Las imágenes de este post se prestan a bastante cachondeo, y no es para menos. Las fotografías se tomaron en algún lugar de Rusia, cuando hubo un pequeñito accidente de un turismo contra la boca de un cañón de artillería, remolcado por un camión. Lo primero que se me ocurre decir, es que de la misma forma que me daría mal rollo que me encañonasen con una pistola mientras conduzco, tampoco me gustaría ir con un cañón apuntándome a la cara.
Ya sabéis lo que dicen, las armas las carga el diablo. El conductor del turismo marca Nisupu no frenó a tiempo y parte de la boca del cañón penetró en el habitáculo rompiendo el cristal. Por el ángulo del tubo, no parece excesivamente peligroso, pero a la víctima se le quedaría un mal cuerpo considerable.
Es cuestión de superficie. Si hubiese sido un impacto a más velocidad, el coche habría quedado totalmente ensartado, ya vimos lo vimos con la brocheta rusa de Land Rover Discovery. Un objeto largo y “afilado” penetra mucho mejor que uno grande y con más superficie (ejem). Los antiguos lo sabían, por eso atacaban con lanzas y se defendían con escudos.
Moraleja: Mantén la distancia de seguridad, sobre todo, con piezas de artillería
Gracias JOSETI
Fuente | Ladyshkin
Vía | English Russia
