Hace 10 años Porsche sacó al mercado un hypercar que se metió de lleno en la santísima trinidad de los supercoches de la época junto a los Ferrari LaFerrari y al McLaren P1. Pero más allá de eso, el Porsche 918 Spyder supuso la llegada a la calle de muchas innovaciones en materia de hibridación que hoy disfrutarmos en coches como los Cayenne o Panamera E-Hybrid. Repasamos la historia de este modelo.
Fue en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2010 cuando Porsche presentó su prototipo del futuro hypercar que estaban desarrollando. Se trataba de un concepto muy innovador y rompedor en algunos aspectos respecto a su antecesor, el Porsche Carrera GT, ya que este nuevo modelo combinaría lo mejor de la electromovilidad, todavía en fase de desarrollo muy inicial, con las altas prestaciones derivadas de la competición propias de los coches de su segmento.
Pensar hace 13 años en un supercoche capaz de moverse por ciudad en el más absoluto silencio sin usar el motor de combustión, emitir un solo gramo de CO2 y al mismo tiempo ser el primer deportivo enchufable de Porsche, arrojaba algunas dudas sobre la aceptación que podría tener el modelo.
Pero la realidad fue que la respuesta del público y los potenciales clientes fue tan positiva que ese mismo año la junta directiva de Porsche decidió dar luz verde al desarrollo del proyecto, y eso que recordemos en 2010 el mundo y especialmente Europa estaba todavía tambaleándose tras una severa crisis económica.
Tres años de intenso trabajo
Comenzaron entonces tres años de intenso y apasionante trabajo en los que los ingenieros de la marca tuvieron que aprender a combinar conceptos que dominaban en los deportivos clásicos con otras cosas muy nuevas, sobre todo en materia de electromovilidad.
Fue en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 2013 cuando el Porsche 918 Spyder de producción fue presentado en versión definitiva. Venía con un récord bajo el brazo que demostraba de lo que era capaz, ya que había conseguido marcar un tiempo de vuelta rápida en Nürburgring Nordschleife de 6:57.
Fue por tanto el primer vehículo homologado para circular en carretera que bajaba de los siete minutos en el Nordschleife y conseguía este registro gracias a la efectividad de su sistema híbrido.
Cifras jamás vistas
El Porsche 918 Spyder conseguía unas cifras de potencia, prestaciones y consumos que rompían todos los esquemas establecidos hasta el momento. La combinación de su motor V8 en posición central con los motores eléctricos sumaba 887 CV de potencia, mientras que el consumo mínimo homologado era de tres litros cada 100 kilómetros en el ciclo NEDC.
Justo detrás de los asientos se asentaba un motor V8 de 4.6 litros con 608 CV, el cual se apoyaba por momentos en los dos motores eléctricos que sumaban un total de 286 CV.
Sus cifras hablaban por sí solas: 0 a 100 km/h en 2,6 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 345 km/h, aunque en Australia en una carretera cerrada al tráfico y con Mark Webber al volante, llegó a alcanzar 350 km/h. Además contaba con aerodinámica activa y entre otras cosas, el alerón posterior con aerofreno ayudaba a reducir la velocidad de este hypercar en muy poco tiempo y muy pocos metros.
La experiencia que Porsche había alcanzado en competición con el 911 GT3 Hybrid R, se utilizó para desarrollar el sistema de cinemática que combinaba el motor de gasolina con los eléctricos.
El coche contaba con tracción a las cuatro ruedas, con potencia eléctrica en el eje delantero y combustión en el trasero, lo cual hacía que este hypercar fuese diferente a todo lo conocido hasta entonces. El 959 fue el anterior hypercar con tracción integral en los años 80, aunque claro está que este no contaba con ningún tipo de hibridación.
Cinco modos de conducción
Una de las novedades que introdujo el Porsche 918 Spyder y que luego llegaría a otros modelos Porsche hasta estar hoy en día presente en todos ellos, es el mando selector de modos giratorio situado en el volante.
El conductor podía elegir entre cinco modos de conducción, que controlaban los escenarios de conducción única o mixta entre el motor V8 de 4,6 litros con 447 kW (608 CV) y los dos motores eléctricos con un total de 210 kW (286 CV), dependiendo del tipo de conducción que quisiese hacer en cada momento.
