Campeonatos nacionales de Fórmula 1: Sudáfrica, dieciséis años de tradición

Campeonatos nacionales de Fórmula 1: Sudáfrica, dieciséis años de tradición
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Si el campeonato británico de Fórmula 1 era el ejemplo de algo breve pero intenso que ha perdurado en la memoria de los aficionados con el nombre de Fórmula Aurora, el certamen de Sudáfrica está en el lado opuesto de la balanza. Dieciséis temporadas de tradición de campeonato nacional de Fórmula 1 pero relativamente poco renombre entre los seguidores del automovilismo.

Con una tradición muy sólida y mucha pasión por el automovilismo entre la parte más británica de Sudáfrica, el certamen nacional comenzó en 1960 como un campeonato de Fórmula 1 con una nota a pie de página ya que se permitía la participación de coches que no fueran necesariamente de esta categoría. Esto fue lo que causó circunstancias como la de un Lotus 7 en el Rand Grand Prix de 1962.

Syd van der Vyver, primer campeón

Syd van der Vyver F1 sudafricana

El nacimiento del campeonato vio a Syd van der Vyver como primer campeón en 1960, repitiendo título al año siguiente. El piloto, de herencia holandesa, se impuso en un campeonato inicial con normativas tan curiosas como tres resultados válidos sobre siete carreras. Además, cualquier participante tenía que disputar tres carreras en por lo menos dos provincias distintas para ser considerado piloto a tiempo completo y que sus resultados contaran para la clasificación final.

El campeonato empezó con siete carreras en los circuitos de East London, Belleville, Pietermaritzburg y Grand Central, siempre en Sudáfrica. Para la temporada de 1961 el calendario se expandía a diez pruebas, añadiendo citas en Ciudad del Cabo, Kyalami y Kumalo, además de una carrera en Portugal, la primera fuera de tierras africanas en su historia. Van der Vyver era el primer campeón aunque con dos coches distintos en estas dos primeras temporadas.

Empezando con un Cooper, pasó a pilotar un Lotus en su segundo año, manteniendo siempre el fiable y capaz motor Alfa Romeo que le había llevado al triunfo. También llegó a competir en grandes premios no puntuables para el campeonato del mundo, siempre en Sudáfrica y con resultados correctos. Cuando terminó 1961, el campeonato empezaba a ver a nuevos pilotos competitivos que amenazaban con alterar el equilibrio de la joven competición.

Ernest Pieterse y Neville Lederle, la transición

Ernest Pieterse F1 Sudafricana

Uno de ellos era Ernie Pieterse, que a bordo de su Heron con motor Alfa Romeo en algunas carreras y un Lotus-Climax en otras, fue el heredero del primer campeón. Con uno de los coches de Colin Chapman intentó representar a los pilotos sudafricanos en el mundial pero los resultados no acabaron de llegar. En casa sí consiguó imponerse con una claridad sorprendente, ganando cuatro carreras sobre las once que se disputaron en 1962.

A las pruebas sudafricanas se le sumó de nuevo la carrera en Portugal y una en Rodesia. Pero si Pieterse había realizado una buena temporada, la sorpresa llegaría en 1963 con un Neville Lederle que con otro Lotus-Climax se impuso en seis de nueve carreras que tuvo el campeonato. Parecía que Lederle estaba llamado a dominar pero su gloria sería breve. Aún así, llegó a participar en carreras del campeonato del mundo, puntuando en su debut en Sudáfrica en 1962.

El campeonato subía poco a poco pero aún así, seguía nutriéndose de chasis de Fórmula Júnior con motores que les elevaran hasta la categoría de coches de Fórmula 1, por lo menos en lo que a normativa se refiere. También empezaban a resultar populares los coches locales, con el punto álgido en el Alfa Special, un monoplaza con motor derivado del Alfa Romeo Giulietta que con Peter de Klerk al volante llegó a ganar siete carreras entre 1962 y 1964.

John Love, dominando los años 60 por Rodesia

John Love F1 Sudafricana

Precisamente Peter de Klerk fue uno de los candidatos al título para la temporada de 1964. Pero aunque un piloto local con un coche local habría sido popular en caso de ser campeón, al final el campeón en esa temporada fue John Love, ganando por Rodesia. Love se impuso en el campeonato con más pruebas hasta el momento con un total de catorce. Un piloto prometedor con un talento evidente, Love se estrenaba como campeón sucediendo a Lederle.

