1929 Ford modelo A, el compañero más fiel

1929 Ford modelo A, el compañero más fiel
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Esta historia no es apta para sentimentales o nostálgicos. Clarence Cleveland Curtiss nació en el estado de Washington allá por 1923, en plena euforia industrial americana. Tras la Gran depresión y al cumplir 15 años, compró un Ford modelo A de 1929 por 10 dólares de la época, habiendo costado el vehículo nuevo 400 dólares.

Condujo el coche sin carnet hasta los 16 años, momento en el que obtuvo su licencia. Un años después, en los avatares del amor, empezó a camelarse a Dorothy, tres años menor que él. Sus iniciales fueron inscritas en el volante como prueba de su amor.

Se casó con ella en 1942 y convivieron 56 años hasta que la vida de su mujer se apagó. El coche no ha abandonado a su dueño ni viceversa hasta el día de hoy, que sigue siendo propiedad suya tras 69 años, funciona y tiene más de 200.000 millas (más de 321.000 kilómetros).

El motor no es el original del modelo A, un 4 cilindros en línea de 201 pulgadas cúbicas (3.3 litros) que entregaba 40 CV y gastaba unos 13 litros de gasolina cada 100 kilómetros. Cuando llevaba a sus amiguetes a bordo de su bólido sentía que las 55 Mph (88,5 Km/h) de punta eran insuficientes, el joven Clarence necesitaba más potencia.

Se hizo con el motor de un Hudson Terraplane de los años 30, cuya planta motriz era un 3.5 litros de 6 cilindros en línea, que daba 93 CV y lograba una mejora de fiabilidad. De paso conseguía alcanzar casi 130 Km/h, haciendo que la aguja del velocímetro se saliese de sus límites.

Ford modelo A

Por lo demás, el coche está sin restaurar. No sólo tiene un valor histórico muy alto, también un incalculable valor sentimental, pues Dorothy fue la primera, única y última mujer que besó dentro del coche snif, y el coche es uno de los recuerdos de su difunta esposa.

Actualmente lo lleva a 12-14 exhibiciones anuales y consigue premios por su dilatado encanto. Clarence posee una colección de otros 24 coches. Las iniciales siguen estando visibles en el volante, a pesar del tiempo transcurrido. El coche pasará a ser propiedad de sus descendientes, como joya de la familia.

PD: Un saludo al redactor de 20’, menos mal que me he documentado un poco más…

Fuente | 20 Minutos, Autoblog y Stuff U Can Use
Fotografía | Wikipedia y Thomas McDonald (New York Times)

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