El Porsche 918 Spyder permitía hacer conducción totalmente eléctrica durante 30 kilómetros y con solo un giro de ese 'manettino' convertirse en segundos en un arma capaz de pulverizar los récords en circuito.
Se cumplía así la promesa que hicieron cuando el prototipo vio la luz: era una máquina de batir récords en manos de los mejores pilotos, pero también un deportivo sencillo para el día a día.
Innovación en el V8, en los eléctricos y en su gestión
En los albores de la hibridación no bastaba con unir dos motores eléctricos a uno de gasolina para que la cosa funcionase. La principal fuente de energía del 918 Spyder era un motor de carreras domesticado para su uso en vía pública, situado en posición central posterior.
Era el motor que montaba el Porsche de LMP2, el famoso RS Spyder. Con sus 4,6 litros, producía 447 kW (608 CV) a 8.700 rpm. En este motor HSI, el sistema de escape estaba dentro de la V de los cilindros por primera vez, de ahí que las salidas estén situadas en la parte superior de la trasera del coche.
De esta forma mantenía más fresco el compartimento del motor, algo que también era especialmente beneficioso para la batería de tracción de iones de litio.
El módulo híbrido estaba conectado al motor V8. Esencialmente consistía en un motor eléctrico de unos 115 kW y un embrague en seco como pieza de conexión con el motor de combustión.
Para el motor eléctrico síncrono de excitación permanente, Porsche desarrolló un nuevo concepto de refrigeración: el estator, es decir, la parte interior estacionaria del motor eléctrico, se refrigeraba por agua, mientras que los imanes permanentes de la parte exterior, giratoria, se refrigeraban por aire a través de una rueda de turbina.
El segundo propulsor eléctrico del 918 Spyder actuaba mecánicamente sobre el eje delantero independientemente de las ruedas traseras.
Con 1,7 kW por kilogramo, entregaba hasta 230 kW, haciendo que el 918 Spyder fuese más potente que cualquier otra fuente de energía eléctrica utilizada en vehículos híbridos de la época.
También era posible convertir mucha más energía cinética en energía eléctrica en el Porsche 918 Spyder que en otros vehículos híbridos de la época. El par de frenado de los motores eléctricos en modo generador era tan alto que deceleraban el superdeportivo con hasta 0,5 g. Esto corresponde a una distancia de frenado de 52 metros a 100 km/h.
Recuerdo que tuve la oportunidad de hacer un copilotaje en el Porsche 918 Spyder en Alemania, en un circuito oval durante unas jornadas de conducción de toda la gama de deportivos de la marca de Stuttgart.
De aquella experiencia lógicamente la potencia y capacidad de aceleración me impresionaron, igual que lo hizo el pasar a casi 300 km/h por una curva peraltada mientras sentía que el cerebro se hundía en su cavidad, pero sin duda lo que más me impresionó fue la capacidad de frenada de este coche. Hicimos un 300 - 0 km/h y todavía estoy intentando volver a colocar mis ojos en las órbitas.
El Porsche 918 Spyder hasta hoy: dinero llama a dinero
Consultando en Km77.com, un Porsche 918 Spyder costaba en su momento entre 787.069 y 859.669 euros, dependiendo de su lo equipábamos o no con el Paquete Weissach, que se estrenó en este modelo.
Dos años después, en 2015, se subastaban ya a precios que rondaban el millón y medio de dólares, como se puede ver en esta unidad que RM Sotheby's subastó en Atlanta.
El valor de este modelo ha seguido hasta hoy en aumento, tanto que recientemente se han batido todos los récords. Se había estimado que el Porsche 918 Spyder de The White Collection se vendería con un precio que estará entre los 2,5 y 3 millones de dólares, pero en subasta ha alcanzado los 3,97 millones de dólares, superando así al anterior 918 Spyder en 1,92 millones de dólares.
Vale que esta unidad lleva 98.000 dólares en extras de Porsche Exclusive y que en el cuenta kilómetros solo marca 12 millas, pero de lo que no cabe duda viendo sus números, es que el Porsche 918 Spyder ha sido una fantástica inversión para esos 918 clientes que optaron a uno hace ya 10 años.
