Irene Mendoza
En noviembre de 2017, Tesla prometió al mundo un deportivo eléctrico como nunca antes se había visto. Lo llamó Roadster, lo presentó con cifras imposibles y abrió reservas desde 43.000 euros. Han pasado casi ocho años, y todavía no hay ni un solo cliente que lo haya recibido… Lo único que sigue llegando son promesas.
La última es que “será el deportivo definitivo para quien le guste conducir” antes de que los coches autónomos dominen las carreteras. El mensaje lo lanzó Lars Moravy, vicepresidente de Ingeniería en Tesla, durante el evento X Takeover 2025 en California. Allí confirmó que el Roadster sigue “definitivamente en desarrollo” y adelantó que Tesla prepara “una demostración genial” antes de que acabe 2025.
Ocho años después, sigue siendo una promesa
Tesla lo vendió desde el principio como un halo car o un escaparate de capacidades extremas: carrocería coupé descapotable con techo estilo Targa, tracción total, 0 a 100 km/h en 1,9 segundos y una autonomía de hasta 1.000 km. Incluso se habló de una versión con propulsores estilo SpaceX para reducir ese 0-100 a 1,1 segundos. A día de hoy, esas cifras siguen sin demostrarse.
Lo único tangible es el depósito obligatorio: 43.000 euros en Europa o 50.000 dólares en EEUU y un precio final que rondaría los 200.000 dólares. Ahora Moravy asegura que han estado perfeccionando el Roadster durante años y que incluso “es algo más que un coche”. Y dijo que, cuando se lo enseñaron a Elon Musk, “se emocionó un poco”. Aunque no se dieron detalles, la comunidad Tesla lo interpreta como la nueva puesta en escena de este coche fantasma.
El CEO de Tesla también ha alimentado la expectación desde su red social X, donde prometió “la demo más épica de la historia” para finales de 2025. No es la primera vez que lo dice. En 2024 ya aseguró que la fase de ingeniería estaba casi completada y que su producción comenzaría “ese mismo año”. Pero nada ha cambiado desde entonces.
Más de 200 millones recaudados… y ni rastro del coche
Tesla ha recaudado cientos de millones en depósitos desde que abrió las reservas. Solo la versión de lanzamiento, Founders Series, exigía el pago completo: 250.000 dólares. Se vendieron 1.000 unidades, generando 250 millones de dólares en reservas antes de que esa edición desapareciera del configurador. La marca sigue aceptando reservas del modelo base, aunque escondido en su web, junto al futurible robotaxi Tesla Cybercab, que tampoco tiene fecha de llegada.
En los resultados financieros más recientes, Musk dejó claro que los proyectos prioritarios no son el Roadster, “sino los coches de gran volumen”. El próximo lanzamiento importante será un SUV eléctrico barato que en realidad es un Model Y simplificado tal y como ha confirmado ya el propio Musk, que llegará en 2026 y que Tesla espera que funcione especialmente bien en Europa.
También se espera que el robotaxi empiece a circular este mismo año en algunas ciudades de Texas. Y aunque en Tesla nada se puede dar por seguro, el hecho de que estos modelos vayan delante del Roadster lo dice todo. En definitiva, ocho años después, el Tesla Roadster sigue sin fecha, sin una sola unidad entregada y sin una demostración pública real. Sólo hay promesas incumplidas, una vez más.
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Imágenes | Tesla, Tesla Owners Silicon Valley, Renault
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