La motorización híbrida no eleva el precio de la reparación de un Toyota Yaris HSD

La motorización híbrida no eleva el precio de la reparación de un Toyota Yaris HSD
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Esta semana viajamos hasta Cesvimap, en Ávila, con un objetivo en mente: comprobar hasta qué punto la reparación después de un choque de un Toyota Yaris difiere dependiendo de si posee una motorización híbrida o de si se alimenta exclusivamente por diésel o gasolina. La respuesta es no, pero con matices.

Para obtener esa equivalencia en las reparaciones, asistimos en vivo a un crah test, es decir, a una prueba de fuego en la que los especialistas de Cesvimap sometieron a un Toyota Yaris HSD (casi recién bautizado) a dos precisos simulacros de choque, delantero y trasero, de forma que pudiéramos observar las consecuencias de los mismos desde un prisma técnico y económico.

Crash Test en Cesvimap

¿Qué es lo que se hace exactamente en Cesvimap?

Antes de continuar, aclararemos que Toyota ha elegido para la mencionada medición el centro de experimentación y Seguridad Vial de la compañía de seguros Mapfre, o Cesvimap. De entre sus tareas, Cesvimap destaca por su dedicación a la evaluación de los daños funcionales y estéticos que sufren los vehículos y costes a la hora de afrontar la reparación.

Por esto, está en comunicación constante con seguros y fabricantes. Los dos utilizan la información que sale de sus investigaciones, los primeros para la elaboración de sus tarifas, y los segundos, como es el caso de Toyota, para la optimización de las prestaciones de sus modelos en cuanto a resistencia y durabilidad de compenentes en caso de accidentes.

Toyota Yaris HSD Crash Test

Un Crash Test poco espectacular, pero muy útil

Esto se tradujo en dos crash test, delantero y trasero, en los que el Toyota Yaris HSD se las vio con una barrera indeformable (y que no absorbe energía, verbo y complemento directo importantes para el trabajo de Cesvimap) móvil de 1.400 kilogramos de peso para el choque trasero y fija y de 40 toneladas para el delantero. El vehículo además contaba con un lastre de 75 kilogramos y el depósito lleno para implementar aún más la simulación.

Llama la atención que las velocidades utilizadas para esta fueran de 15 km/h, que traducidas a condiciones de coche contra coche equivaldrían a una horquilla de golpe de entre 20 y 30 km/h. No es que esperásemos una colisión espectacular, emulando el estilo del test Euro NCAP, y lo cierto es que tampoco lo fue, porque mientras esta última prueba se encarga de evaluar seguridad, nuestro crash test tiene otros objetivos.

Dañabilidad y Reparabilidad

Reparación de Toyota Yaris en Cesvimap

La meta era evaluar la dañabilidad (lo que que se ha dañado) y la reparabilidad (cómo reparar o substuir los elementos dañados) Para la velocidad de colisión mencionada se podría esperar unos costes de entre 1.000 y 15.000 euros. La reparación alcanzó, finalmente, los 3.053 euros. Las principales partidas provenían del golpe delantero, que a simple vista había resultado más dramático.

Las piezas que más habían sufrido el impacto eran capó, paragolpes, la aleta delantera izquierda (que se desprendió no en vano para romper el flujo energético del golpe y cesar con su transmisión el resto del vehículo), canalizador del radiador, faro antiniebla izquierdo, y sobre todo, faro delantero izquierdo. Y aquí es donde viene el matiz y diferencia de precio en la substitución: el sistema de iluminación diurna del Yaris Híbrido es más avanzado, con lo que la requerida substitución aumentaba el precio total en 300 euros.

En lo que respecta al golpe trasero, resultó de menos trascendencia, precisando la reparación de paragolpes, su refuerzo y el deflector exterior derecho.

Conclusiones

Toyota y Cesvimap nos demostraron que los costes de reparación no se ven influenciados por su motorización, salvo por el matiz comentado. De hecho, se aseveró que la "parte eléctrica" en un híbrido es uno de los últimos elementos que recibe la energía liberada en el impacto, con lo que a la velocidad mencionada se torna altamente complicado que se vea afectada.

Crash Test Toyota

Y es que, como pudimos comprobar, un impacto revierte más gravedad en función del punto del coche que alcanza. Cuanto avanza desde la fuente del golpe más eleva el coste de la reparación.

Por otra parte, desde Toyota mostró en el caso concreto del Yaris HSD, que sus mantenimientos son mucho más baratos a condiciones de conducción constantes. Según estudios propios, el propietario del modelo híbrido se ahorra hasta 2.000 euros en costes de mantenimiento con respecto al modelo diésel, y casi 800 comparándolo con el de gasolina.

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