Hace una semana, Renault anunció la suspensión de sus actividades en Rusia y la posibilidad de retirarse del fabricante ruso AvtoVAZ (Lada), del cual posee el 68 % del capital. Un movimiento que supondrá para el Grupo Renault una pérdida financiera colosal, del orden de 3.100 millones de euros.
A raíz de su retirada, Renault está estudiando ahora la posibilidad de transferir la propiedad de AvtoVAZ, a un inversor local como forma de salir del país, según fuentes de Bloomberg.
Una “transferencia de propiedad”, actualmente la opción preferida, ayudaría a Renault a liberarse de las responsabilidades legales con el fabricante de los Lada y en especial de sus 45.000 empleados.
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Una “transferencia de propiedad”, según la terminología empleada por Bloomberg, es sencillamente la venta directa de las acciones de la empresa, el nuevo comprador pasando a ser entonces el nuevo dueño de la empresa.
Por qué transferir la propiedad y no vender la empresa
Esta opción se diferencia de una venta al uso, pues llevaría días o meses en fraguarse, debido a las auditorías (quién se queda qué fábricas, quién asume las deudas, quién asume el coste de los posibles despidos, etc) y planes de financiación para el pago. Además, a ese nivel habría que someter la operación al visto bueno de las autoridades del mercado de los países de los que dependen las empresas involucradas.
Sin embargo, una transferencia de propiedad, es la simple compra de acciones, por ejemplo. No hay que discutir sobre la capacidad de producción, sobre la inversión o garantizar el empleo de los trabajadores actuales. Renault vende las acciones y se olvida de todo. Lada pasa entonces a ser el problema de otro.
Pero para ello, Renault va a necesitar un inversor local que no sea el otro accionista de Lada, la empresa estatal Rostec, la cual está bajo sanciones de occidente. De ahí toda la dificultad de deshacerse, aunque sea temporalmente, de Lada.
No se ha llegado a ninguna decisión todavía y podrían surgir otras posibilidades. Por ejemplo, la transferencia de propiedad abre también la posibilidad de que un inversor alquile la propiedad de AvtoVAZ, haga funcionar el negocio y se quede los eventuales beneficios al mismo tiempo que asume la inversión necesaria para su funcionamiento.
Renault solo percibiría el alquiler y no tendría nada que decir sobre el funcionamiento de la marca. Al fin del contrato, si la situación lo permite, Renault podría recuperar AvtoVAZ.
Es una modalidad que se suele dar en PYMES, pero poco probable en este caso. Y es que a pesar de lo atractiva que pueda parecer Lada (marca más vendida del país con una cuota de mercado de 22 % y recientemente modernizada por Renault), las dificultades de producción (financiación en divisas, abastecimiento de componentes cruciales) no juegan a su favor.
Por otra parte, todavía no está claro cómo encajaría la fábrica de Renault en Moscú en un hipotético plan de transferencia. Una cosa es soltar peso al liberarse de Lada y otra muy distinta es cómo desvincularse de una fábrica propia.
La semana pasada, Renault revisó a la baja sus perspectivas financieras para este año por la decisión de Rusia, provocando una fuerte bajada en la cuenta de resultados del primer semestre por el valor de sus operaciones en Rusia.
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