"O mueres como un héroe o vives lo suficiente para verte convertido en un villano". Max Verstappen fue un deslumbrante rayo de luz en la época más oscura de la Fórmula 1, desafiando a base de irreverencia el soporífero dominio híbrido de Mercedes. Cinco años después, Verstappen se ha convertido en el gran problema de la Fórmula 1.
Desde que Verstappen se quedó sin el mejor coche de la Fórmula 1, hace menos de un año, su actitud ha sido la de un pésimo perdedor. Y el problema no es que la emprenda a críticas con el equipo que le ha hecho tetracampeón, lo preocupante para la Fórmula 1 es que no es la primera vez que su reacción a una derrota es liarse a golpes con un rival.
En plena era de la posverdad, el 'Verstappenplanismo' ha llegado para quedarse a la F1
Max Verstappen ha perdido once de los doce puntos que tenía en su licencia de piloto. El campeón del mundo de Fórmula 1 está a una sola infracción de quedarse sin carnet. Y lo más salvaje es que Verstappen ha acumulado todas estas penalizaciones desde que se quedó sin el mejor coche, hace menos de un año.
El modus operandis siempre es el mismo. Cuando algo le sale mal a Verstappen, cuando la derrota ya es inevitable, se le cruzan los cables y echa fuera de la pista a un rival. Ocurrió en Austria, su primer día negro del último año, siguió en México, donde Verstappen dilapidó toda la reputación que le quedaba, y ha vuelto a hacerlo en España.
Al ser preguntado sobre si se había chocado contra Russell a propósito en Barcelona, su respuesta fue: "¿Eso importa?" Da una buena medida del estado mental de invulnerabilidad al que han llevado a un piloto que ni siquiera se da cuenta de que chocarse contra alguien a propósito, como hizo en México y en España, es lo peor que se puede hacer en una carrera.
Mientras algunos fans de Verstappen calificaban de 'checoplanismo' la deriva conspiranoica de ciertos seguidores de Sergio Pérez, ellos fueron creando su propio 'verstappenplanismo'. Una ciencia infusa por la cuál Verstappen es el piloto más limpio de la Fórmula 1 y todos los demás conspiran contra él, incluyendo a la FIA, otros pilotos y su propio equipo.
Lo cierto es que la FIA, y la Fórmula 1, tienen un problema con Verstappen. Porque quizá no se puedan permitir dejar en casa a su máxima estrella, pero parece difícil de discutir que si lo que ha hecho Verstappen lo hubiese hecho cualquier otro piloto, ya se habría comido alguna carrera de baneo. Kevin Magnussen manda recuerdos.
Al menos Verstappen ha pedido disculpas, a su manera, en Instagram por el golpe con Russell. Un reconocimiento de culpa que probablemente ni siquiera disuada a sus más fieles, que seguirán escudriñando la conspiración de las élites contra el piloto al que llevan un año, como mínimo, perdonándole la vida por ser quien es.
Imágenes | Red Bull
