La pandemia del coronavirus está suponiendo un reto al que nunca antes en la historia reciente teníamos que enfrentarnos. En un mundo globalizado donde parecíamos darlo todo por hecho, el coronavirus que causa covid-19 ha demostrado que no estamos preparados para enfrentarnos a según qué sucesos, y mientras hacemos lo posible por contenerlo, hay consecuencias.
Después de la cancelación del Salón del Automóvil de Ginebra, ahora le ha tocado el turno al Salón del Automóvil de Detroit. La gran cita para la industria americana y también mundial que se iba a celebrar en Estados Unidos ha colgado el cartel de "cerrado" antes de tiempo.
La cita más importante del automóvil en EEUU se cae del calendario
Ante la situación de excepcionalidad que estamos viviendo en estos momentos por culpa del coronavirus era de esperar, pero el Salón del Automóvil de Detroit ha quedado cancelado. La fecha de apertura de puertas estaba agendada para el próximo 9 de junio, pero la edición 2020 no va a tener lugar.
"Lo más importante es la salud, la seguridad y el bienestar de los ciudadanos", ha declarado el director del Detroit Auto Show, Rob Alberts, aunque ha reconocido que están "decepcionados por la cancelación". No es para menos, pues el de Detroit es el salón más importante que se celebra en tierras estadounidenses.
Pero no sólo es una cancelación motivada como medida de prevención de contagios; los pabellones del ferial donde iba a instalarse van a servir para que el ejército de EEUU levante un hospital de campaña con capacidad para 900 camas y que sirva de apoyo a los hospitales de Detroit en prevención de un colapso sanitario.
Y es que el panorama que se presenta por delante a Estados Unidos es realmente desalentador. Con una ingente extensión y un sistema sanitario público prácticamente inexistente, las previsiones no son halagüeñas. Inicialmente el Presidente Donald Trump desestimó la importancia de la pandemia sin tomar medidas contundentes para recientemente asegurar que "si paramos en 100.000 muertes habremos hecho un gran trabajo".
Unas declaraciones inquietantes para un país que ya encabeza la lista de contagiados habiendo superado ya los 130.000 casos y sobrepasar las 2.800 defunciones desde la primera registrada el 28 de febrero. Su curva de evolución es incluso más preocupante al mostrar una más agresiva que las registradas en China, Italia y España.
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