Después de saber que el socio del Grupo PSA, Dongfeng Motor, se está planteando desinvertir en el fabricante francés, nos enteramos de más malas noticias. Según Reuters, ambas compañías han acordado suprimir miles de empleos en China y eliminar dos de sus cuatro plantas de ensamblaje compartidas.
La fuerte desaceleración en el mercado chino está poniendo las cosas muy difíciles a PSA, hasta el punto que según una fuente cercana a la junta de accionistas de la compañía, están "a un paso" de tener que retirarse del que es hasta ahora el mayor mercado automotriz del mundo.
4.000 empleos menos de aquí a tres años
Dongfeng Peugeot Citroen Automobiles, la empresa conjunta, cerrará su principal planta de ensamblaje en China, Wuhan 1, y volverá a reanudar la actividad en una asociación comercial con el gobierno local en otras instalaciones.
El número de empleados se verá reducido de 8.000 a 5.000 para finales de año, y a 4.000 dentro de tres años, ya que también venderá la instalación inactiva de Wuhan 2.
"Estamos trabajando con nuestros socios para mejorar el rendimiento general de nuestro negocio en China en todas sus dimensiones", dijo un portavoz de PSA en declaraciones recogidas por Autonews Europe.
Según la información recogida por la agencia de noticias, PSA no quiere rendirse pero afronta problemas con su socio chino que se remontan a varios años. Después de alcanzar un máximo de 704.000 vehículos producidos en 2015, las entregas anuales de la empresa conjunta han disminuido constantemente en los últimos tres años. En 2018, cayeron a alrededor de 253.000 vehículos.
Con este panorama, recortar empleos y cerrar plantas podría ser una solución para evitar la retirada de PSA en China. Por su parte, la compañía estatal china Dongfeng ya tiene a la venta en España un SUV, por lo que compite directamente con su socio francés en el mercado europeo.
Además de ello, de acuerdo a fuentes consultadas por Bloomberg, Dongfeng Motors ha mantenido conversaciones en las últimas semanas con asesores sobre formas de monetizar parte o la totalidad del 12,2 % que posee en el Grupo PSA.
Y es que el fabricante chino está sopesando deshacerse de su participación de 2.200 millones de euros como parte de un movimiento estratégico a través de bonos intercambiables o la venta directa de acciones.
Como telón de fondo tenemos una caída de ventas en el mercado chino por 13º mes consecutivo, y una disminución en las ventas de vehículos híbridos y eléctricos de 80.000 unidades solo en el último mes.
La prolongada disminución de las ventas -propiciada por la reducción de subsidios gubernamentales- ha hecho que los fabricantes de automóviles locales, desde Geely hasta Great Wall, reduzcan las expectativas de ventas y ganancias.
El mercado chino se contrajo el año pasado por primera vez desde la década de 1990 y se espera que disminuya otro 5 % en 2019 debido al empeoramiento de la guerra comercial entre Estados Unidos, que ahora amenaza con convertirse en una guerra de divisas.
