricos. Aíslan previniendo cortocircuitos y son encargados de evacuar las altas temperaturas enemigas de los sistemas electromecánicos. Llegan a proteger, incluso, a los packs de baterías cuya química se deteriora ante el calor o el frío excesivos.

Gama de lubricantes de Toyota: hacia la personalización híbrida eléctrica

Toyota Hibrido Motor

En este sentido, Toyota posee una línea propia de lubricantes elaborados en función de las características genuinas de sus bloques. La gama cuenta con tres soluciones:

  • Aceite sintético 5w30 Premium Fuel Economy.
  • Aceite sintético de baja fricción 0w20 fórmula xs.
  • Aceite semisintético 10w40.

Los dos primeros se gestaron para las mecánicas híbridas de cara a elevar el rendimiento en frío. Este punto, como hemos mencionado, repercute en la salud y la eficiencia, siendo la segunda fórmula la solución más reciente para potenciar el rendimiento híbrido eléctrico con una térmica alimentada por gasolina.

Por su parte, el fluido semisintético 10w40 presenta un mayor grado de viscosidad para motores más tradicionales atmosféricos y turbo alimentados.

Toyota cuenta con una gama propia de lubricantes, una ventaja añadida para sus híbridos eléctricos

La combinación entre diferentes esquemas de propulsión en los modelos híbridos eléctricos hace todavía más necesario que prestemos atención a esas especificaciones. Por eso, en el caso de Toyota y su experiencia líder en el mercado híbrido eléctrico, contar con una gama propia de lubricantes es más que una ventaja añadida.

Gracias a ello, las mecánicas híbridas eléctricas de Toyota cuentan con una solución personalizada. Termina por repercutir en el consumo, en un menor gasto de combustible y menos emisiones contaminantes. Es decir, ayudan a exprimir la esencia híbrida eléctrica para la que fueron concebidos los propulsores.

Imágenes | Toyota, producción propia, Freepik/peoplecreations y Freepik/aleksandarlittlewolf

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