Un conductor chino convierte el capó de su coche en una pecera y se hace viral: le están lloviendo las críticas en redes sociales por crueldad animal

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Irene Mendoza

Un conductor en China ha causado un gran revuelo en redes sociales por transformar el capó de su SUV en una especie de acuario improvisado. Lo que para él fue una solución ingeniosa tras olvidar un cubo durante una jornada de pesca, para muchos ha sido una acción cruel, irresponsable y peligrosa.

El coche, un Li Auto L9, fue grabado en una calle concurrida de Shenyang con varios peces vivos intentando respirar a duras penas bajo una lámina de plástico que cubría el capó del coche. Las imágenes no tardaron en viralizarse, provocando una oleada de críticas por el maltrato a los animales y por realizar una modificación ilegal que además es un peligro.

Un acuario sobre ruedas que acabó con la intervención de la policía

Según varios medios chinos, todo comenzó cuando el propietario del SUV, el Sr. Liu, salió de pesca y se dio cuenta de que había olvidado llevar un cubo para meter los peces que acababa de pescar. Así que no se le ocurrió una idea mejor que llenar de agua el hueco entre el capó y la cubierta del motor, colocó a los peces dentro y selló todo con una doble capa de vinilo y película TPU, un plástico flexible.

Lo que terminó creando fue una especie de pecera visible desde el exterior que convirtió su coche en una atracción tan insólita como polémica. Y es que las imágenes del coche aparcado en una concurrida calle de Shenyang se difundieron rápidamente por redes como Weibo, TikTok y Reddit.

Aunque algunos se lo tomaron con humor, la mayoría de los comentarios fueron de repulsa: los peces, atrapados entre capas de plástico y expuestos al calor del sol, estaban en un entorno totalmente inadecuado para su supervivencia. Lógicamente, las críticas por crueldad no tardaron en llegar.

El coche en cuestión es un Li Auto L9, un lujoso SUV eléctrico de más de 400 CV, que presume de tracción total y una autonomía que puede superar los 1.300 km (en ciclo chino) gracias a su sistema de autonomía extendida. Pero en este caso, todo su arsenal tecnológico quedó eclipsado por el grotesco “acuario portátil” pegado a su capó.

Finalmente, la policía de tráfico de Shenyang intervino tras conocer el caso. Las autoridades declararon que la modificación era ilegal y que alteraba la estructura del vehículo, lo que suponía un riesgo para la seguridad. Aunque no se ha confirmado si el conductor fue sancionado, sí se determinó que el coche no podía circular en ese estado.

El propio Liu admitió más tarde "que su invento era inestable y peligroso, y pidió a otros que no imitasen su idea". A pesar de ello, su tono en redes sociales fue más de orgullo que de arrepentimiento, lo que avivó aún más las críticas.

Este curioso episodio abre un debate sobre hasta qué punto pueden llegar algunos conductores con sus “ocurrencias” para modificar sus coches y pone el foco en la necesidad de aplicar con dureza la normativa, especialmente en casos como este, cuando se compromete la seguridad vial y la vida de otros seres vivos.

Imágenes | @LASHYBILLS, @SouthChinaMorningPost

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