Las ventas de coches eléctricos han experimentado un subidón sin precedentes en todo el mundo. Los datos del mes de mayo reflejan que solo China vendió un millón de eléctricos -en un mes-, mientras que Europa se mantiene estable gracias al aumento de ventas en España, que fue del 72 %.
Pero este crecimiento es lento, y aún hay miedos y desconocimiento que frenan su expansión. Un estudio llevado a cabo por Stellantis desvela que el 93 % de los encuestados reconoce no tener suficiente conocimiento sobre los coches eléctricos, con los costes de mantenimiento como principal preocupación.
¿Es más caro mantener un coche eléctrico?
El estudio revela un dato llamativo: tan solo un 7 % de los conductores encuestados afirma tener el conocimiento suficiente sobre los coches eléctricos, a pesar de que cada vez son más los medios dedicados a la movilidad eléctrica.
El coste de mantenimiento encabeza la lista con un 45 % de los encuestados que aseguran no tener claro cuánto cuesta mantener un coche eléctrico. En este sentido, el elemento que más problemas puede dar es el motor, seguido por el cargador de a bordo, el inversor y, por último pero no menos importante, la batería de tracción. Para la batería de tracción, los expertos señalan una duración media de al menos 10 años antes de que se produzcan problemas importantes.
Además hay que tener en cuenta que al analizar la anatomía de un coche elécrico frente a un modelo de combustión o híbrido éste es mucho más sencillo en lo que toca al motor, y por tanto los costes de mantenimiento suelen ser menores. Su complejidad viene de la mano de otros aspectos alejados del mantenimiento como la gestión de la batería, la gestión térmica o su eficiencia.
La ansiedad por la autonomía sigue preocupando
A la duda sobre el mantenimiento le siguen otras como el coste de la carga (36%) o la existencia de puntos de carga gratuitos (29%). En cuanto al primer aspecto, hay que señalar que España no es de los países más caros para recargar: se sitúa en la zona alta de los países de Europa más baratos, con una media de 7,11 euros los 100 km y una media de 18,92 euros para completar la carga del 10% al 80% recuperando 266 km de autonomía.
También vemos cómo la denominada ansiedad por la autonomía sigue apareciendo debido a una infraestructura que necesita expandirse: el 65% de los encuestados no se ve haciendo trayectos largos sin temor a quedarse sin batería, y un 58% indica que no tiene puntos de carga cerca de su casa o trabajo. Otros aspectos que generan incertidumbre son el tiempo de carga (25%) y el impacto ambiental real (24%).
También aparecen entre las dudas frecuentes la autonomía (20%) y las opciones de carga en casa, como la instalación de puntos propios y sus costes (16%). Por último, los posibles incentivos o ayudas gubernamentales para su compra (15%).
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