Pero si los rivales creían que sabían lo que era vivir una dominación, les faltaba experimentar lo que sucedería en 1965 cuando después de la victoria en la carrera inicial de Paul Hawkins, John Love ganó las trece carreras siguientes. No dejó títere con cabeza y tras encadenar el segundo título, llegaron cuatro más. No hubo otro campeón entre 1964 y 1969. Además, su presencia en el campeonato del mundo puso tanto a Rodesia como al campeonato sudafricano de Fórmula 1 en el mapa.

John Love siguió dominando a lo largo de la segunda mitad de los años sesenta, con la gran mayoría de victorias cada temporada. Como anécdota, Jean-Pierre Beltoise estuvo en la cita inaugural de la temporada 1968 en Killarney con victoria incluída. El francés fue uno de los pilotos extranjeros a quienes la combinación de buen tiempo, buen ambiente y carreras de Fórmula 1 fuera del campeonato del mundo llamaron la atención.

Dave Charlton, el campeón de los años 70

Dave Charlton F1 Sudafricana

Pero con década nueva llegó también campeón nuevo. John Love sufrió el mismo destino que Jackie Stewart pero a su propio nivel y víctima del poco competitivo March, no pudo obtener su séptima corona. Además, encontró en Dave Charlton y su Lotus un rival más que digno con siete victorias de diez carreras. Charlton se impuso en una categoría que desde finales de los años sesenta permitía también a coches de Fórmula 5000 adaptados tomar parte en las carreras.

Para ese entonces, el campeonato sudafricano se había olvidado de viajar a Portugal y competía ya solo en casa. Nada pudo hacer Love ante el avance de Charlton, que volvió a imponerse al año siguiente y continuó arrasando hasta 1975, imponiéndose de forma ininterrumpida. Seis títulos seguidos con los que igualaba el registro de su por entonces ya ex-rival, John Love. Con un campeonato que desde 1973 permitía a coches de Fórmula 2, poco a poco se dirigía hacia su final.

El fin de la presencia de los coches de Fórmula 1 en el campeonato sudafricano llegó en 1975 con un solo campeón en la década de los años setenta; Dave Charlton. Del Lotus acabó pasando a McLaren y tomando parte en carreras del mundial pero no llegó ni siquiera a puntuar. Aún así, el certamen continuó como campeonato sudafricano de pilotos aunque a partir de 1976, se disputaría con coches de Fórmula Atlantic.

Ian Scheckter, maestro de la era post-Fórmula 1

Ian Scheckter Fórmula Atlantic Sudafricana

Tras la marcha de los coches de Fórmula 1, el campeonato quedó descafeinado aunque siguió siendo enormemente popular en Sudáfrica. Esto también permitió, tal y como estaba previsto, que equipos de menor presupuesto pudieran ser competitivos. En estas circunstancias, Ian Scheckter (hermano mayor de Jody) pasó a ser el hombre dominante. Su experiencia en Fórmula 1 y en el propio campeonato le vino de maravilla y empezó la temporada de 1976 con fuerza.

Como anécdota, en el pasado pilotó un Tyrrell que había sido de su hermano en el campeonato del mundo, cuando pilotó para el equipo oficial de Ken Tyrrell, en lo que era una casualidad de las más curiosas. Con el tiempo, Ian Scheckter ganó no uno sino cuatro títulos seguidos, de 1976 a 1979, lo que les dio a los hermanos Scheckter una temporada especial cuando el más joven se proclamó campeón del mundial de Fórmula 1 con Ferrari a la vez que el mayor ganaba en Sudáfrica.

Tony Martin, Bernard Tilanus y Graham Duxbury ganaron los tres títulos siguientes tras la retirada de los equipos más competitivos; Gunston, Lexington y Texan, todos ellos marcas de la United Tobacco Company. Solo con el retorno de Gunston en 1983 volvió Scheckter, que aún ganó dos títulos más, igualando así a Charlton y Love, aunque en el caso de Scheckter ninguno de los triunfos globales fue con un Fórmula 1. Tras él, Trevor van Rooyen le siguió con el título de 1985 y Wayne Taylor ganó el último campeonato en 1986.

Con cada vez menos dinero que usar en el mundo del motor, los elevados costes de mantener y hacer competir coches de carreras modernos y la difícil situación política del país, el campeonato estaba destinado a cerrar. Desafortunadamente, lo esperado acabó sucediendo justo cuando la Fórmula 1 volvía a cobrar protagonismo en Sudáfrica. Desde Jody Scheckter en 1980 no ha habido un piloto de ese país en la categoría reina. Pero por lo menos les queda el orgullo de haber tenido el campeonato nacional de Fórmula 1 con más años de historia y con una tradición inigualada.

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