
Un nuevo fallo del Autopilot FSD de Tesla, grabado desde el interior de un Model Y, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el funcionamiento de la ‘tecnología estrella’ de los coches eléctricos de Elon Musk y su futuro.
Las imágenes muestran claramente cómo el sistema interpreta un tren como una fila de coches deformados y, peor aún, confunde las vías del tren con una intersección de calles. Aunque esta vez afortunadamente no hubo daños que lamentar, no se trata de un fallo aislado: ya se han registrado incidentes similares cómo el Autopilot no es capaz de reconocer los trenes o sus vías y el peligro que esto implica.
Las cámaras, los LíDAR y el Autopilot FSD: Tesla contra la competencia
El vídeo, compartido inicialmente en Fediverse por un usuario llamado Halva, se ha extendido rápidamente en redes sociales como Bluesky o Reddit, muestra el interior de un Tesla Model Y enfrentándose a un cruce ferroviario. El Autopilot FSD identifica el tren como una fila de coches largos y aplastados liderados por un camión.
Más alarmante aún es que el sistema incorpora las vías del tren como una intersección de calles en su mapa de navegación. Aunque esta vez no hubo daños que lamentar, no podemos decir lo mismo de otros incidentes similares reportados tanto este mismo mes, como en varias ocasiones el año pasado, o incluso en 2023, por ejemplo.
En todos, los trenes son confundidos por el Autopilot FSD de Tesla con furgonetas o camiones alargados. Elon Musk insiste en que el Autopilot FSD es más seguro que los conductores humanos. Sin embargo, estos errores cuestionan esa afirmación.
Además, a pesar de que Tesla califica al sistema como “Conducción Autónoma Total (Supervisada)”, que suena a total contradicción, esta tecnología no pasa de ser un sistema de nivel 2 sobre una escala de 5 niveles SAE: como un control de crucero activo de cualquier marca.
Por tanto, el conductor sigue siendo el único responsable de la seguridad del vehículo aún con el Autopilot activado. Aparte, no podemos hablar de conducción autónoma completa hasta el nivel 4 SAE.
La tecnología de Tesla: limitaciones evidentes
Tesla se distingue de sus competidores al basar su tecnología exclusivamente en cámaras, mientras que marcas como Mercedes o Waymo emplean una combinación de cámaras, LiDAR y radares para una detección más precisa. Esta decisión responde a la filosofía de Musk de reducir costes y simplificar el hardware.
Sin embargo, esta estrategia también ha llevado a los problemas actuales: las cámaras de Tesla parecen incapaces de diferenciar entre trenes y coches en ciertos contextos.
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Además, los coches Tesla en realidad actúan como prototipos rodantes, recopilando datos de los usuarios que han pagado por el sistema FSD. Estos conductores, que realizan pruebas reales en carretera, están expuestos a situaciones potencialmente peligrosas, convirtiéndose en beta testers.
La visión de Elon Musk y su impacto en el transporte
Para entender la filosofía detrás de Tesla, es clave analizar la postura de Elon Musk hacia el transporte. Paris Marx, columnista de Time y autor de ‘Road to Nowhere: What Silicon Valley Gets Wrong about the Future of Transportation’, señala que Musk ha obstaculizado activamente alternativas al coche privado.
Por ejemplo, su Hyperloop, inicialmente presentado como una solución revolucionaria, fue diseñado según Musk “para frustrar los planes de un tren de alta velocidad en California”. En palabras de Marx: “Mantenernos atrapados en coches durante décadas equipándolos con baterías u ordenadores mejorados no parece una gran revolución”.
Además, Musk ha criticado públicamente el transporte público, calificándolo de “coñazo” y destacando supuestos riesgos de seguridad. Este enfoque no solo limita las opciones de movilidad, sino que perpetúa problemas como el tráfico y la contaminación urbana.
Los recientes fallos del Autopilot FSD de Tesla, además de revelar las limitaciones de su tecnología, también evidencian un enfoque filosófico y empresarial que prioriza los coches por encima de soluciones de transporte más sostenibles como los trenes que tanto odia Musk. Mientras Elon promueve visiones futuristas como colonizar Marte, la tecnología de sus coches eléctricos empieza a flaquear respecto a la de la competencia.